Isabella Reimi
En Venezuela las escuelas públicas tienen que autogestionar fondos , una práctica que es de vieja data pero que se acentúa este año escolar 2019-2020, como una forma para pagar los insumos que el Estado no provee.
La educación en Venezuela está definida como gratuita y obligatoria. Por eso, de acuerdo con Raquel Figueroa, coordinadora de la Unidad Democrática del Sector Educativo (Udse), el Estado debería proveer a todas las escuelas de los materiales necesarios para su funcionamiento. Pero aunque en la teoría la Educación tiene un presupuesto asignado, en la práctica las escuelas no se benefician de éste. Figueroa asegura que en la actualidad el dinero no está llegando a las escuelas, y que por tanto “ya no hay gratuidad en la enseñanza.”
En Venezuela las escuelas públicas tienen que autogestionar fondos , una práctica que es de vieja data pero que se acentúa este año escolar 2019-2020, como una forma para pagar los insumos que el Estado no provee.
La educación en Venezuela está definida como gratuita y obligatoria. Por eso, de acuerdo con Raquel Figueroa, coordinadora de la Unidad Democrática del Sector Educativo (Udse), el Estado debería proveer a todas las escuelas de los materiales necesarios para su funcionamiento. Pero aunque en la teoría la Educación tiene un presupuesto asignado, en la práctica las escuelas no se benefician de éste. Figueroa asegura que en la actualidad el dinero no está llegando a las escuelas, y que por tanto “ya no hay gratuidad en la enseñanza.”
En diciembre del 2018 Delcy Rodríguez presentó La Ley del Presupuesto para el Ejercicio Económico Financiero 2019 ante la Asamblea Nacional Constituyente. En ella se estableció que el 13% del presupuesto nacional se designaría a la educación, ciencia y tecnología. En ese momento se estimaba que la asignación estaba en el orden de 198 millardos 871 millones 400 mil bolívares, para beneficiar a siete millones de estudiantes.
Si el presupuesto se dividiera equitativamente en las 25 mil escuelas del país, equivaldría a 7 millones 954 mil 856 bolívares por escuela (9.000 dólares a la tasa de diciembre). Sin embargo, ya que las escuelas públicas no tienen personalidad jurídica, no pueden recibir directamente un presupuesto, por lo cual dependen de la asignación de materiales. En 2018 se había asignado a educación el 22% del presupuesto nacional, que era equivalente a 59.788.659 bolívares soberanos.
Una traba de la política chavista para recibir donativos
De acuerdo con Olga Ramos, miembro del Observatorio Educativo de Venezuela y especialista en gestión educativa, la presidencia de Hugo Chávez fue la primera en obstaculizar que las escuelas manejaran un presupuesto. Anteriormente, la gestión de asociaciones civiles dentro de los planteles públicos les permitía recibir donaciones de materiales. Chávez eliminó esta figura. “La gestión de Chávez impidió que los padres hicieran donativos, de manera que el Estado se quedara con la competencia única de hacer la dotación”.
Posteriormente, la partida 20, que asignaba a las escuelas recursos para pago de material e infraestructura según la cantidad de alumnos que beneficiaba, fue desapareciendo progresivamente.
En la actualidad, dijo Ramos, las escuelas piden la colaboración de su comunidad, y aunque esté en contra del reglamento, “el gobierno se hace la vista gorda, porque no tienen manera de mantener a las escuelas”. Por lo tanto Raquel Figueroa consideró que la responsabilidad de sostener la educación termina descargando peso en la sociedad.
Escuela Libertador organiza verbenas
En el complejo educativo, Unidad Educativa Nacional “Libertador”, en el municipio Chacao del estado Miranda, la comunidad escolar tiene que organizar verbenas y bingos para poder autosustentarse. Esto lo recordaron en la memoria y cuenta de la asamblea de padres, celebrada este miércoles 15 de octubre. En el año escolar 2017-2018, la Libertador recolectó 4 millones de bolívares organizando un bingo para la comunidad, y 161 mil bolívares con una venta de chupi chupi que estaba a cargo de los alumnos de bachillerato. Esto para poder comprar e instalar una bomba de agua para el plantel.
Otros gastos de importancia que tuvieron durante ese período fueron la compra de dos kilos de electrodos y el pago para recargar los toner para impresiones. En el período vacacional invirtieron 300 mil bolívares para pagar vigilantes, 110 mil para la comida de los trabajadores que cuidaron a los niños y 150 mil para pagar el camión que transportó durante dos meses los alimentos para el comedor escolar. Para poder sentar a todos los niños, la directora del plantel, Ana Martínez, consiguió una donación de pupitres de una escuela militar que cerró. Pero para trasladarlos se gastaron 30 mil bolívares extra.
Plantel deteriorado
Aún con el esfuerzo, el plantel no logra estar en óptimas condiciones. Los pasillos no tienen bombillos, la fachada se viste de arreglos de cemento y pintura vieja, el techo se está cayendo. Después de padecer un sismo en 2018 que deterioró la infraestructura, no fueron receptores del plan “una gota de amor para mi escuela en resistencia” que el Ejecutivo y el Ministro de Educación habían anunciado para la rehabilitación de planteles.
De acuerdo con el profesor Levy Molero, en octubre una comisión del Ministerio asistió a evaluar las condiciones del plantel y los ingenieros aseguraron que enviarían recursos para recuperar las áreas. Sin embargo, el pasado 10 de octubre el supervisor de la Zona Educativa, Carlos Chacón, dijo a Efecto Cocuyo que “Libertador es el plantel que está en mejores condiciones en Chacao”.
Estudiantes sin uniforme
En algunas escuelas públicas del país el Ministerio ha entregado bolsos y uniformes desde mediados de octubre, para el año escolar que inició en septiembre. Este no es el caso de la escuela El Libertador, admitieron sus profesores.
En vista de la dificultad que supone para los padres asumir los costos de los uniformes para sus hijos, la directiva del plantel ha decidido ser un poco más permisiva. Ahora, los muchachos pueden usar suéteres de color azul marino, negro, gris o blanco, y zapatos negros, azul marino, marrones o blancos. En el caso de los zapatos deportivos, se están aceptando todos los colores hasta diciembre, para que los padres puedan comprar zapatos de goma blanco con el bono de aguinaldo.
La falta de material estratégico y pedagógico
En la Escuala Municipal Simón Rodríguez, en el municipio Sucre, “todo funciona por autogestión”, de acuerdo al profesor Frank León. Este inicio del año escolar, los docentes intentaron convencer a la directora del plantel que debían pedirle a los representantes cloro, papel toilette, jabón y desinfectantes para la limpieza. Esta solicitud se les fue negada ya que la docente “tiene el chavismo en las venas”, dijo León. Sin embargo, hasta ahora el Ministerio de Educación no les ha dotado estos insumos.
Otro problema fundamental que tienen es el del mantenimiento de la sala de computación. En septiembre, el docente Felipe Emilio González, entregó a la directora un listado a cerca de las condiciones de las máquinas. Casi de la mitad de los componentes de esta aula se encontraban dañados.
En el caso del liceo Felipe Fermín Paúl, la situación se agrava. Además de tener que pedirle a los padres que impriman las boletas de sus hijos en material reciclado, y no contar tampoco con material de limpieza, no pueden garantizarle a los alumnos la satisfacción de sus necesidades básicas en el horario escolar. Los estudiantes no cuentan con baños, bebederos ni comedor escolar desde hace un par de años.
[Tomado de https://efectococuyo.com/la-humanidad/ya-no-hay-gratuidad-escuelas-publicas-tienden-a-la-autogestion.]
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