Periódico Solidaridad Obrera (Barcelona)
La Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) ha corroborado las sospechas de que el llamado Black Friday más bien debería llamarse «Black Fraude». Según un estudio que han realizado, basado en una monitorización de precios en diferentes categorías que empezó el 27 de octubre y donde se compararon más de 2.500 productos, estos habrían subido un 2,6 % durante esa jornada de falsas rebajas, pues previamente se les había aumentado el precio. De hecho, se calcula que sólo un 3,4 % de lo ofertado tuvo un descuento real.
No satisfechos con un solo día de derroche, hay quienes lo han ampliado llamándole Black Week –empleando toda una semana como reclamo– y alargado más allá del fin de semana mediante el Cyber Monday. Sobre la primera, se calcula que comprar durante esa semana fue un 0,5 % más caro y respecto al segundo que el porcentaje de subida registró una media del 0,9 %.
Como es sabido, el Black Friday se celebra el día siguiente al tradicional Día de Acción de Gracias estadounidense y su triste nombre –Viernes Negro– tiene sus orígenes en la venta de esclavos africanos en EEUU, país desde donde al igual que otras costumbres consumistas se ha importado, convirtiéndose en reclamos, cada vez de más duración, enfocados al consumo prenavideño y contribuyendo a la falsa creencia de que comprar esos días es más económico.
[Publicado originalmente en el periódico Solidaridad Obrera # 378, Barcelona, diciembre 2020.]
¿Es el Black Friday en realidad un Black Fraude?
Diario Público (Madrid)
El Black Friday (o viernes negro) da comienzo a la temporada de hiperconsumo asociada a las fiestas de Navidad: los comercios ofrecen "grandes" rebajas a artículos que ofertan durante temporada con el objetivo de conseguir una los deseados "números negros" (el superávit con el que acaban el día las cajas de los comercios en EEUU, país en el que nació la "fiesta"). No obstante, según una encuesta realizada por Facua-Consumidores en Acción [España], el 83% de los usuarios cree que la gran mayoría de comercios oferta falsos descuentos en una parte de sus productos.
La celebración del Black Friday se utiliza como una estrategia comercial para adelantar las compras de navidad con suculentos descuentos, pero que tienen truco. En las redes sociales se han puesto de manifiesto muchas de las acciones de ciertas marcas que en las semanas anteriores suben de golpe los precios, para después bajarlos en el Black Friday y dejarlas a su precio habitual.
FACUA, a través de su campaña #BlackFraude pretende que los consumidores se conviertan en cazadores de fraudes para destapar las irregularidades que cometen ciertas empresas. Como solución para detectar los timos plantean que se comprueben los anuncios y catálogos publicitarios o recibos de compras recientes, y se comparen con los precios que se muestren durante este viernes.
FACUA propone que, en caso de que la tienda asegure que un producto tiene un descuento y éste en realidad no exista o su porcentaje de bajada no se ajuste a la realidad, los consumidores realicen fotografías y las difundan a través de las redes, además de presentar denuncias ante las autoridades autonómicas de protección al consumidor para que apliquen sanciones.
La asociación también lamenta que las autoridades autonómicas de consumo no desarrollen actuaciones de inspección antes y durante el transcurso del Black Friday para imponer sanciones económicas y hacer públicos los nombres de los comercios que cometen estas irregularidades. "La falta de controles - critican - es fruto del creciente abandono de las políticas de protección al consumidor por parte de las comunidades autónomas".
Además, durante el viernes negro también deben vigilarse las condiciones de devolución de los productos, para conocer a ciencia cierta si establecen los 14 días de rigor o bien si se trata un periodo más largo, en caso de que queramos aprovechar estas compras para los regalos de Navidad. FACUA recuerda también que los productos adquiridos durante el Black Friday tienen algún defecto de fabricación, sea cual sea su porcentaje de descuento, no dejan de tener dos años de garantía, que tiene que asumir el establecimiento.
Para aprovechar el Black Friday, proponen que se valoren tres elementos esenciales antes de realizar compras: si el precio final es realmente razonable, si el producto resulta necesario o si representa un capricho asumible que no provocará un arriesgado aumento de sus niveles de endeudamiento.
[Tomado de https://www.publico.es/economia/black-friday-realidad-black-fraude.html.]
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