Natali Vásquez
“Una sociedad se define no solo por lo que crea, sino por lo que se niega a destruir”
John Sawhill
Ciento once mil ochocientos cuarenta y seis con ochenta y seis kilómetros cuadrados 111.846,86 Kmts2 de territorio es la superficie entregada para desarrollar el llamado Arco minero (fuente Decreto 2.248 de la Gaceta Oficial 40.855 del 24 de febrero de 2016) es decir el 12,2% de todo el territorio nacional, más o menos unas 15 veces el territorio de todo el estado Yaracuy, también duplica el territorio entregado en la llamada Faja Petrolífera del Orinoco, abarca la zona norte del estado Bolívar y noreste del estado Amazonas y también colinda con los estados Guárico, Apure, Anzoátegui y Monagas.
“Una sociedad se define no solo por lo que crea, sino por lo que se niega a destruir”
John Sawhill
Ciento once mil ochocientos cuarenta y seis con ochenta y seis kilómetros cuadrados 111.846,86 Kmts2 de territorio es la superficie entregada para desarrollar el llamado Arco minero (fuente Decreto 2.248 de la Gaceta Oficial 40.855 del 24 de febrero de 2016) es decir el 12,2% de todo el territorio nacional, más o menos unas 15 veces el territorio de todo el estado Yaracuy, también duplica el territorio entregado en la llamada Faja Petrolífera del Orinoco, abarca la zona norte del estado Bolívar y noreste del estado Amazonas y también colinda con los estados Guárico, Apure, Anzoátegui y Monagas.
Cabe destacar que esta intervención minera será a gran escala y a cielo abierto, con todas las consecuencias ambientales, desplazamientos de territorios indígenas y daño a una de las principales fuentes de agua del planeta, esto implica por ejemplo que se dará un proceso de desforestación a gran escala a lo largo de los trayectos para penetración, así como también otro proceso de desforestación en el sitio de explotación cuya área dependerá del sitio de interés es decir a mayor área de interés mayor área de deforestación.
Siendo que este tipo de minería el uso del agua es indispensable por lo que para extraer un gramo de oro se necesitaría un equivalente entre 400 y 1000 litros de agua, y si estamos hablando según cifras aportadas por las propias autoridades de un promedio de extracción de 20 mil toneladas de oro por año hasta alcanzar un promedio de 100 toneladas anuales, lo que significa que estaríamos perdiendo entre 45 mil a 1000 mil millones de litros de agua dulce de consumo humano, una cifra importante si tomamos en cuenta la demanda cada vez más grande para nuestra población.
También es importante destacar que en gran parte de estas áreas otorgadas para el Arco minero son áreas que pertenecen a las zonas ABRAE, es decir ÁREAS BAJO RÉGIMEN DE ADMINISTRACIÓN ESPECIAL, en su gran mayoría decretadas así por ser un importante potencial hidroeléctrico, áreas biodiversas de importancia y de suelos frágiles del precámbrico. Por lo que estaríamos ante el mayor crimen ecológico de los últimos tiempos.
Este proyecto estaría afectando innumerables ríos y cuencas que a su vez son tributarios del rio Orinoco como lo son el Suapure, el Cuchivero, el Caura, el rio el rio Aro y por supuesto el Caroní cada uno con sus tributarios. La afectación estaría dada por la contaminación de las aguas por todo tipo de fluidos utilizados para la separación de los minerales como por ejemplo el mercurio y sus conocidas consecuencias para la vida humana y la fauna presente en la zona.
Ahora bien más allá de esta revisión desde punto de vista ambiental que no pasa ni la mínima prueba de protección, tenemos la obligación como venezolanos, como latinoamericanos de no ser ajenos al crimen ecológico de mayor escala jamás perpetrado en nombre del “desarrollo”, que destruye la vida creando daños irreversibles en una de las zonas con las mayores reserva de agua del mundo, así como el mayor etnocidio y desplazamiento migratorio de nuestros hermanos indígenas quienes por siglos han sido los protectores de estas zonas.
No podemos simplemente callar, debemos salir del circo electoral y politiquero al que estamos constantemente convidados y comenzar a ver lo realmente medular de nuestra desgracia que es la entrega al capital transnacional de una de las zonas más importante para la vida del planeta y cuya visión económica se desarrolla bajo el mismo esquema extractivita y rentista con que se dio durante años la era petrolera.
Es hora de comencemos a estudiar, hacer trabajos de grado e investigación que documente y desenmascare esta terrible realidad, aún estamos a tiempo, pese a que este proyecto está en fase de desarrollo y muchas de las concesiones ya han sido otorgadas a compañías extranjeras del capital minero transnacional, aun el daño no es irreversible y estamos llamados a no permitir que ocurra.
También seremos cómplices por callar, por no saber darle la lectura correcta a este crimen ambiental, por actuar solo como borregos ante los llamados de politiqueros que nos distrae mientras avanza este tipo de proyectos, ayer fuimos sometidos por la fuerza del colonialismo español que robo nuestras riquezas, hoy nuestros gobiernos las entrega en concesión sin la más mínima resistencia. Ni siquiera la ignorancia de esto lo podremos usar como escusa porque no podemos ser indiferentes ante la muerte.
El llamado es continental porque no es una situación solo nuestra como país, sino que responde a la geopolítica de extractivismo e intervención del nuevo orden mundial en nuestra américa, que hará de nuestros países territorios arrasados y cuyos proyectos y ejes de desarrollo ya han sido establecidos a través de IIIRSA y que han sido suscrito por nuestros gobiernos.
El Arco Minero es muerte, callamos o levantamos la voz.
[Tomado de http://rupturaorg.blogspot.com/2019/10/el-arco-minero-del-orinoco.html.]
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