Marcelo “Liberato” Salinas
Socialismo sin libertad es privilegio e injusticia, libertad sin socialismo es tiranía y brutalidad. (M. B.)
Hace casi cuatro años el señor Enrique Ubieta, un intelectual asalariado del Estado policíaco cubano, con conexión privilegiada a Internet y otros etéreos goces, estrenó una clasificación acusatoria contra los que fundamos la Red Observatorio Crítico y el Taller Libertario Alfredo López: [T.L.A.L.] nos definió como “anarco-capitalistas”. Fue un calificativo que a casi todos nos tomó por sorpresa, y pensamos que era un simple juego de palabras, manufacturado por la entusiasta iniciativa difamatoria de este funcionario.
El tiempo nos fue mostrando que estábamos equivocados. Ubieta aprovechaba en serio su libre acceso a Internet. ¡Existía el anarco-capitalismo como corriente de ideas más allá de su mente! A la vuelta de varios años después de aquella imputación, ya tenemos a los anarco-capitalistas cubanos, al menos on line, y según las fuentes de información a que hemos tenido acceso, hicieron su primer acto de aparición unos días después de que el Taller Libertario Alfredo López concluyera exitosamente la I Jornada Primavera Libertaria de La Habana. Reveladora coincidencia esta, que puede significar que luego de estos cinco años de serena vigilancia sobre nuestro accionar, ahora va llegando el turno (por medio de los flamantes anarco-capitalistas cubanos) de la administración centralizada de la confusión social y de envenenar los pocos frutos que nos reportan la coherencia, la constancia y la transparencia, prácticas tan alejadas del mundillo de la “oposición” y la “disidencia” en la Isla.Es que el Taller Libertario Alfredo López y la Red Observatorio Crítico, de donde nació, han tenido el inesperado honor de contarse entre los pocos colectivos explícitamente anticapitalistas y antiautoritarios, por cuenta propia, que ha surgido en el contexto cubano, al menos en los últimos 25 años.
Hemos sido un pequeño colectivo que ha reivindicado en Cuba la memoria popular, proletaria y sindical en este país.
Hemos rescatado desde la calle, sin miedos ni pasamontañas, el sentido originario del 1 de mayo; muy contrario del envilecedor ritual de fidelidad al Estado en que crecimos durante años. Reivindicamos la memoria de los 8 anarquistas de Chicago y sus vigentes ideas como nadie en Cuba lo ha hecho en medio siglo.
Hemos promovido, también desde la calle, la descolonización de la memoria popular afro-descendiente junto a la Cofradía de la Negritud.
Hemos dado pasos firmes, acompañando al colectivo El Guardabosque, para sanear el creciente envilecimiento y cooptación del incipiente movimiento ambientalista en Cuba.
Acompañamos activamente el arduo y solitario trabajo del Espacio Cristo Salvador en ventilar los turbios fondos internacionales con que se están financiando las artes visuales cubanas, con la anuencia de las insolventes instituciones que en Cuba gestionan el control ideológico del arte.
Hemos ejercido nuestro derecho a la diversidad sexual y a poder convivir sin homofobias, siendo nuestro propio colectivo un espacio concreto para ello, por lo que el Taller Alfredo López es espacio natural también del colectivo Arcoiris.
Hemos publicado, con nuestros escasos fondos, uno de los pocos folletos disponibles en Cuba sobre Comida Permacultural, de una ingeniera agrónoma como Myriam Biltre, quien ha dedicado su vida al asunto, para contrarrestar la creciente toxicidad de la dieta popular en Cuba.
De nuestros empeños por superar el ninguneo y el atropello en que vive cotidianamente el consumidor cubano ha surgido el colectivo CUP para enfrentar y proponer soluciones a esta situación.
En el Taller Libertario Alfredo López, y antes en la Red Observatorio Crítico, hemos sido los que más tempranamente denunciamos a la nueva derecha pro-capitalista cubana, que está creciendo material e intelectualmente al amparo del llamado Estado revolucionario.
Hemos sido activos en denunciar de manera autónoma y desde la calle, el carácter antidemocrático del nuevo Código del Trabajo y su naturaleza regresiva y facilitadora del capitalismo privado en Cuba.
Hemos sido de los primeros desde Cuba en hacer pública una postura anticapitalista y antiautoritaria ante el proceso en curso de entendimiento entre los Estados cubano y yanqui.
Hemos demostrado que la manera más coherente de ser de izquierda en Cuba es siendo autónomos, siendo trabajadores de nuestras ideas por cuenta propia, sin esperar tranquilizadores permisos, ni auspicios, ni presupuestos gubernamentales internos, ni de ningún otro gobierno foráneo, ni agencia política, sólo de la solidaridad entre compañeros afines en el mundo.
Todo lo anterior ha ocurrido sin apelar a los estudiados espectáculos de laboratorio en que se asientan los procederes de los “grupos de oposición” en Cuba, dirigidos de manera conjunta entre la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana y la Seguridad del Estado cubana. Hemos demostrado que la polarización entre “fidelismo” y “anticastrismo” es un espantajo vacío que nos han impuesto los poderes en pugna en Cuba, para impedir que las personas aquí piensen por su propia cuenta y abandonen las muletas mentales que ambas iglesias laicas suministran.
Sin desacreditar de antemano la libertad de pensamiento que pudieran estar ejerciendo los miembros del referido Club Anarco-capitalista de La Habana, y sin entrar en detalles sobre las ideas que ventilan en sus documentos, creemos que anunciar actividades que dicen no poder hacer, debido a la presión del régimen y otros giros líricos, no es otra cosa que una especulación mercantil para rentabilizar mejor su producto. Martí refrendó con su vida hace más de un siglo que la mejor manera de decir es hacer. No hay que ser partidario de ningún “ismo” en particular para estar de acuerdo con ello.
Por otro lado, entendemos que el anarco-capitalismo es un producto lógico, derivado de la actitud existencial anti-autoritaria en que se asienta un pensamiento como el anarquista, que no necesita de autoridades mentales para ejercer el libre pensamiento. Por eso las denominaciones de las tendencias anarquistas no provienen de nombres de individuos como en el marxismo, sino de posturas practicas y organizativas.
Pero el individualismo posesivo en que se asienta el sentido de libertad de los anarco-capitalistas, requiere en algún momento, para su despliegue, de policías, jueces y cárceles que garanticen el mantenimiento de lo poseído por los individualistas integrales.
En otras palabras, plantearse la libertad sin el socialismo es sembrar las semillas funestas del privilegio y la injusticia y, por ese camino, sólo llegarán a la misma tiranía y brutalidad que han engendrado los amantes del socialismo sin libertad en el terrible siglo XX.
Por ese camino los anarco-capitalistas cubanos permiten renovar el mundillo de los enemigos íntimos que necesita el Estado policial cubano, para maquillar, con el supuesto combate a esta nueva disidencia, su inevitable orientación pro-capitalista y entreguista a los capitales yanquis. Ayudan a tender el necesario manto de confusión moral sobre los anticapitalistas y antiautoritarios que existimos acá, y son motivo de un nuevo reconocimiento al señor Ubieta por aportar, como siempre, tan útiles ideas al mantenimiento y sublimación revolucionaria del capitalismo estatal en Cuba.
Desde ya les deseamos más energía y coraje a los flamantes anarco-capitalistas cubanos, para realizar los proyectos que tanto anuncian y felicitaciones al señor Ubieta por tan arduo y sostenido trabajo como autor intelectual de ese grupo, y felices vacaciones para el próximo de verano, con los presupuestos que le aporta siempre este pueblo manso. Nosotros seguimos acá, en lo de siempre ¡Patria sin Estado, Pueblo organizado!
Socialismo sin libertad es privilegio e injusticia, libertad sin socialismo es tiranía y brutalidad. (M. B.)
Hace casi cuatro años el señor Enrique Ubieta, un intelectual asalariado del Estado policíaco cubano, con conexión privilegiada a Internet y otros etéreos goces, estrenó una clasificación acusatoria contra los que fundamos la Red Observatorio Crítico y el Taller Libertario Alfredo López: [T.L.A.L.] nos definió como “anarco-capitalistas”. Fue un calificativo que a casi todos nos tomó por sorpresa, y pensamos que era un simple juego de palabras, manufacturado por la entusiasta iniciativa difamatoria de este funcionario.
El tiempo nos fue mostrando que estábamos equivocados. Ubieta aprovechaba en serio su libre acceso a Internet. ¡Existía el anarco-capitalismo como corriente de ideas más allá de su mente! A la vuelta de varios años después de aquella imputación, ya tenemos a los anarco-capitalistas cubanos, al menos on line, y según las fuentes de información a que hemos tenido acceso, hicieron su primer acto de aparición unos días después de que el Taller Libertario Alfredo López concluyera exitosamente la I Jornada Primavera Libertaria de La Habana. Reveladora coincidencia esta, que puede significar que luego de estos cinco años de serena vigilancia sobre nuestro accionar, ahora va llegando el turno (por medio de los flamantes anarco-capitalistas cubanos) de la administración centralizada de la confusión social y de envenenar los pocos frutos que nos reportan la coherencia, la constancia y la transparencia, prácticas tan alejadas del mundillo de la “oposición” y la “disidencia” en la Isla.Es que el Taller Libertario Alfredo López y la Red Observatorio Crítico, de donde nació, han tenido el inesperado honor de contarse entre los pocos colectivos explícitamente anticapitalistas y antiautoritarios, por cuenta propia, que ha surgido en el contexto cubano, al menos en los últimos 25 años.
Hemos sido un pequeño colectivo que ha reivindicado en Cuba la memoria popular, proletaria y sindical en este país.
Hemos rescatado desde la calle, sin miedos ni pasamontañas, el sentido originario del 1 de mayo; muy contrario del envilecedor ritual de fidelidad al Estado en que crecimos durante años. Reivindicamos la memoria de los 8 anarquistas de Chicago y sus vigentes ideas como nadie en Cuba lo ha hecho en medio siglo.
Hemos promovido, también desde la calle, la descolonización de la memoria popular afro-descendiente junto a la Cofradía de la Negritud.
Hemos dado pasos firmes, acompañando al colectivo El Guardabosque, para sanear el creciente envilecimiento y cooptación del incipiente movimiento ambientalista en Cuba.
Acompañamos activamente el arduo y solitario trabajo del Espacio Cristo Salvador en ventilar los turbios fondos internacionales con que se están financiando las artes visuales cubanas, con la anuencia de las insolventes instituciones que en Cuba gestionan el control ideológico del arte.
Hemos ejercido nuestro derecho a la diversidad sexual y a poder convivir sin homofobias, siendo nuestro propio colectivo un espacio concreto para ello, por lo que el Taller Alfredo López es espacio natural también del colectivo Arcoiris.
Hemos publicado, con nuestros escasos fondos, uno de los pocos folletos disponibles en Cuba sobre Comida Permacultural, de una ingeniera agrónoma como Myriam Biltre, quien ha dedicado su vida al asunto, para contrarrestar la creciente toxicidad de la dieta popular en Cuba.
De nuestros empeños por superar el ninguneo y el atropello en que vive cotidianamente el consumidor cubano ha surgido el colectivo CUP para enfrentar y proponer soluciones a esta situación.
En el Taller Libertario Alfredo López, y antes en la Red Observatorio Crítico, hemos sido los que más tempranamente denunciamos a la nueva derecha pro-capitalista cubana, que está creciendo material e intelectualmente al amparo del llamado Estado revolucionario.
Hemos sido activos en denunciar de manera autónoma y desde la calle, el carácter antidemocrático del nuevo Código del Trabajo y su naturaleza regresiva y facilitadora del capitalismo privado en Cuba.
Hemos sido de los primeros desde Cuba en hacer pública una postura anticapitalista y antiautoritaria ante el proceso en curso de entendimiento entre los Estados cubano y yanqui.
Hemos demostrado que la manera más coherente de ser de izquierda en Cuba es siendo autónomos, siendo trabajadores de nuestras ideas por cuenta propia, sin esperar tranquilizadores permisos, ni auspicios, ni presupuestos gubernamentales internos, ni de ningún otro gobierno foráneo, ni agencia política, sólo de la solidaridad entre compañeros afines en el mundo.
Todo lo anterior ha ocurrido sin apelar a los estudiados espectáculos de laboratorio en que se asientan los procederes de los “grupos de oposición” en Cuba, dirigidos de manera conjunta entre la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana y la Seguridad del Estado cubana. Hemos demostrado que la polarización entre “fidelismo” y “anticastrismo” es un espantajo vacío que nos han impuesto los poderes en pugna en Cuba, para impedir que las personas aquí piensen por su propia cuenta y abandonen las muletas mentales que ambas iglesias laicas suministran.
Sin desacreditar de antemano la libertad de pensamiento que pudieran estar ejerciendo los miembros del referido Club Anarco-capitalista de La Habana, y sin entrar en detalles sobre las ideas que ventilan en sus documentos, creemos que anunciar actividades que dicen no poder hacer, debido a la presión del régimen y otros giros líricos, no es otra cosa que una especulación mercantil para rentabilizar mejor su producto. Martí refrendó con su vida hace más de un siglo que la mejor manera de decir es hacer. No hay que ser partidario de ningún “ismo” en particular para estar de acuerdo con ello.
Por otro lado, entendemos que el anarco-capitalismo es un producto lógico, derivado de la actitud existencial anti-autoritaria en que se asienta un pensamiento como el anarquista, que no necesita de autoridades mentales para ejercer el libre pensamiento. Por eso las denominaciones de las tendencias anarquistas no provienen de nombres de individuos como en el marxismo, sino de posturas practicas y organizativas.
Pero el individualismo posesivo en que se asienta el sentido de libertad de los anarco-capitalistas, requiere en algún momento, para su despliegue, de policías, jueces y cárceles que garanticen el mantenimiento de lo poseído por los individualistas integrales.
En otras palabras, plantearse la libertad sin el socialismo es sembrar las semillas funestas del privilegio y la injusticia y, por ese camino, sólo llegarán a la misma tiranía y brutalidad que han engendrado los amantes del socialismo sin libertad en el terrible siglo XX.
Por ese camino los anarco-capitalistas cubanos permiten renovar el mundillo de los enemigos íntimos que necesita el Estado policial cubano, para maquillar, con el supuesto combate a esta nueva disidencia, su inevitable orientación pro-capitalista y entreguista a los capitales yanquis. Ayudan a tender el necesario manto de confusión moral sobre los anticapitalistas y antiautoritarios que existimos acá, y son motivo de un nuevo reconocimiento al señor Ubieta por aportar, como siempre, tan útiles ideas al mantenimiento y sublimación revolucionaria del capitalismo estatal en Cuba.
Desde ya les deseamos más energía y coraje a los flamantes anarco-capitalistas cubanos, para realizar los proyectos que tanto anuncian y felicitaciones al señor Ubieta por tan arduo y sostenido trabajo como autor intelectual de ese grupo, y felices vacaciones para el próximo de verano, con los presupuestos que le aporta siempre este pueblo manso. Nosotros seguimos acá, en lo de siempre ¡Patria sin Estado, Pueblo organizado!
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