Alexis Aponte
El lunes 18 de septiembre de 2017, comenzó oficialmente el año escolar 2017/2018, con una noticia que circuló profusamente en toda la prensa nacional: “251.180 niños no se inscribieron este año…” Cifra declarada por el profesor investigador de la UCV Luis Bravo Jáuregui, coordinador de la Memoria Educativa de Venezuela. En otras palabras, hay una disminución de la inscripción escolar en el periodo 2016/2017, y que solamente para el período 2013/2014, los últimos 4 años la inscripción escolar se redujo en 708.349 niños.
Más adelante en declaraciones dadas al diario El Nacional, el profesor citado agrega unas cifras algo más que preocupante: ” La reducción de inscritos, particularmente en el sector oficial, es una tendencia desde 2005, cuando el número de 8.071.959 menores registrados en el sistema escolar (6.730.557 en el sector público y 1.341.402 en el privado), comenzó a reducirse progresivamente hasta 2017, evidenciándose el abandono escolar de casi 1 millón de menores en 12 años, de acuerdo con el más reciente informe de la Memoria Educativa Venezolana.” (Resaltado nuestro)
Estas cifras reflejan la crisis convertida en tragedia de la educación venezolana. Si un niño deserta del sistema educativo, las causas pueden ser varias: una; incorporarse a la fuerza de trabajo para ayudar a su familia dada la crisis económica, a los niveles de escasez de alimentos y medicinas. Otra; la imposibilidad de sus padres de sufragar todo lo exige el sistema escolar como uniformes, morrales, zapatos, útiles escolares y la merienda escolar. Tal deserción es la fuente en un alto porcentaje que alimenta las bandas de delincuentes de nuestros barrios, y peor aún, la banda de niños delincuentes a temprana edad.
En la misma fecha navegamos por las redes sociales y encontramos un Tweeter de Asdrúbal Oliveros (@aroliveros) el cual dice: ‘’El chavismo como tragedia en una cifra: en la escuela de economía el número de estudiantes pasó de 1.300 a 670, una caída de 48,5%’’, posteriormente respondiendo a una pregunta de un seguidor explica que dicha cifra corresponde a la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela. Tratándose de ese brillante profesional que es Asdrúbal Oliveros, a quien le damos el beneficio de la duda, se va a verificar dicha información y se aprovechará el inicio de las inscripciones en los próximos días para contrastarla. Lo que si parece evidente, es una disminución de cursantes en varias carreras.
Consecuencia del evento anterior de inmediato se suman las opiniones de profesores y relacionados con la educación superior para ratificar la tragedia de la educación universitaria en Venezuela. Jesús L. Ocando G. (@jesusleocando) quien en su perfil se describe como zuliano y abogado dice y aclara “No tengo las cifras exactas de LUZ, pero en su último acto de grado solo se graduaron 11 economistas” Si esto es cierto en una casa de estudios superior como la Universidad del Zulia, evidencia una profunda crisis educativa.
A nivel de post grados, la disminución de inscritos en los diversos programas ronda alrededor de un 70%, y un alto porcentaje de los que se inscriben y regularizan sus estudios es para obtener un título de 4to. nivel para emigrar del país.
En conversaciones con los gremios de profesores universitarios la deserción de docentes es de aproximadamente entre 30 y 50 renuncia mensuales, incluyendo los que solicitan su jubilación, dadas las condiciones de trabajo precarias, en materia de salarios, logística educativa, seguridad personal, desarrollo profesional y clima organizacional. Esto se agrava cuando se incorpora la necesidad de un profesor de mantenerse actualizado con los últimos descubrimientos e investigaciones en su rama docente, cuyo acceso solo se puede lograr mediante los intercambios y visitas con otros centros de estudios de primer nivel, compra de libros y revistas especializadas y suscripciones a grupos de interés para lo cual se requiere divisas.
Para terminar el día sábado 23 de septiembre de 2017, El Nacional publicó su Editorial “El adiós de los profesores“, en el cual podemos ver una radiografía de la situación de los docentes universitarios y seguro estamos, que su contenido es suscrito por toda la comunidad universitaria. Gran parte de lo contenido en este Editorial, es consecuencia del cerco financiero y académico a los cuales son sometidas las universidades nacionales.
El papel de las universidades es crear ciudadanos, es crear capital humano mundial. A tal efecto el Foro Económico Mundial define Capital Humano como: “…a los conocimientos y habilidades que las personas poseen que les permiten crear valor en el sistema económico global”. En lo personal le agregaría no solamente valor económico, sino también valor y pertenencia social y personal. La pregunta es: ¿Cómo podemos los venezolanos generar valor económico global con una deserción estudiantil a todos los niveles, una deserción docente exagerada y una logística educativa precaria?
Esto explica en gran parte la diferencia entre países desarrollados y países subdesarrollados, entre riqueza y pobreza. El crecimiento de la marginalidad, la delincuencia, la destrucción de la familia. Si a eso le agregamos una educación que brindamos a todo nivel, no alineada con las tendencias, necesidades y requerimientos del mundo actual, el desarrollo de la tecnología, la ciencia y descubrimientos más allá de nuestro planeta, la conclusión es una y solo una: Se requiere una transformación radical de la educación venezolana para adaptarla a nivel mundial y capacitar a nuestros jóvenes para hacerlos competitivos. Por supuesto se requiere hacer cambios políticos, sin los cuales los primeros no serán posibles, pero eso es otro tema
[Tomado de http://www.opinionynoticias.com/opinioneducacion/30908-la-tragedia-de-la-educacion-en-venezuela.]
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