Keymer Ávila
I.- ¿Qué son los Colectivos?
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se habla sobre los colectivos es que se trata también de un término “cajón de sastre”, colectivo puede ser cualquier cosa que se le ocurra al opinólogo o al periodista de turno. En una acepción “colectivo” puede ser entendido como espacios de organizaciones sociales con actividades y objetivos muy diversos, pueden ser culturales, artísticos o políticos. En otro sentido, desde la retórica político-mediática del país se utiliza este término para cualquier civil armado que aparezca por allí.
I.- ¿Qué son los Colectivos?
Lo primero que hay que tener en cuenta cuando se habla sobre los colectivos es que se trata también de un término “cajón de sastre”, colectivo puede ser cualquier cosa que se le ocurra al opinólogo o al periodista de turno. En una acepción “colectivo” puede ser entendido como espacios de organizaciones sociales con actividades y objetivos muy diversos, pueden ser culturales, artísticos o políticos. En otro sentido, desde la retórica político-mediática del país se utiliza este término para cualquier civil armado que aparezca por allí.
Entonces, vamos por partes, hay organizaciones que tienen trabajos políticos y culturales de base con trabajos encomiables, éstas no deben confundirse con organizaciones político militares.
Hay, por otro lado, grupos minoritarios, cada vez más reducidos, muy heterogéneos, que se originaron en algunos barrios caraqueños a finales de los ochenta que le hacían frente a grupos delictivos, algunos de ellos se politizaron, se juntaron con viejos que venían de la lucha armada, y terminaron siendo simpatizantes del gobierno. Estos grupos desde el punto de vista simbólico tuvieron mucha visibilidad, especialmente en la coyuntura del golpe de estado contra el Presidente Chávez. Pero luego han tenido batallas y conflictos ente ellos, por diversas razones, y se han ido mermando.
Finalmente, está el grueso, que sí son el poder real, que son funcionarios policiales y militares que actúan de civil y hacen el trabajo sucio, éstos son los más, los que suelen salir en videos de represión contra manifestantes. Por otra parte, también hay funcionarios de las fuerzas de seguridad que están desmovilizados y luego se organizan, o “colectivos de escoltas” que nadie sabe cómo están regulados.
La situación que se genera con estos funcionarios de civil es la que el gobierno instrumentaliza, cabalgando sobre los prejuicios de clase, de raza, y también los ideológicos para sobredimensionar estos actos ilegales de funcionarios de civil y presentarlos como “colectivos” populares leales a la revolución. A esto responde el amarillismo periodístico y de sectores opositores de manera sumamente funcional al gobierno, ya que inmoviliza y llena de pánico a la oposición en general con estos relatos.
Entonces, cuando se habla de colectivos se hace referencia a una mezcla donde hay mucha propaganda partidista y amarillismo periodístico, que tiene una base real de funcionarios policiales y militares que actúan de civil, que hacen el trabajo sucio para el gobierno, y unos escasos grupos de civiles armados en los que hay de todo un poco, algunos politizados, otros no tanto, que pueden servir a cualquier señor, incluyendo algunos sectores que son hampa común.
En síntesis, “colectivo”, en el contexto actual, en el que se le quiere dar el significado de “civiles armados” puede ser cualquier cosa: funcionarios de civil, hampa común, grupos parapoliciales o paramilitares, o una mezcla de todo lo anterior, que pueden hacer mucho daño para luego achacárselo al adversario político, una especie de mercenarios que trabajan para el mejor postor. Pero estos grupos pueden tener también agenda propia. Todo esto en el fondo sin evidencias, ni trabajos serios de investigación, solo quedan en hipótesis y especulaciones, difíciles de generalizar, habría que estudiar casos concretos que obedecerían a circunstancias locales muy específicas.
[Tomado de https://eldiario.com/2020/06/26/que-son-los-colectivos.]
II.- ¿Qué son las milicias?
Antes del año 2008 las llamadas Milicias no eran más que los reservistas voluntarios que podían complementar o apoyar a las FAN en casos extremos o de emergencia. Luego de esa fecha se les da mayor espacio institucional. Se le asignan labores de Defensa Integral de la Nación, que pueden ser cualquier cosa, ya que es un concepto “cajón de sastre”, bastante amplio y flexible.
Por lo que se puede ver en la vida cotidiana, los criterios de reclutamiento y selección son muy bajos, cualquiera puede apuntarse, es común ver a personas de la tercera edad con estos uniformes por la calle o haciendo labores menores en instalaciones públicas. No se sabe hasta qué punto pueda ser un recurso propagandístico para abultar la cifra del pie de fuerza militar. En noviembre del año pasado dijeron que la cifra de milicianos ascendía a 3 millones 300 mil, pero de allí a que eso se signifique que existe un ejército profesional, capacitado para hacer frente a situaciones que ameriten la defensa militar del territorio, hay un gran trecho.
A finales de enero de 2020 se anunció que -a través de la reforma normativa elaborada por la cuestionada ANC– se les considera como el quinto componente de las FAN, hasta ahora poco se conocen las capacidades institucionales reales que tiene la FAN cómo para asumir los costos que esto podría traer consigo. A estas alturas ya el texto de la Ley de la Fuerza Armada Nacional ha sufrido seis reformas en los últimos 15 años.
Una de las dimensiones más preocupantes, a parte de la desprofesionalización de las FAN, es esta idea de la unión cívico militar, que termina siendo más militar que cívica y las labores de inteligencia que le pudieran dar a la milicias en distintos espacios partidistas de carácter comunitario como Consejos Comunales, Comités Locales de Abastecimiento y Alimentación (CLAP) (que se encargan de la distribución de cajas con carbohidratos y aceite vegetal de los que depende mucha gente), las Redes de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS), que se establecen como distintos dispositivos de control y disciplinamiento social, espacios de vigilantismo y delación vecinal, funcionales para policializar y militarizar a la sociedad desde los espacios más pequeños y básicos de la comunidad.
Estos dispositivos se activaron de una manera muy eficaz en enero del año 2019 contra los manifestantes de los barrios pobres. En menos de una semana fallecieron unas 45 personas, se denuncia que al menos 26 murieron por disparos de miembros de las fuerzas de seguridad o grupos armados progubernamentales, varias habían sido aprehendidas después de haber participado en las protestas. Más de 800 detenidos, en esos días, muchas víctimas señalan que las RAAS y las CLAP facilitaron la información para que los cuerpos de seguridad fueran directamente a las casas de los manifestantes.
[Tomado de https://eldiario.com/2020/06/22/que-son-las-milicias.]
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