Shari Avendaño
Esta es la tercera vez que Eduardo (nombre ficticio) ingresa en el Hospital José Manuel de Los Ríos por anemia y desnutrición leve. Tras pasar un mes en el área de hospitalización, al bebé de nueve meses de edad, le brillan los ojos de nuevo. Hace sonidos, se mueve y hasta le sonríe a los desconocidos. Sin embargo, cuando sea dado de alta, podría recaer, dada la situación económica de su familia.
La afección era causada por un parásito alojado en los intestinos. Lo que se suma al hecho de que la leche materna ha sido el único alimento de Eduardo desde que nació, contó su mamá. “Aquí solo come el niño”, comentó la señora sobre la dieta que suministran en el J.M. Sus compañeras de hospitalización la han ayudado con algo de comer durante su estadía en el centro de salud. Ella tiene otros tres hijos. La familia depende del salario de un tío para sobrevivir y del beneficio alimenticio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). “Debería llegar cada mes (el Clap)”, aunque han pasado tres meses desde la última vez que apareció en su residencia ubicada en Caucagua, estado Miranda.
Esta es la tercera vez que Eduardo (nombre ficticio) ingresa en el Hospital José Manuel de Los Ríos por anemia y desnutrición leve. Tras pasar un mes en el área de hospitalización, al bebé de nueve meses de edad, le brillan los ojos de nuevo. Hace sonidos, se mueve y hasta le sonríe a los desconocidos. Sin embargo, cuando sea dado de alta, podría recaer, dada la situación económica de su familia.
La afección era causada por un parásito alojado en los intestinos. Lo que se suma al hecho de que la leche materna ha sido el único alimento de Eduardo desde que nació, contó su mamá. “Aquí solo come el niño”, comentó la señora sobre la dieta que suministran en el J.M. Sus compañeras de hospitalización la han ayudado con algo de comer durante su estadía en el centro de salud. Ella tiene otros tres hijos. La familia depende del salario de un tío para sobrevivir y del beneficio alimenticio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). “Debería llegar cada mes (el Clap)”, aunque han pasado tres meses desde la última vez que apareció en su residencia ubicada en Caucagua, estado Miranda.
Eduardo es apenas uno de los niños que han sido referidos al Servicio de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo del Hospital J.M. de Los Ríos en lo que va de 2018, por padecer de algún grado de malnutrición por déficit. Los casos de malnutrición por exceso han disminuido desde 2015. Esta es la tercera vez que Eduardo* ingresa en el Hospital José Manuel de Los Ríos por anemia y desnutrición leve. Tras pasar un mes en el área de hospitalización, al bebé de nueve meses de edad, le brillan los ojos de nuevo. Hace sonidos, se mueve y hasta le sonríe a los desconocidos. Sin embargo, cuando sea dado de alta, podría recaer, dada la situación económica de su familia.
La afección era causada por un parásito alojado en los intestinos. Lo que se suma al hecho de que la leche materna ha sido el único alimento de Eduardo desde que nació, contó su mamá. “Aquí solo come el niño”, comentó la señora sobre la dieta que suministran en el J.M. Sus compañeras de hospitalización la han ayudado con algo de comer durante su estadía en el centro de salud. Ella tiene otros tres hijos. La familia depende del salario de un tío para sobrevivir y del beneficio alimenticio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap). “Debería llegar cada mes (el Clap)”, aunque han pasado tres meses desde la última vez que apareció en su residencia ubicada en Caucagua, estado Miranda. Eduardo es apenas uno de los niños que han sido referidos al Servicio de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo del Hospital J.M. de Los Ríos en lo que va de 2018, por padecer de algún grado de malnutrición por déficit. Los casos de malnutrición por exceso han disminuido desde 2015.
Más niños como Eduardo
Según la jefa del Servicio de Nutrición Crecimiento y Desarrollo, la doctora Ingrid Soto, parte de los bebés que son referidos a la consulta no están tomando una fórmula adecuada para sus requerimientos nutricionales. Beben la leche que viene en la caja Clap, desde aproximadamente el año 2015. “Si a cada tetero se le tiene que echar cuatro cucharadas (de leche en polvo), le echan una y de casualidad. Lo complementan con arroz, espaguetti y otros los cereales”, comenta Soto. También se les da proteínas de origen vegetal, como la yuca y el plátano.
El nutricionista y miembro del Observatorio Venezolano de Salud de la Fundación Bengoa, Pablo Hernández, explicó que a nivel internacional las encuestas de consumo de alimentos se hacen cada dos, cinco y hasta diez años, debido a que esos patrones no cambian tan rápido. En Venezuela las tendencias varían con mayor frecuencia. Esto se evidencia en los resultados de la sección de alimentación de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2017, realizado por las principales universidades del país, encabezadas por la Fundación Bengoa. La organización publica datos desde el año 2014 y muestra como la inflación ha reducido el poder de compra. Este factor genera ajustes y desajustes en la dinámica del hogar en lo relativo a la compra de alimentos y otros productos. A juicio de Hernández, la realización de estas encuestas permite planificar políticas públicas. “Allí se podría saber los factores socioeconómicos que se está afectando, en pro de mejorar”, dijo el nutricionista.
La investigadora de la Fundación Bengoa, Maritza Landaeta, dio ejemplos: a partir de estos datos se organizaban programas para atender a las zonas más desasistidas y mejorar la disponibilidad de alimentos. En oportunidades, la atención nutricional se prestaba en los ambulatorios. Se hacían consultas y se facilitaba la suplementación necesaria para que las personas superaran sus deficiencias.
Ante la ausencia de datos oficiales queda en incógnita cómo se va a reparar el estado nutricional de los venezolanos, lo que influye directamente en su salud. Según la Encovi 2017, la dieta tradicional sigue perdiendo calidad, cantidad y variedad. las fuentes de hierro se redujeron por la disminución del aporte de hortalizas, frutas y la harina de maíz.
[Tomado de http://venezuelasindatos.efectococuyo.com/2018/12/09/estado-nutricional-a-la-deriva.]
Ante la ausencia de datos oficiales queda en incógnita cómo se va a reparar el estado nutricional de los venezolanos, lo que influye directamente en su salud. Según la Encovi 2017, la dieta tradicional sigue perdiendo calidad, cantidad y variedad. las fuentes de hierro se redujeron por la disminución del aporte de hortalizas, frutas y la harina de maíz.
[Tomado de http://venezuelasindatos.efectococuyo.com/2018/12/09/estado-nutricional-a-la-deriva.]
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