Periódico El Libertario
Proponemos aquí un reto al que pocos, muy pocos, podrían responder con honestidad y coherencia en el escenario político-social venezolano: ver que se decía en aquellos tiempos sobre lo que un recién entronizado Hugo Chávez y su flamante propuesta de gobierno significaban para Venezuela y contrastarlo con lo que hoy se proclama al respecto. Ciertamente eran tiempos donde era muy poco "político" decir aquello que exponíamos y bastante gente deslumbrada por el espejismo chavista se alejó o rompió con nosotros por eso, pero ser consecuentes con lo que pensabamos y haciamos como anarquistas nos imponia esa postura.
Hoy vemos hacia ese pasado y consideramos que tenía pleno sentido y justificación afirmarnos en esa postura. Para valorarla, recogemos en este post y el siguiente 9 textos que publicamos entre febrero de 1999 y febrero del 2000 en los 5 números que salieron a la calle de nuestro vocero impreso, precisamente el lapso que comprendió el año inicial de la presidencia de Chávez.
Proponemos aquí un reto al que pocos, muy pocos, podrían responder con honestidad y coherencia en el escenario político-social venezolano: ver que se decía en aquellos tiempos sobre lo que un recién entronizado Hugo Chávez y su flamante propuesta de gobierno significaban para Venezuela y contrastarlo con lo que hoy se proclama al respecto. Ciertamente eran tiempos donde era muy poco "político" decir aquello que exponíamos y bastante gente deslumbrada por el espejismo chavista se alejó o rompió con nosotros por eso, pero ser consecuentes con lo que pensabamos y haciamos como anarquistas nos imponia esa postura.
Hoy vemos hacia ese pasado y consideramos que tenía pleno sentido y justificación afirmarnos en esa postura. Para valorarla, recogemos en este post y el siguiente 9 textos que publicamos entre febrero de 1999 y febrero del 2000 en los 5 números que salieron a la calle de nuestro vocero impreso, precisamente el lapso que comprendió el año inicial de la presidencia de Chávez.
I.- Nuevo gobierno: Llegaron los gorilas
* Publicado en El Libertario # 13, febrero-marzo 1999.
II.- Gorila vestido de seda, gorila se queda
Pedro Pablo
* Publicado en el # 14,mayo-junio 1999.
Anticipamos en el número anterior que Venezuela iniciaba un proceso electoral ininterrumpido y de progresiva militarización. Hoy nos referiremos a esto último, lo cual tiene dos vertientes. Por un lado los militares, o una parte al menos, se han convertido en el partido de gobierno y de allí salen dirigentes para todos los niveles y todos los estamentos de la administración pública. Por otro, el presidente ha organizado una ocupación del país por las Fuerzas Armadas llamada "alianza cívico-militar", la cual es una alianza muy curiosa. Están aliados unos fulanos con armas y real y otros sin real y sin armas, y supuestamente los armados obedecen a los pata en el suelo. Difícil de creer.
El argumento a favor de esta alianza, mas allá del patrioterismo de escuela primaria que enarbola el gobierno mayor, es que es bueno que los militares cuamplan una función social y hagan algo útil. Este argumento es insostenible y digo porque:
1) Vivimos en el capitalismo neoliberal, al que el gobierno se adherió completamente, ya que hasta mantiene la misma ministra de hacienda del gobierno anterior. En este sistema lo que no sirve se bota y si se trata de exceso de personal, más rápido. Entonces, si hay entre 800 o 100 mil soldados que no hacen nada en el ejército y tengo que buscarles oficio, ¿porqué simplemente no los boto?, ¿porqué en lugar de botar empleados de la administración pública no reducimos el número de soldados que no hacen nada y nos salen carísimos en equipos? Eliminar las Fuerzas Armadas sería una buena propuesta para la nueva constitución.
2) Por otro lado Venezuela tiene graves problemas de desocupación y trabajo bien remunerado. ¿La solución es lanzar 70.000 personas más que ya tienen medios de vida a competir con los que no lo tienen? Más beneficioso sería solear ese dinero para dar trabajo a los que no lo tienen en lugar de darlo a quienes supuestamente tienen trabajo: los militares. Y si no tienen oficio, entonces que los boten.
3) Se dirá que los militares son más ordenados y eficientes, mejores pues. Bueno, esto no parece porque intentaron un golpe y no lo lograron. En todo caso habría que llamar a los que le ganaron a Chavez. Pero además, sin tanto mapa y tanto gamelote, el 27F la gente, sin estar pensando 10 años la vaina, saqueó Caracas y cambió la historia, y estos que ahora gobiernan, se encargaron de caernos a plomo. Entonces, es mejor que la gente se haga cargo.
4) Se dirá que ellos tienen que estar a cargo porque todos los demás son corruptos y se van a coger los reales. Bueno, si alguien cree en la honestidad de los militares que me avise. Todo señala que se mantuvieron en los cuarteles mientras había real. Ahora no hay y decidieron salir a tomarlo a PDVSA, al Seniat, los ministerios y el plan Bolívar 2000.
De manera que todo señala que el Plan Cívico-Militar tiene otras razones:
1) Los soldados en la calle no van a dejar de hacer su trabajo. Es bien sabido que en latinoamérica los ejércitos tienen una clara función: controlar el frente interno. Hasta los 80´s esa tarea se orientaba a detener el comunismo. Hoy que el comunismo murió, se ahogan los brotes espontáneos de protesta. En otros países, o en otros tiempos, esto se hace más "civilizadamente" mediante los partidos políticos, los sindicatos y los medios de comunicación. Pero el nuevo lider sólo cree en la fuerza bruta y vuelve a métodos más primitivos. Si sumamos los soldados en la calle y toda la policía tenemos 1 miembro de cuerpo represivo por cada 100 habitantes. Cuidado con levantar la mano bruscamente porque le va a meter un dedo en el ojo a un militar o un policía (sin contar a sapos y alcahuetes).
2) Si a esto le agregamos que el control administrativo de reales y el mando van a estar en manos de los militares, que van a tener recursos y que tienen las armas, entonces los alcaldes y gobernadores que eligieron van a estar pintados en la pared. El plan Cívico-militar es el montaje de una estructura de poder paralela a la existente, autoritaria, no democrática y militarizada.
Final. Sin políticos corruptos, sin sindicalistas corruptos, sin oposición quedamos en manos de Fedecámaras y militares. Por suerte están los curas, para que Dios nos agarre confesados, porque de esa combinación nada bueno podemos esperar.
III.- Editorial # 15, agosto-septiembre 1999
Como una muestra del espíritu democrático que anima al actual gobierno el Ministerio de Educación ha decidido, por todos los jóvenes del país y sin consultarles, las virtudes de una cátedra de instrucción pre-militar. Si bien la cátedra de marras existía en carácter experimental, lo imprescindible de su naturaleza educativa había reducido a un 10% el número de institutos públicos que la impartían. Pues ahora, desde septiembre, se iniciará un proceso que aspira que todos los planteles públicos y privados a nivel de 4to. y 5to. año, tengan a sus chicos bien formaditos, haciendo orden cerrado y aprendiendo las bondades de las artes castrenses. El ministro ucevista Hector Navarro pregona a los cuatro vientos lo pedagógico de la medida, afirmando que se ha redimensionado la materia por haber "eliminado las practicas de tiro". (porque una cosa es estar en la oposición y otra, en el gobierno ¿no profe?).
A ver si Navarro se entera (ya que le gustan tanto las ordenanzas) que el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, junto al artículo 5 de la Declaración Americana proclaman el derecho de toda persona a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Que la ONU en una resolución 1989/59, del 8 de marzo del 89, reconoce el derecho de toda persona a tener objeción de conciencia al servicio militar obligatorio como ejercicio legítimo del derecho a la libertad de pensamiento -cosa que una educación digna de llamarse así debe promover, o sea, el poder pensar y decidir por si mismo-.
Si se pretende legitimar la cátedra con discursos y maquillaje, ¿porqué no profundizar cualitativamente las restantes: historia, literatura, artes, filosofía..., las cuales sí verdaderamente forman valores de solidaridad y convivencia? ¿Porqué la disciplina militar y no la discusión liberadora?, ¿Porqué desviar recursos para ver clases en los cuarteles y no repotenciar los institutos públicos para un real proceso vivencial de aprendizaje?
L@s libertari@s hemos iniciado una campaña de información y repulsa a dicha materia pre-militar. Si te interesa ver los materiales que editamos al respecto, no dudes en solicitarlos al e-mail , o lo que seria mejor: difunde tus propios puntos de vista al respecto y organiza a tus amig@s. Para nosotr@s la solución es sencilla: Si Navarro, Chávez y los "republicanos" les parece tan ineludible ver clases para aprendices de soldados, pues, que vayan ellos.
IV.- El militar nuestro de cada día... dánoslo hoy
Rafa
* Publicado en el # 15, agosto-septiembre 1999.
Absolutamente convencidos que el problema no es de hombres sino de estructuras, los anarquistas hemos visto en Chávez y sus "republicanos" la pretensión de legitimar una nueva hegemonía. Lejos de los optimistas vaticinios sobre la "irrupción de nuevos actores políticos", percibimos como viejas prácticas se transmutan y presentan amparadas en un nuevo orden estético y discursivo, pero que como siempre, beneficiarán a los menos. Si bien los militares nunca han estado fuera de la arena política, hoy participan sin tapujos -en cargos para tal fin además- en las tomas públicas de decisiones. Los fabricantes del consenso se aventuran a denominar lo que pasa como "democratización de las fuerzas armadas" -cosa que de ser cierta, significaría la desintegración de la institución-, pero que representa en cambio, el clímax de un proceso de militarización de las relaciones sociales que ha venido recrudeciéndose en el país en los últimos tiempos, y que se viene mostrando en una variada gama de niveles e intensidades.
La política como enfrentamiento bi-polar
Hasta el día que este artículo se escribe, la retórica del presidente ha cuidado develar la naturaleza de su programa de ajustes económicos, centrándose en la verborrea visceral de ataque a los "personeros del pasado". El conflicto queda reducido a un abstracto enfrentamiento entre dos bandos: "patriotas" y "corruptos", sin que puedan mediar términos medios. Las cabezas lúcidas se cuidan de mostrar sus recelos frente al pujo constituyente, pues cualquier asomo de postura crítica se margina con el calificativo fácil de "adeco". Como en una estrategia de guerra en donde la victoria significa la eliminación del contrario, el harem chavista clama por la cabeza de los "políticos" fritas en salmuera, como paso previo a la conquista de territorios: Chavez no esconde su pretensión de apropiarse de 100 de los 130 curules constituyentes.
Como lógica paradoja de la bipolaridad planteada, los republicanos repiten las prácticas clientelares de sus acérrimos enemigos, con lo que con la negación del contrario más que marginarlo, lo afirma. Que Betancourt construyó el paradigma puntofijista amparado en una confrontación similar: demócratas versus dictatoriales.
De la Constituyente a los partes de guerra
La unilateralidad decretada del proceso constituyente, como en un parte de guerra, cobra sus bajas en la población civil a la que dice asistir. Ante un entramado social de poca organicidad, la carrera coyuntural constituyentista enarbola a los veteranos de lides parlamentarias y negociaciones maquiavélicas. Amparados por el portaviones chavista, el bloque de Miquilena, Istúriz, Medina y compañía (o como el pasado y el presente se amalgaman bajo la boina roja). De resto, quienes puedan desplegar una decorosa campaña publicitaria, difícilmente, representantes de minorías o comunidades organizadas ajenas al chantaje patriotero.
La universidad, ¿al pie o al final del cañón?
Ante un antecesor de funesta trayectoria, el nombramiento de un ucevista como Ministro de Educación generó la expectativa de un vuelco en las relaciones Universidad-Estado. La nuestra fue mucho mas reservada, por aquello de que " los cargos delimitan, el poder corrompe". Y antes de poder revisar los oráculos sagrados en la búsqueda de la tercera consigna, el tipo decreta la pedagógica medida de reinstaurar con nuevos bríos la instrucción pre-militar tanto en la enseñanza pública como privada. Todo un símbolo de los tiempos que corren. Inéditas quedaran las pretensiones que un ucevista mejorara cualitativamente los contenidos y procesos de la enseñanza, motorizando el rol de promotor de valores democráticos. Como antaño, se echan mano a medidas efectistas de golpe y porrazo.
Pero Navarro no es una consecuencia aislada de la falta de programa, criterio y coherencia universitaria. El rector ucevista hace caritas a las cámaras fotográficas anunciando "el fin del conflicto ejército-universidad". La naturaleza de la disputa, el enfrentamiento de dos instituciones antagónicas (disciplina militar incuestionable vs construcción de conocimiento transformador), se puede obviar mientras tengamos a soldados rasos tapando los baches presupuestarios y la orgía de honorarios en burocracia administrativa. La economía de guerra del Plan Bolívar 2000 -de hecho, el único plan conocido del actual tren ejecutivo-, también repara entuertos en la UCV.
El gendarme necesario
Para Chávez el pueblo empieza y termina en él. A diferencia de los megalómanos de ayer, su programa político permanece en la mas profunda incógnita. Confiado en el aura simbólica que lo acompaña, sabe que tiene todavía un amplio margen de maniobra, el cual la Constituyente oxigena. Si los partidos seleccionaban a dedo entre sus militantes los ocupantes de los cargos públicos, ahora se sacan de las filas del ejército. Lo prioritario es la fidelidad al líder, la aptitud es secundario. Y mientras se aplican disimuladamente las medidas de siempre -porque para los inversionistas extranjeros no hay otras-, saciamos el apetito de "mano dura" del común vestido de general en las fechas patrias.
Y los anarcos, ¿proponen algo? Para nosotr@s no hay otra vía que el incansable trabajo por las libertades individuales y las seguridades colectivas. Fuera de coyunturas (mas no al margen), ponemos lo nuestro en la construcción de dinámicas sociales en donde la solidaridad de los de abajo, de los realmente involucrados, sea un valor esencial. Aprendiendo paso a paso a tomar el control de nuestras vidas, sin injerencias ni chantajes externos. No tenemos recetas preestablecidas -más si unos valores firmemente arraigados-, invitando a cualquiera en construir un devenir junt@s. La libertad implica un altísimo grado de responsabilidad y nosotr@s asumimos el reto. Por ahora, expresaremos nuestro descontento en la instauración de la obligatoriedad de la instrucción pre-militar. ¡Salud!
Pedro Pablo
* Publicado en el # 14,mayo-junio 1999.
Anticipamos en el número anterior que Venezuela iniciaba un proceso electoral ininterrumpido y de progresiva militarización. Hoy nos referiremos a esto último, lo cual tiene dos vertientes. Por un lado los militares, o una parte al menos, se han convertido en el partido de gobierno y de allí salen dirigentes para todos los niveles y todos los estamentos de la administración pública. Por otro, el presidente ha organizado una ocupación del país por las Fuerzas Armadas llamada "alianza cívico-militar", la cual es una alianza muy curiosa. Están aliados unos fulanos con armas y real y otros sin real y sin armas, y supuestamente los armados obedecen a los pata en el suelo. Difícil de creer.
El argumento a favor de esta alianza, mas allá del patrioterismo de escuela primaria que enarbola el gobierno mayor, es que es bueno que los militares cuamplan una función social y hagan algo útil. Este argumento es insostenible y digo porque:
1) Vivimos en el capitalismo neoliberal, al que el gobierno se adherió completamente, ya que hasta mantiene la misma ministra de hacienda del gobierno anterior. En este sistema lo que no sirve se bota y si se trata de exceso de personal, más rápido. Entonces, si hay entre 800 o 100 mil soldados que no hacen nada en el ejército y tengo que buscarles oficio, ¿porqué simplemente no los boto?, ¿porqué en lugar de botar empleados de la administración pública no reducimos el número de soldados que no hacen nada y nos salen carísimos en equipos? Eliminar las Fuerzas Armadas sería una buena propuesta para la nueva constitución.
2) Por otro lado Venezuela tiene graves problemas de desocupación y trabajo bien remunerado. ¿La solución es lanzar 70.000 personas más que ya tienen medios de vida a competir con los que no lo tienen? Más beneficioso sería solear ese dinero para dar trabajo a los que no lo tienen en lugar de darlo a quienes supuestamente tienen trabajo: los militares. Y si no tienen oficio, entonces que los boten.
3) Se dirá que los militares son más ordenados y eficientes, mejores pues. Bueno, esto no parece porque intentaron un golpe y no lo lograron. En todo caso habría que llamar a los que le ganaron a Chavez. Pero además, sin tanto mapa y tanto gamelote, el 27F la gente, sin estar pensando 10 años la vaina, saqueó Caracas y cambió la historia, y estos que ahora gobiernan, se encargaron de caernos a plomo. Entonces, es mejor que la gente se haga cargo.
4) Se dirá que ellos tienen que estar a cargo porque todos los demás son corruptos y se van a coger los reales. Bueno, si alguien cree en la honestidad de los militares que me avise. Todo señala que se mantuvieron en los cuarteles mientras había real. Ahora no hay y decidieron salir a tomarlo a PDVSA, al Seniat, los ministerios y el plan Bolívar 2000.
De manera que todo señala que el Plan Cívico-Militar tiene otras razones:
1) Los soldados en la calle no van a dejar de hacer su trabajo. Es bien sabido que en latinoamérica los ejércitos tienen una clara función: controlar el frente interno. Hasta los 80´s esa tarea se orientaba a detener el comunismo. Hoy que el comunismo murió, se ahogan los brotes espontáneos de protesta. En otros países, o en otros tiempos, esto se hace más "civilizadamente" mediante los partidos políticos, los sindicatos y los medios de comunicación. Pero el nuevo lider sólo cree en la fuerza bruta y vuelve a métodos más primitivos. Si sumamos los soldados en la calle y toda la policía tenemos 1 miembro de cuerpo represivo por cada 100 habitantes. Cuidado con levantar la mano bruscamente porque le va a meter un dedo en el ojo a un militar o un policía (sin contar a sapos y alcahuetes).
2) Si a esto le agregamos que el control administrativo de reales y el mando van a estar en manos de los militares, que van a tener recursos y que tienen las armas, entonces los alcaldes y gobernadores que eligieron van a estar pintados en la pared. El plan Cívico-militar es el montaje de una estructura de poder paralela a la existente, autoritaria, no democrática y militarizada.
Final. Sin políticos corruptos, sin sindicalistas corruptos, sin oposición quedamos en manos de Fedecámaras y militares. Por suerte están los curas, para que Dios nos agarre confesados, porque de esa combinación nada bueno podemos esperar.
III.- Editorial # 15, agosto-septiembre 1999
Como una muestra del espíritu democrático que anima al actual gobierno el Ministerio de Educación ha decidido, por todos los jóvenes del país y sin consultarles, las virtudes de una cátedra de instrucción pre-militar. Si bien la cátedra de marras existía en carácter experimental, lo imprescindible de su naturaleza educativa había reducido a un 10% el número de institutos públicos que la impartían. Pues ahora, desde septiembre, se iniciará un proceso que aspira que todos los planteles públicos y privados a nivel de 4to. y 5to. año, tengan a sus chicos bien formaditos, haciendo orden cerrado y aprendiendo las bondades de las artes castrenses. El ministro ucevista Hector Navarro pregona a los cuatro vientos lo pedagógico de la medida, afirmando que se ha redimensionado la materia por haber "eliminado las practicas de tiro". (porque una cosa es estar en la oposición y otra, en el gobierno ¿no profe?).
A ver si Navarro se entera (ya que le gustan tanto las ordenanzas) que el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, junto al artículo 5 de la Declaración Americana proclaman el derecho de toda persona a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Que la ONU en una resolución 1989/59, del 8 de marzo del 89, reconoce el derecho de toda persona a tener objeción de conciencia al servicio militar obligatorio como ejercicio legítimo del derecho a la libertad de pensamiento -cosa que una educación digna de llamarse así debe promover, o sea, el poder pensar y decidir por si mismo-.
Si se pretende legitimar la cátedra con discursos y maquillaje, ¿porqué no profundizar cualitativamente las restantes: historia, literatura, artes, filosofía..., las cuales sí verdaderamente forman valores de solidaridad y convivencia? ¿Porqué la disciplina militar y no la discusión liberadora?, ¿Porqué desviar recursos para ver clases en los cuarteles y no repotenciar los institutos públicos para un real proceso vivencial de aprendizaje?
L@s libertari@s hemos iniciado una campaña de información y repulsa a dicha materia pre-militar. Si te interesa ver los materiales que editamos al respecto, no dudes en solicitarlos al e-mail , o lo que seria mejor: difunde tus propios puntos de vista al respecto y organiza a tus amig@s. Para nosotr@s la solución es sencilla: Si Navarro, Chávez y los "republicanos" les parece tan ineludible ver clases para aprendices de soldados, pues, que vayan ellos.
IV.- El militar nuestro de cada día... dánoslo hoy
Rafa
* Publicado en el # 15, agosto-septiembre 1999.
Absolutamente convencidos que el problema no es de hombres sino de estructuras, los anarquistas hemos visto en Chávez y sus "republicanos" la pretensión de legitimar una nueva hegemonía. Lejos de los optimistas vaticinios sobre la "irrupción de nuevos actores políticos", percibimos como viejas prácticas se transmutan y presentan amparadas en un nuevo orden estético y discursivo, pero que como siempre, beneficiarán a los menos. Si bien los militares nunca han estado fuera de la arena política, hoy participan sin tapujos -en cargos para tal fin además- en las tomas públicas de decisiones. Los fabricantes del consenso se aventuran a denominar lo que pasa como "democratización de las fuerzas armadas" -cosa que de ser cierta, significaría la desintegración de la institución-, pero que representa en cambio, el clímax de un proceso de militarización de las relaciones sociales que ha venido recrudeciéndose en el país en los últimos tiempos, y que se viene mostrando en una variada gama de niveles e intensidades.
La política como enfrentamiento bi-polar
Hasta el día que este artículo se escribe, la retórica del presidente ha cuidado develar la naturaleza de su programa de ajustes económicos, centrándose en la verborrea visceral de ataque a los "personeros del pasado". El conflicto queda reducido a un abstracto enfrentamiento entre dos bandos: "patriotas" y "corruptos", sin que puedan mediar términos medios. Las cabezas lúcidas se cuidan de mostrar sus recelos frente al pujo constituyente, pues cualquier asomo de postura crítica se margina con el calificativo fácil de "adeco". Como en una estrategia de guerra en donde la victoria significa la eliminación del contrario, el harem chavista clama por la cabeza de los "políticos" fritas en salmuera, como paso previo a la conquista de territorios: Chavez no esconde su pretensión de apropiarse de 100 de los 130 curules constituyentes.
Como lógica paradoja de la bipolaridad planteada, los republicanos repiten las prácticas clientelares de sus acérrimos enemigos, con lo que con la negación del contrario más que marginarlo, lo afirma. Que Betancourt construyó el paradigma puntofijista amparado en una confrontación similar: demócratas versus dictatoriales.
De la Constituyente a los partes de guerra
La unilateralidad decretada del proceso constituyente, como en un parte de guerra, cobra sus bajas en la población civil a la que dice asistir. Ante un entramado social de poca organicidad, la carrera coyuntural constituyentista enarbola a los veteranos de lides parlamentarias y negociaciones maquiavélicas. Amparados por el portaviones chavista, el bloque de Miquilena, Istúriz, Medina y compañía (o como el pasado y el presente se amalgaman bajo la boina roja). De resto, quienes puedan desplegar una decorosa campaña publicitaria, difícilmente, representantes de minorías o comunidades organizadas ajenas al chantaje patriotero.
La universidad, ¿al pie o al final del cañón?
Ante un antecesor de funesta trayectoria, el nombramiento de un ucevista como Ministro de Educación generó la expectativa de un vuelco en las relaciones Universidad-Estado. La nuestra fue mucho mas reservada, por aquello de que " los cargos delimitan, el poder corrompe". Y antes de poder revisar los oráculos sagrados en la búsqueda de la tercera consigna, el tipo decreta la pedagógica medida de reinstaurar con nuevos bríos la instrucción pre-militar tanto en la enseñanza pública como privada. Todo un símbolo de los tiempos que corren. Inéditas quedaran las pretensiones que un ucevista mejorara cualitativamente los contenidos y procesos de la enseñanza, motorizando el rol de promotor de valores democráticos. Como antaño, se echan mano a medidas efectistas de golpe y porrazo.
Pero Navarro no es una consecuencia aislada de la falta de programa, criterio y coherencia universitaria. El rector ucevista hace caritas a las cámaras fotográficas anunciando "el fin del conflicto ejército-universidad". La naturaleza de la disputa, el enfrentamiento de dos instituciones antagónicas (disciplina militar incuestionable vs construcción de conocimiento transformador), se puede obviar mientras tengamos a soldados rasos tapando los baches presupuestarios y la orgía de honorarios en burocracia administrativa. La economía de guerra del Plan Bolívar 2000 -de hecho, el único plan conocido del actual tren ejecutivo-, también repara entuertos en la UCV.
El gendarme necesario
Para Chávez el pueblo empieza y termina en él. A diferencia de los megalómanos de ayer, su programa político permanece en la mas profunda incógnita. Confiado en el aura simbólica que lo acompaña, sabe que tiene todavía un amplio margen de maniobra, el cual la Constituyente oxigena. Si los partidos seleccionaban a dedo entre sus militantes los ocupantes de los cargos públicos, ahora se sacan de las filas del ejército. Lo prioritario es la fidelidad al líder, la aptitud es secundario. Y mientras se aplican disimuladamente las medidas de siempre -porque para los inversionistas extranjeros no hay otras-, saciamos el apetito de "mano dura" del común vestido de general en las fechas patrias.
Y los anarcos, ¿proponen algo? Para nosotr@s no hay otra vía que el incansable trabajo por las libertades individuales y las seguridades colectivas. Fuera de coyunturas (mas no al margen), ponemos lo nuestro en la construcción de dinámicas sociales en donde la solidaridad de los de abajo, de los realmente involucrados, sea un valor esencial. Aprendiendo paso a paso a tomar el control de nuestras vidas, sin injerencias ni chantajes externos. No tenemos recetas preestablecidas -más si unos valores firmemente arraigados-, invitando a cualquiera en construir un devenir junt@s. La libertad implica un altísimo grado de responsabilidad y nosotr@s asumimos el reto. Por ahora, expresaremos nuestro descontento en la instauración de la obligatoriedad de la instrucción pre-militar. ¡Salud!
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