Humberto Decarli
Las recientes confrontaciones declarativas entre Estados Unidos e Irán a propósito de incidentes acaecidos en el estrecho de Ormuz, han estremecido a la opinión pública internacional. La importancia de esta pugnacidad reside en la posibilidad de una escalada bélica en el Golfo Pérsico con motivo de las sanciones económicas de Washington al régimen chiita persa. Sin embargo, ha ocurrido una suerte de contención porque hasta ahora ha sido una estridencia informativa para persuadir a los iraníes de acatar las condiciones impuestas por la Casa Blanca por la violación, a juicio de los americanos, de los acuerdos respecto a la renuncia de Irán de emplear la industria nuclear para la guerra.
Las recientes confrontaciones declarativas entre Estados Unidos e Irán a propósito de incidentes acaecidos en el estrecho de Ormuz, han estremecido a la opinión pública internacional. La importancia de esta pugnacidad reside en la posibilidad de una escalada bélica en el Golfo Pérsico con motivo de las sanciones económicas de Washington al régimen chiita persa. Sin embargo, ha ocurrido una suerte de contención porque hasta ahora ha sido una estridencia informativa para persuadir a los iraníes de acatar las condiciones impuestas por la Casa Blanca por la violación, a juicio de los americanos, de los acuerdos respecto a la renuncia de Irán de emplear la industria nuclear para la guerra.
El acuerdo para obligar a Irán a usar la energía atómica con fines pacíficos
Posterior a muchas presiones, sanciones y embargos económicos y financieros, se pudo alcanzar un avenimiento para regular el uso iraní de la energía nuclear exclusivamente para la paz. El acuerdo se materializó en el año 2015 entre Irán, Estados Unidos, la Unión Europea, Francia, el Reino Unido, Alemania, Rusia y China. Fue alcanzado por la mediación de la gestión de Barack Obama. Se cambiaba el levantamiento de las sanciones económicas y financieras al régimen persa por su renuncia al programa de desarrollo nuclear bélico. El presidente americano se ufanaba de haber obtenido un buen arreglo sin disparar un tiro en beneficio de la humanidad.
Trump denuncia el acuerdo
El actual presidente americano procedió a anunciar la denuncia del tratado y dio un plazo a Irán para rectificar algunas actividades.Igualmente instó a los demás firmantes para exigirle a Teherán un ultimátum. Ambas posibilidades fueron rechazadas porque estiman no haber ningún incumplimiento de lo pactado. Pero vencido el término otorgado, U.S.A. ejerció sanciones económicas y financieras con el objetivo de constreñir a Irán para abstenerse de utilizar la energía atómica con fines de guerra.
Así las cosas, la situación se encuentra en un punto muerto porque Rusia y China apoyan a los ayatolás, los europeos están a la expectativa aunque estiman no haber ningún incumplimiento del tratado y surge una pugna entre los voceros americanos e iraníes así como continúan las sanciones para asfixiarlos. Mientras ocurre una espiral de amenazas y vías de hecho traducidas en el envío de una escuadra encabezada por el portaviones Lincoln y cruceros lanza misiles hacia el golfo pérsico, tres buques petroleros fueron incendiados en el estrecho de Ormuz y el derribo de un dron norteamericano en la zona.
Trump anunció que detuvo una respuesta rápida basada en la superioridad tecnológica para evitar muertes. Esa versión es palmariamente no creíble porque a los estadounidenses nunca les ha importado las bajas en guerra o en genocidios. Si no, basta con valorar el número de muertos, lesionados y heridos provocados por las bombas atómicas enviadas a Nagasaki e Hiroshima cuando Japón estaba perdiendo diáfanamente la confrontación. Simplemente se trataba de intimidar a los soviéticos con las nuevas armas y comprobar in situsus demoledores efectos.
Es importante hacer notar la existencia de un ambiente de hostilidad en el golfo arábigo en los años ochenta con enfrentamientos entre Estados Unidos e Irak y también con Irán, con resultado de buques hundidos y lo más lamentable, el derribo, supuestamente por error, de un avión civil iraní con más de doscientas personas a bordo.
Una política cumplida que no intimida a nadie
Es un hecho incontrovertible la actitud del gobierno de Washington. Su conducta es no participar directamente en conflictos regionales para no tener erogaciones improductivas. Se han retirado de Afganistán, Irak y de Siria, ahorrándose esos recursos para otros cometidos. No se trata de asumir la paz como un telos sino de evitar gastos superfluos. Trump ha criticado acremente a algunos países europeos atrasados en sus cuotas en la OTAN, argumentado que ya basta de asumir por parte de Estados Unidos los costos de eventuales guerras.
Sin embargo, los norteamericanos se han convertidos en los mayores vendedores de armas y tienen, entre sus clientes, a la nación que más las adquiere, el reino de Arabia Saudita y su medieval casa real. Es una postura de doble rasero, se limitan los gastos de guerra pero se vende en grandes cantidades los caros y eficaces instrumentos ofensivos. Trump se enorgullece de disponer una oferta formidable de armamentos de altos costos pero acompañados de la confianza de sus resultados, garantía de mantenimiento y de repuestos, y lo más relevante, el control desde el Pentágono del uso y operatividad de esas herramientas de muerte. Teherán busca pertenecer al club atómico porque es aval de respeto por parte de los Estados Unidos aunque se debe reconocer el efecto estrangulador de las penalidades ejercidas sobre el régimen chita. Siempre se ha temido por armamento mortífero en manos islámicas pero el Tío Sam ha sido el único país en hacerl su uso realidad en Japón en 1945.
Ante una política exterior y de defensa centrada en la reducción del ejercicio militar en invasiones se hace notorio ese comportamiento y de allí que solo podría funcionar difícilmente como disuasión. Por tal razón, Irán hace caso omiso a los gritos de Trump así como los cubanos no temen por las amenazas contra Venezuela. En este último caso es asaz conocida la improbable intervención en el país y de allí la solución represiva asumida por el gobierno de Caracas con el apoyo de la dictadura de la mayor de las Antillas.
Colofón
El presidente republicano maneja a la perfección la intoxicación informativa y los fake news. No en balde proviene del centro del espectáculo, con sus conocidos realitys show y el torneo misógino de Miss Universo. Con sus cabriolas declarativas afirma, se contradice y rectifica de nuevo. Son los pasos de la hostilidad de los mensajes intencionalmente materializados con miras a la búsqueda de soluciones ventajosas para su administración.
Así mismo, ha denostado de las posturas de Obama como el acuerdo sobre Irán y del programa denominado Obamacare pero tiene buena sintonía con el nuevo zar ruso, Vladimir Putin, y muy óptima empatía con el dictador de Corea del Norte, Kim Jon-Un. Son efluvios de un político pragmático sin ética alguna y con sentido de la oportunidad y la conveniencia.
Adicionalmente falta cerca de año y medio para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y el actual Jefe de Estado gringo actúa en consecuencia. A pesar de contar con cifras macroeconómicas favorables como bajas tasas impositivas, de desempleo y de inflación, no necesariamente permanentes en el tiempo, sus iniciativas agresivas contra los afroamericanos, los latinos y los migrantes en general, no generan augurios nítidos para la reelección como lo evidencia la ventaja de diez por ciento que le lleva el precandidato demócrata Joe Biden en el estado de Florida así como la caída del actual inquilino de la Casa Blanca en los sondeos de opinión en Wisconsin, Ohio y Michigan, zonas industriales que le dieron el triunfo en los colegios electorales, que no en el voto popular, en la anterior elección.
Otros opinan que el político republicano no llegará al final de su mandato por motivos de un impeachment derivado de las múltiples transgresiones típicas de Donald Trump. Mas lo cierto es que el orbe se encuentra en las manos irresponsables de un demagogo venido del mundo del espectáculo ante la decadencia de la representación.
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