Por:
Miguel Angel Hernández
La polarización que caracteriza al país es
una perversión fomentada por ambos bandos con el objetivo de desdibujar la
lucha de clases que corre turbulenta en el tejido social venezolano. Este
fenómeno ha hecho que estos dos polos burgueses, que sólo se diferencian “de la
boca para afuera”, acaparen el escenario político nacional.
No obstante, tanto la MUD como el Psuv comparten el grueso de los postulados programáticos, cuya ejecución durante más de medio siglo, ha hundido a la mayoría de la población del país en la miseria y la exclusión, y nos han llevado a la dependencia económica con respecto al imperialismo. Los primeros abiertamente proimperialistas, y sin eufemismos ni disfraces, y los del Psuv, adornados por un discurso supuestamente socialista, con gorras rojas y camisas con la imagen del Che, artificios con los que pretenden esconder las lujosas camionetas en las que transitan.
Uno de esos acuerdos tácitos es la noción de que los empresarios nacionales impulsarán el desarrollo del país. Tanto el Psuv como la MUD postulan a los distintos sectores empresariales que representan, como baluartes del crecimiento económico y la superación de la dependencia de la renta petrolera. El chavismo habla de "empresarios socialistas". Incluso el PCV los llama "antiimperialistas", mientras que la MUD basa su programa de gobierno en el impulso y la protección a la propiedad privada de los medios de producción. Tanto la MUD como el Psuv contemplan en su programa mecanismos de subsidio y protección a los intereses de esa minoría empresarial, en desmedro de los intereses de los trabajadores y el pueblo, incluso ambos concuerdan en la aplicación de impuestos regresivos, en vez de pechar más a quienes más ganan.
Más allá del discurso supuestamente socialista del gobierno del presidente Chávez, este se sostiene con el respaldo desembozado de la gran banca, la cual obtuvo astronómicas ganancias el pasado semestre, de acuerdo al último informe del BCV. Los otros tres sectores sobre los que se asienta su base económica son el comercio importador, las telecomunicaciones, sector que lleva 30 trimestres consecutivos creciendo, y el sector petrolero con las trasnacionales socias en las empresas mixtas.
En realidad, el gobierno apela a un discurso seudosocialista para presionar a algunos sectores económicos a fin de que se sometan a sus directrices, mientras favorece descaradamente a los empresarios más improductivos y transnacionalizados.
Tanto la MUD como el Psuv están de acuerdo en entregar los recursos petroleros a las transnacionales imperialistas. Los representantes de la MUD jamás han abierto su boca para rechazar la entrega del petróleo auspiciada por el actual gobierno, por medio de las empresas mixtas, verdadero retroceso con respecto a la nacionalización chucuta de CAP. Ambos están en contra de una industria 100% estatal, bajo control democrático de sus trabajadores, profesionales y técnicos, cuyos recursos se destinen a atender las necesidades de toda la sociedad. Prefieren tener una caja chica en manos de tecnócratas corruptos, y permitir que las transnacionales saqueen nuestro principal recurso. Los de la MUD, como lo hicieron en el pasado a través de la apertura petrolera, y los rojos, rojitos con las empresas mixtas. Así lo han demostrado 12 años de chavismo y 40 de bipartidismo puntofijista.
Igualmente, ni la MUD ni el Psuv abogan por servicios de educación y salud 100% estatales y gratuitos. No están a favor de un salario mínimo igual a la canasta básica, ya que representan a empresarios cuyas ganancias disminuirían si tuvieran que pagar salarios dignos.
Tanto el Psuv como la MUD quieren mantener un Estado al servicio de los capitalistas, clientelar y antidemocrático, sin participación real de los trabajadores y el pueblo organizado en la toma de decisiones. A los de la MUD ni siquiera se les ocurre mencionar esta posibilidad, mientras que el Psuv engaña al pueblo y traiciona su disposición a ejercer el poder, controlando a los consejos comunales con el bozal de arepa de los recursos del Estado, restándole autonomía al movimiento popular. O montando consejos de trabajadores “socialistas” para liquidar a los sindicatos, a través de la gestión directa de gerentes y funcionarios gubernamentales.
Ambos polos burgueses están de acuerdo en que la crisis la pague el pueblo, por eso el gobierno implementa con el respaldo tácito y silencioso de la MUD, un plan de ajuste que incluye aumento de los precios de los alimentos, inflación, devaluación monetaria, congelación de salarios y aumento del IVA.
Tanto la MUD como el Psuv, quieren imponernos el camino electoral, y no el de la lucha que es el escogido por los trabajadores y el pueblo para hacer valer sus derechos. Mientras el gobierno y su partido estigmatizan y criminalizan a los sectores que luchan y se movilizan, los de la MUD se hacen los locos, y no se les ve la cara en ningún conflicto obrero o popular. Por supuesto, saben que pueden ser gobierno en el 2012 y no quieren atizar más la vorágine de conflictividad que recorre al país.
Es claro que el pueblo y los trabajadores no tienen al Gran Polo Patriótico o a la MUD como referencia de lucha.
La MUD y el Psuv tienen todas estas coincidencias programáticas porque ambas agrupaciones políticas representan a distintos sectores de una misma clase social: la burguesía. Es por esto que los trabajadores y el pueblo no podemos albergar esperanzas en ninguno de los dos, ya que sus intereses y privilegios no tienen nada que ver con nuestras necesidades y urgencias.
Los explotados y oprimidos de nuestro país, los jóvenes, campesinos y trabajadores venezolanos necesitamos una alternativa política propia, independiente de ambos polos burgueses. En esa dirección trabaja día a día nuestro partido, en cada lucha, en cada conflicto, defendiendo las reivindicaciones inmediatas en el camino de la lucha por el verdadero socialismo.
Extraído de Laclase.info
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