Oscar Bastidas
A pesar de la situación país y de la hiperinflación, entre otros aspectos, en Venezuela aún existen experiencias cooperativas de reconocidos impactos, previas y a pesar de la presidencia del fallecido Tte. Coronel (r) Hugo Chávez Fría, gracias a esfuerzos de activos cooperativistas en diversas regiones y sectores del país, organizadas inicialmente en capítulos y federaciones y luego en Centrales Cooperativas Regionales (CCR) integradas en la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave), central nacional autodefinida como “democracia participativa en marcha”
“bajo el entendido de que la democracia se labra cotidianamente en las decisiones estratégicas, en la gestión económica-operativa, en los procesos de integración-intercooperación, en lo educativo-cultural, en la rendición de cuentas al colectivo, y en unas relaciones con la sociedad que apunten a la autogestión con base en principios y valores”.
A tales efectos: 1.- se formularon ocho propuestas; 2. - algo más de 22.000 cooperativistas seleccionaron tres candidatos a diputados de una lista inicial de 13 candidatos propuestos de cooperativas de base, ninguno salió electo dado el truco electoral de las Listas Morochas utilizado por Chávez que le concedió una amplia gama de diputados; y 3.- finalmente se entregaron las propuestas al presidente de la Asamblea Constituyente en acto público de esa asamblea. Con miles de firmas de respaldo. Fue así como en este país, ambos términos, Economía Social y mutuales, poseen rango constitucional y las cooperativas se mencionan en cuatro artículos y no en uno como en la CN anterior.
Posteriormente, sin que su programa de gobierno mencionara las cooperativas ni haberlas considerado en sus dos primeros años de gobierno, el fallecido Chávez habló de impulsarlas en una alocución de finales del año 2000, señalando su intención de modificar la Ley General de Asociaciones Cooperativas y la de promulgar una Ley de Economía Social. La modificación de la primera ley la realizó gracias a que desde Ceconave se le entregó una propuesta de reforma que tuvo pocas modificaciones para su promulgación como Ley Especial de Asociaciones Cooperativas (30/08/2001), la segunda no se mencionó jamás.
La suerte estaba echada, en el 2002, A partir de la promulgación de la ley especial, Chávez inició una desbocada carrera por la creación de cooperativas cometiendo el error de convocar a los círculos bolivarianos, los comités de base de su partido, a que constituyesen cooperativas, convocatoria que hizo que un cooperativista y profesor universitario nominado para el cargo de Ministro de Estado para el Desarrollo de la Economía Social renunciase a asumir ese cargo faltando pocos días para ello. Chávez declaró las cooperativas “puntas de lanza del proceso” pero con esa convocatoria se sellaba el destino de esas puntas: Venezuela se perfilaba hacia “el cementerio de cooperativas más grande del mundo” y así fue.
Con esa convocatoria, la constitución de cooperativas se acompañó de variadas fuentes de financiamiento a toda persona que quisieses constituir una cooperativa. Fue una manera ingeniosa de bypasear la burocracia financiera estatal y dar dinero a manera de rebatiña a quienes se sumasen al “proceso”. Así Chávez compraría voluntades para evitar un Referéndum Revocatorio Presidencial en puertas (2004).
Aprovechando esas opciones, los vivianes de siempre reunían grupos de personas para constituirlas a droite et a gauche. Una maestra del Edo. Miranda, defensora del cooperativismo genuino, narró a quien esto escribe que “fui convocada a una reunión para formar cooperativas y éramos 36 en total, nos dividieron en seis mesas de cinco y una de seis, nos dieron a rellenar y firmar un formato elaborado por la superintendencia y listo, viendo ese procedimiento me levanté y abandoné la reunión, a los días me enteré que a todos les habían dado un dinero y que a crédito con un porcentaje alto para quien montó la reunión”. Casos numerosos como el mencionado son conocidos en el país. Amigos y hasta alumnos de quien suscribe los testimonian.
La alegría gubernamental duraría poco al ver los supuestos socialistas gubernamentales que los “cooperativistas” solicitaban créditos, pero no aportaban “al proceso” por lo que luego del referéndum se limitaron los financiamientos mediante la Misión Vuelvan Caras (luego Che Guevara), misión sin concepto ni direccionalidad dirigida solo a defensores del gobierno. Así proliferaron cooperativas de seguidores pero también de funcionarios gubernamentales que constituían cooperativas falsas para luego contratarlas no en actividades propias del negocio sino de segundo orden como limpieza, administración de comedores, pintura, mantenimiento, electricidad y otras con jugosos beneficios para sus creadores etc., con débil estabilidad contractual pues podían prescindir de ellas en cualquier momento; al depender de esos contrato amañados se vulneraba el Principio de la Autonomía y la Independencia que toda cooperativa debe aplicar
Entre las impulsadas por el gobierno hubo experiencias urbanas y rurales, algunas con visos de éxitos, más por esfuerzos de sus asociados que por orientación o apoyo gubernamental. Numerosas se mantenían y mantienen gracias a contratos con el complejo y abundante mundo empresarial del capitalismo de Estado, llegó a calcularse unas 4.000 con la empresa petrolera nacional - PDVSA, unas 800 con la nacional de electricidad - Cadafe, 200 con la telefónica - CANTV y 67 con la Electricidad de Caracas entre otras. Numerosas de esas falsas se mantienen.
Un factor clave en este oleaje de fracasos lo fue sin dudas el desconocimiento sobre cooperativismo del mismo Chávez y de sus funcionarios. Desde1975v y hasta la llegada al poder de este militar, los superintendentes fueron cooperativistas escogidos por la presidencia de la república de una terna presentada por Ceconave. Chávez tiró por la borda esa opción y nombró a alguien que solo dos años después luego de leer libros sobre el cooperativismo alemán y algo sobre el mexicano, acepto reunirse con representantes genuinos del cooperativismo previo a ese gobierno.
Definitivamente Chávez jamás comprendió lo esencial del cooperativismo. La estocada final a su cooperativismo fracasado la dio el primer mandatario al afirmar que las cooperativas eran “instrumentos del individualismo y del capitalismo” (2007) y optar por imponer la figura Empresas de Propiedad Social EPS), exclusiva para empresas y cooperativas que deseasen contratar con el Estado. Mediante esta decisión se ratificó una decisión ya en marcha: empresa privada que prestase servicios a empresas públicas, debían cambiar su forma jurídica por la de cooperativa para ser contratadas.
Chávez: tres récords mundiales
Hoy Venezuela es muestra de lo que ningún gobierno debe hacer en cuanto a cooperativas. La bandera del cooperativismo fue manipulada por el gobierno de Chávez. Causa principal de fracaso: utilizar las cooperativas como banderas de un populismo sostenido sobre el fácil ingreso petrolero y no sobre el esfuerzo laboral de la población: capitalismo salvaje de Estado, nada que ver con un supuesto Socialismo del S. XXI.
En ese lapso el país pasó de casi 1.000 cooperativas en 1999 a 155.000 en junio del 2005. Sin cifras oficiales de la Superintendencia Nacional de Cooperativas desde el 2009, el autor calculó 306.792 cooperativas a finales del 2011 con base en unas declaraciones de la ministra Isis Ochoa[i]; ese total ascendió a la gran suma de 413.000 cooperativas registradas en noviembre 2015 según declaraciones públicas del Superintendente de Cooperativas en una protesta contra el impuesto a las cooperativas del gobierno de Nicolás Maduro. De esas registradas, según otra fuente, solo unas 100.000 poseían Registro de Información Fiscal (RIF) para diciembre del 20014, y apenas unas 20.000 declararon impuesto sobre la renta al finalizar el 2014; siendo así, solo existirían unas 20.000 presumiblemente activas.
Estas cifras otorgan al gobierno de Chávez tres récords mundiales: 1.- País con mayor número de cooperativas constituidas en un decenio: 413.000 a noviembre 2014; 2.- país con el mayor cementerio de cooperativas al quedar fenecer 393.000 y quedar unas 20.000 de las registradas; y 3.- mayor número de frustrados en intentos por enfrentar problemas mediante cooperativas con no menos de 2 millones si se considera que el mínimo legal para constituir una es de 5 aspirantes. Sin dudas que esos frustrados no querrán constituir cooperativas en el futuro.
El récord mundial en cementerio lo tenía China que en los 90 perdió 33.000 cooperativas de las 52.000 resultantes de la conversión en los 80de igual número de comunas en cooperativas agrícolas, industriales y artesanales. En América Latina lo tenía Nicaragua al pasar de 3.500 agrícolas constituidas en el primer gobierno sandinista a menos de 300 para el 2011. Una somera comparación entre los aportes de las cooperativas al PIB lo aporta Víctor Álvarez, ex ministro de Industrias Básicas y Minería, ex director de PDVSA y ex presidente de la CVG y de Bancoex durante el gobierno de Chávez; según él, los aportes al PIB y al e empleo en el 2008 fue de solo 1,6% y 1,7% respectivamente[ii].
Sin duda que la gestión gubernamental entre el 2002 y el 2010 constituyó un fracaso rotundo e imposible olvidar por sus costos socio-económicos y políticos. Proliferaron los abusos de la personalidad jurídica cooperativa por un gobierno que exhortó a sus propios seguidores y empleados a constituirlas y obligó a empresas privadas con experiencia a cambiar su forma jurídica a cooperativas para contratarlas en sus empresas públicas. Son de considerar también los abusos de empresarios inescrupulosos que se valieron de las cooperativas para evadir obligaciones laborales, de seguridad social e impositivas.
El cuarto récord: cooperativas falsas y de maletín
Durante el gobierno de Chávez y de su designado a dedo Maduro, proliferaron las falsas cooperativas y de maletín. Falsas son aquellas sin interés por la formación, la capacitación, la integración y la comunidad; son las que generan lucro y no capitalizan. Son las constituidas por directivos de empresas del estado que obligan a sus trabajadores a constituir cooperativas de trabajo-asociados para contratarlas luego con claras intenciones de beneficio personal en cuanto a exoneraciones impositivas, educativas y de salud.
Falsas son las de buses, taxis y mototaxis que no llevan registros de asociados y utilizan personal no asociado como avance que pagan rentas diarias por conducir sus vehículos; también las financieras y de seguros que olvidan el mutualismo y son caparazones de aseguradoras y de concesionarias de vehículos; aquellas que disfrazan relaciones de dependencia laboral bajo pesudo fórmulas de outsourcing.
Falsas son las que usan testaferros y ocultan activos para eludir responsabilidades ante posibles demandas de trabajadores explotados; y, en fin, las que realizan actividades diferentes al espíritu del Acto Cooperativo y actúan como mercantiles. Mención separada merecen las falsas de maletín constituidas con el fin expreso de lograr créditos fáciles impagables de antemano y las constituidas por familiares de funcionarios públicos para lograr contratos jugosos en ministerios y empresas públicas.
Más cooperativas para el cementerio gracias al impuesto establecido por Maduro
La gota que derramó el vaso la puso el sucesor de Chávez cuando, en noviembre 2014, estableció impuestos a las cooperativas sin percatarse que el mismo Chávez en la justificación de la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas les había establecido la exención de impuestos y tasas. Con esa medida y sin consultar al movimiento, como ordena taxativamente la Constitución Nacional, condenó numerosas cooperativas a engrosar el cementerio de cooperativas.
La razón para no pagar impuesto sobre la renta estriba en que las cooperativas deben ser consideradas como de no sujeción al impuesto sobre la renta gracias a su Identidad, entendiendo por tal al conjunto de rasgos o atributos que poseen y las diferencian de otras formas organizacionales.
El capital constituido por ellas no es para generar ganancias o renta sino para enfrentar problemas comunes de sus asociados que los aportan, por ello ese capital se gasta en enfrentarlo y lo que queda finalmente no son ganancias sino excedentes y puede distribuirse en quienes ya eran sus dueños: los asociados, y nadie debe pagar impuesto por percibir algo que ya le pertenecía: ¿por qué cancelar impuestos sobre una renta inexistente?. Igual sucede en las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), estas rompen con una doble dicotomía: 1.- la de Dirigentes / Dirigidos pues quienes toman decisiones son los mismos que las ejecutan; y 2.- la de Propietarios / No propietarios de medios de producción ya que losa asociados son propietarios y trabajadores concomitantemente. Atención: ¡lo impositivo se incrementa en la medida en que las cooperativas también son castigadas en las alícuotas que pudiesen corresponderles de sus respectivos organismos de integración!.
Todas las variantes conceptuales y de valores de las cooperativas, que bien pudiesen expandirse a otras OES, coinciden en que son organizaciones sin fines de lucro por naturaleza ya que: 1.- asocian personas, no capital; 2.- la suscripción de capital o aportes no tiene carácter especulativo pues está destinado a enfrentar problemas comunes, producir o acceder a un servicio y no a generar ganancias o renta; 3.- sus excedentes, diferencia entre ingresos y gastos, son lógicas consecuencias de sus actividades a favor de sus asociados; 4.- los excedentes pueden ser repartidos entre los asociados que los produjeron considerando el valor de la equidad con base en sus operaciones; y 5.- el “no lucro” es un atributo que no contradice la necesaria creación de riquezas ni el deseo humano de mejores niveles de vida.
Son varios los gobiernos de la región que ante sus arcas vacías ponen sus miradas en cobrar impuestos a las cooperativas como sucedió en Venezuela y sucede en Colombia y Puerto Rico. Pareciera que se inspiraran en la cláusula Stand By del Fondo Monetario Internacional (FMI) que hace años, en lugar de considerar las cooperativas como de no sujeción al impuesto, propuso “la ampliación de la base de impuesto a las ganancias para incluir los ingresos por intereses y dividendos y las ganancias de cooperativas, mutuales y fundaciones", afirmación ante la que, Elvira Castro (QEPD), en ese momento presidenta del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) de Argentina, rechazó formulando interesantes reflexiones al considerar ese impuesto como impuesto a la solidaridad que las cooperativas, mutuales y fundaciones desarrollan.
A manera de cierre
En Venezuela el fracaso descrito no fue de los genuinos cooperativistas ni del cooperativismo; hay tres actores con cuotas de fracaso: 1.- un movimiento cooperativo que guardó silencio ante un desastre del que hoy, a duras penas trata de recuperarse, asunto difícil ante la situación país caracterizado por una hiperinflación y la ida del país de más de 5,5 millones de ciudadanos, entre ellos numerosos cooperativistas; 2.- los funcionarios públicos relacionados directamente con el cooperativismo por su obvio y absoluto desconocimiento de la Identidad Cooperativa; y 3.- un gobierno de neto corte militarista - populista con arcas llenas de fáciles dólares petroleros que a través de misiones compró conciencias, votos y otros apoyos para mantener su poder sin importarle lo sustancial del cooperativismo, sin jamás formular una política para el desarrollo cooperativo y la Economía Social a pesar del rango constitucional de este término.
El oxígeno democrático que necesitan las cooperativas no se encuentra en gobiernos populistas y militaristas que hablan de socialismo, pero aplican capitalismos salvajes de estado financiado por fáciles dólares petroleros y no por procesos productivos. Ese oxígeno, preferiblemente autogestionario, solo existe en sociedades altamente participativas, con estados descentralizados y reales emprendimientos asociativos y cooperativos.
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