Jacinto Ceacero (periódico Rojo
y Negro)
* Militante
y teórico libertario desde 1960, hijo del
exilio en Francia, participó
en la creación de la "A" circulada. Se incorporó a la luchas de la Federación Ibérica de las Juventudes
Libertarias (FIJL) contra la dictadura. Participó activamente en el
"Mayo del 68" y
posteriormente en la reconstrucción de la CNT. Catedrático de Psicología Social en la Universidad
Autónoma de Barcelona hasta su
jubilación. Cofundador de la
revista Archipiélago, ha publicado numerosos libros y
artículos. Los más recientes: Anarquismo
es movimiento (2014); Anarquismos a contratiempo (2017); Agitando
los anarquismos (2018); Contra la dominación (2019).
- En estas fechas, todo el país está
envuelto en varios procesos electorales, ¿qué opinas de la situación política
actual?, ¿qué está sucediendo para
que la extrema derecha franquista vuelva con
fuerza?, ¿son tiempos de abstención activa?
° Para
entender lo que ocurre en España es preciso mirar también hacia fuera de ella
enmarcando su situación en unas tendencias
generales que comparte con los países de su
entorno y que están modificando profundamente el escenario político. La
irrupción de Vox se inscribe
en el auge generalizado de los
populismos de extrema derecha, pero también resulta de factores locales.
Uno
de ellos remite a la memoria histórica
del franquismo que aún pesa en el imaginario de una población cuyos ascendentes
se identificaban en buen
número con ese régimen. Ahora bien, lejos de ser una mera emanación del
franquismo, Vox es un fenómeno
político novedoso dotado de rasgos singulares, y conviene tenerlo en cuenta si
se quiere plantarle cara con
cierta eficacia.
Otro
factor de carácter local consiste en el
carácter reactivo de ese fenómeno frente a un
nacionalismo que compite con el nacionalismo español. No había que ser muy
perspicaz para pronosticar en 2017, como algunos
así lo hicimos, que la consecuencia de contribuir al auge del independentismo
nacionalista en Catalunya iba
a provocar un fortalecimiento simétrico del nacionalismo español, dando alas a los sectores más
reaccionarios.
En
ese contexto, la abstención activa es
más necesaria que nunca. Para culpabilizar
la abstención se esgrime la papeleta electoral
como el arma que debemos empuñar para
luchar contra Vox. Sin embargo, llevar el
combate contra la extrema derecha al terreno electoral, y hacer depender su
derrota de nuestra papeleta,
contribuye a situarla como una
opción democráticamente posible,
blanqueando su carácter profundamente antidemocrático. Se descuida así el
terreno donde realmente hay que
afrontarla, el de las prácticas
cotidianas que son insustituibles
para esterilizar todos sus caldos de cultivo.
Además, cuando cunde cierta desafección
hacia el sistema de partidos y su circo electoral, resulta que azuzar el temor
a la presencia de la extrema derecha en los parlamentos es un potente instrumento para motivar al electorado y conseguir que no cambie nada que sea realmente importante para la perpetuación
del sistema.
- ¿Cómo vives la situación política de
Catalunya?
° En
tanto que observador político la vivo con
enorme interés, pero en tanto que militante
la vivo con una considerable desesperación.
Con enorme interés porque Catalunya constituye desde hace años un magnífico
laboratorio donde se puede observar la manera
en la que el nacionalismo va creando las
condiciones para una tormenta perfecta.
Con desesperación porque esa tormenta perfecta, donde lo que prima es la
afectividad identitaria, está
postergando para largo tiempo
la emergencia de luchas sociales con
algunas tonalidades libertarias.
- Has escrito recientemente una serie de
cartas sobre la participación
de sectores libertarios en el proceso
independentista. Desde el pensamiento
anarquista, internacionalista, ¿qué valoración
haces de esta relación?
° Implicarse
en ese proceso constituye un tremendo error. Para justificar esa implicación se han elaborado muchos relatos más o menos convincentes, pero todos ellos adolecen
de una infravaloración sistemática del
componente nacionalista del procés.
Se argumenta, por ejemplo, que debemos participar en las luchas populares
aunque estas no reflejen
plenamente nuestras orientaciones
porque es así como podemos inyectarles tonalidades libertarias. Aunque eso es
cierto, el error consiste en
infravalorar los contenidos concretos
de las luchas más allá de su carácter “popular”. Algunos son incompatibles con las orientaciones libertarias, y las
luchas que tienen resonancias
nacionalistas y que mantienen
vinculaciones gubernamentales ilustran
esa incompatibilidad.
Otro
de los errores consiste en creer que
la actual lucha en Catalunya va a dinamizar
los conflictos en España, haciendo estallar el
sistema capitalista o, por lo menos, el régimen del 78. Se obvia así que buena
parte de lo que realmente se
suscita es una reacción de
carácter tan nacionalista como la que
existe en Catalunya.
- Por otra parte, has hecho públicas
tres cartas en las que
terminas comunicando tu desafiliación del
Sindicato de Enseñanza de Barcelona. ¿Qué te ha
llevado a ello? ¿Esa era la única solución, la mejor solución?
° Lo cierto es que me quedé de piedra al enterarme
de que mi sindicato se sumaba a la
huelga general convocada por el sindicato independentista I-CSC, y respaldada
por el Gobierno de Catalunya.
Cuando el Tribunal Supremo
cambió la fecha de inicio del juicioel
I-CSC aplazó ipso facto la convocatoria
para hacerla coincidir con la nueva fecha, explicitando así la auténtica
motivación de la huelga
general.
Al
comprobar que mi sindicato se sumaba
de nuevo a la consigna de la I-CSC, entendí
que mi postura distaba demasiado del sentir
mayoritario y me desafilié de un sindicato en
el que ya no me sentía mínimamente cómodo.
Ciertamente,
con más años de vida por delante, esa no me hubiera parecido la mejor solución, y hubiese volcado mis energías en intentar cambiar la orientación del sindicato,
pero admito que ya no me veo con
ánimos de derrochar tal esfuerzo y prefiero
dedicar tiempo y trabajo a otras actividades
militantes.
- Con un enfoque más amplio,
trascendiendo la situación concreta de nuestro país, ¿cuál es el estado en que
se encuentra el movimiento anarquista
en el mundo?, ¿qué futuro le auguras?
° La
situación del movimiento anarquista dista
mucho de ser pletórica, pero me atrevería a
decir que nunca fue tan buena. En efecto,
nunca el anarquismo estuvo presente en tantos lugares del planeta, y resulta
además que sus principios
básicos conectan mejor que nunca
con ciertas características del mundo
contemporáneo. Resulta, además, que de
confirmarse las líneas evolutivas que se van
dibujando, el futuro del anarquismo parece
estar garantizado por partida doble.
Por
una parte, todo indica que la conexión
entre los principios básicos del anarquismo
y algunas de las características del mundo se
va a acentuar, fertilizando así el terreno para
las ideas libertarias. Por otra parte, esas líneas evolutivas también anuncian la expansión de los dispositivos de dominación y,
paradójicamente, eso también propicia la correlativa expansión de aquello que tiene por vocación luchar contra la dominación, es decir, el anarquismo, aunque el desenlace final de
esa contienda resulte más que
preocupante en el contexto del
totalitarismo de nuevo cuño que
las tecnologías de punta están promoviendo.
- ¿Qué mensajes de optimismo podemos dar
para que la revolución social
se vaya abriendo camino? El
movimiento 8M, la lucha por las pensiones públicas dignas o los viernes por el
futuro (la lucha estudiantil
contra el cambio climático) ¿son ejemplos válidos de que la lucha continúa?
° Yo
no lo plantearía en términos de que la revolución social se vaya abriendo
camino, sino en términos de
suscitar el deseo de revolución en un número creciente de colectivos y de individualidades. Ese deseo es fundamental
para potenciar las luchas radicales, y para
fomentar sensibilidades libertarias, y es bien
cierto que son muchas las luchas actuales
que, sin plantearse una hipotética revolución
social, pueden engendrar ese deseo. Muchas
de ellas son luchas concretas que parecen limitarse a aspectos parciales, sin
embargo, resulta que esos aspectos parciales tienen un alcance global, o por lo menos potencialmente
global, como es el caso de las tres movilizaciones que mencionas. Facilitadas
por las nuevas tecnologías, las
grandes movilizaciones sociales más o menos espontáneas que surgen en el mundo pueden llegar a poner el sistema “fuera de control”, sobre todo si factores casuales hacen que
converjan en un determinado
momento abriendo de esa forma
posibilidades de cambio total.
[Artículo
publicado originalmente en el periódico Rojo
y Negro # 335, Madrid, junio 2019. Número completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro%20335%20junio.pdf.]
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