Con bombos y platillos, como suele el presidente Chávez hacer sus
anuncios, se lanzó recientemente una nueva edición del Polo Patriótico,
ahora adjetivado como “Gran” Polo Patriótico, quizás para hacer olvidar
el fracaso de la versión anterior. Con el objetivo de hacerlo visible, y
apelando a los recursos mediáticos para sobredimensionarlo, se abrió
un registro público en plazas y barrios del país, al que diversas
organizaciones e individualidades han venido concurriendo para
formalizar su inscripción en el mismo.
En rigor, este nuevo Polo Patriótico tiene muy poco de novedoso, más
allá de la parafernalia publicitaria que lo rodea, aspecto en el que el
actual gobierno ha desarrollado una capacidad de engaño realmente
impresionante.
El GPP, al igual que su versión anterior es un simple frente
electoral sin ningún programa, apartando el discurso seudosocialista de
sus mentores. Sin estrategia política alguna. Es una ampliación engañosa
del aparato electoral y clientelar del PSUV, que se aprovecha de las
urgencias y necesidades del pueblo, y a través del cual se le promete
viviendas, empleos y créditos.
El gobierno está consciente de su desgaste, profundizado por la
enfermedad del Presidente. En las altas esferas gubernamentales saben
que se viene produciendo un distanciamiento creciente entre Chávez y el
conjunto de la población, agobiada por los bajos salarios, el deterioro
de los servicios, la falta de vivienda y otras calamidades. A un año de
las elecciones presidenciales el resultado es incierto, y habría un
empate técnico con la MUD, como recientemente reconoció el propio
Chávez. Ante ello, relanzan al GPP con el objetivo de venderle al pueblo
la ilusión de que ahora sí se les va a tomar en cuenta; que ahora sí se
concretará el poder popular, y que los problemas se solucionarán.
Promesa vacía después de más de una década de decepciones. En realidad
el GPP, como ha sucedido con todos los espacios creados por este
gobierno, será manejado por una sola persona que lo decide todo, el gran
caudillo: Chávez. Precisamente por esto, organizaciones reformistas
aliadas al gobierno, como el PCV, han mostrado resistencias a la hora de
ingresar al Gran Polo Patriótico.
El gobierno juega con la buena fe de miles de activistas sociales y
militantes honestos del PSUV y otras organizaciones de base, que
realmente creen que este es un espacio unitario que relanzará la
“revolución”. Pero esto se caerá bajo el peso del burocratismo, las
prebendas y el engaño, como ya ha sucedido con otros aparatos
electorales montados por Chávez.
Lo que realmente está detrás del GPP es la compra de conciencias, a
través de la cooptación de muchos dirigentes y cuadros por medio de los
cuantiosos recursos del Estado, a los cuales el gobierno echa mano
discrecionalmente en vísperas de los procesos electorales. Incluso vemos
como dirigentes de la “revolución” ayer execrados, y acusados de
corrupción, como Acosta Carles, hoy regresan al GPP y son recibidos con
los brazos abiertos.
Ciertamente, muchos luchadores de las comunidades que se han sumado
al GPP con un último aliento de esperanza, pertenecen a organizaciones
populares genuinas, sin embargo, también es cierto que muchas de ellas
son de maletín o de poca incidencia en las vida de las comunidades, dado
el distanciamiento cada vez mayor de las bases con la dirección del
chavismo.
Asimismo, la conformación del Gran Polo Patriótico es parte de una
política perversa de intentar meter caballos de Troya en organizaciones
que antes apoyaban a Chávez, como el caso del PPT, corrompiendo con
millones de bolívares a algunos de sus dirigentes, entregándoles
vehículos y otros recursos con la intención de que éstos le arrebaten la
legalidad, sus símbolos y activos, para hacerlos desaparecer de la
escena política.
La Unidad Socialista de Izquierda llama a los militantes honestos del
PSUV y de las organizaciones sociales de base que se han inscrito en el
GPP, a no creer en cantos de sirena. El GPP será otro elefante blanco
que quedará en el olvido, como sucedió con el Comando Maisanta, el
Ayacucho, las UBE, las Patrullas, y tantas otras organizaciones
electoreras creadas por el chavismo, de las cuales nadie ya se acuerda, y
que de muy poco sirvieron para organizar al pueblo en sus luchas, pero
sí para conseguirle votos a burócratas y sinvergüenzas que gracias al
favor popular se convirtieron en gobernadores, alcaldes y diputados.
*Secretario general de la Unidad Socialista de Izquierda
miguelaha2003@yahoo.com
@UcvMiguelangel
@Usi_vzla
@Laclaseinfo
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