Rubén Hernández
Luego de las medidas económicas recientemente adoptadaspor la administración de Maduro en complicidad con la dizque oposición de derecha y el alto empresariado, entre las que destacan la reconversión monetaria, el aumento formal de salarios y la fijación de precios acordados, ahora resulta que las autoridades aseguran que el país si está bien encaminado. Tristemente no es así, y es que a manera de ejemplo, considérese que continúa la brutal liberación de precios de manera legal (avalada por el gobierno nacional) e ilegal, afectando día a día el bolsillo de millones de venezolanos. No hay un momento en que no nos quejemos de esta dura situación, de que aquello subió de precio de un día para otro, o de que nos siguen vendiendo alimentos y otros rubros a costos diferentes dependiendo si el pago es con efectivo o por otros medios. Para colmo continúa la escasez de productos “regulados”, algo que a estas alturas ya no se entiende, pues la liberación de precios es uno de los más importantes incentivos que puede tener un capitalista para produciry/o distribuir.
En verdad hay que ser un tonto o un imbécil para creer que un Gobierno como el de Maduro, adoptando medidas en conjunción con el resto de la elite política y la élite económica, esté favoreciendo a los pobres. Jamás en la historia de la humanidad un Gobierno procapitalista, por obviedad, ha favorecido a los más necesitados, y ahora no es la excepción en Venezuela, salvo para aquellos ingenuos y arrastrados al chavo-madurismo que creen en milagros o algo así. El panorama económico de Venezuela no mejora para nada, y no puede ser de otra manera en medio de una deuda externa gigantesca, de la crisis de PDVSA, del descenso notable de las reservas internacionales, de la insuficiencia de la productividad agropecuaria e industrial, de la voracidad del gran capital internacional respecto a la comercialización petrolera y minera (la mayor ganancia en comparación con el Estado venezolano) y de la importante limitación de fondos para la inversión social.
De manera que millones de venezolanos seguimos jodidos económicamente, pero para el Gobierno “revolucionario” de Maduro y sus cómpinches políticos y capitalistas estamos en el país de las maravillas, muy cercano a ser ese lugar donde reine la mayor suma de felicidad. ¡Vaya cinismo¡
Luego de las medidas económicas recientemente adoptadaspor la administración de Maduro en complicidad con la dizque oposición de derecha y el alto empresariado, entre las que destacan la reconversión monetaria, el aumento formal de salarios y la fijación de precios acordados, ahora resulta que las autoridades aseguran que el país si está bien encaminado. Tristemente no es así, y es que a manera de ejemplo, considérese que continúa la brutal liberación de precios de manera legal (avalada por el gobierno nacional) e ilegal, afectando día a día el bolsillo de millones de venezolanos. No hay un momento en que no nos quejemos de esta dura situación, de que aquello subió de precio de un día para otro, o de que nos siguen vendiendo alimentos y otros rubros a costos diferentes dependiendo si el pago es con efectivo o por otros medios. Para colmo continúa la escasez de productos “regulados”, algo que a estas alturas ya no se entiende, pues la liberación de precios es uno de los más importantes incentivos que puede tener un capitalista para produciry/o distribuir.
En verdad hay que ser un tonto o un imbécil para creer que un Gobierno como el de Maduro, adoptando medidas en conjunción con el resto de la elite política y la élite económica, esté favoreciendo a los pobres. Jamás en la historia de la humanidad un Gobierno procapitalista, por obviedad, ha favorecido a los más necesitados, y ahora no es la excepción en Venezuela, salvo para aquellos ingenuos y arrastrados al chavo-madurismo que creen en milagros o algo así. El panorama económico de Venezuela no mejora para nada, y no puede ser de otra manera en medio de una deuda externa gigantesca, de la crisis de PDVSA, del descenso notable de las reservas internacionales, de la insuficiencia de la productividad agropecuaria e industrial, de la voracidad del gran capital internacional respecto a la comercialización petrolera y minera (la mayor ganancia en comparación con el Estado venezolano) y de la importante limitación de fondos para la inversión social.
De manera que millones de venezolanos seguimos jodidos económicamente, pero para el Gobierno “revolucionario” de Maduro y sus cómpinches políticos y capitalistas estamos en el país de las maravillas, muy cercano a ser ese lugar donde reine la mayor suma de felicidad. ¡Vaya cinismo¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.