Central Cooperativa de Servicios Sociales del Edo. Lara (CECOSESOLA)
En una Venezuela agobiada por enormes dificultades que se han multiplicado con creces ante la pandemia del COVID-19, una organización comunitaria continúa dando importantísimos aportes a las familias de pocos recursos. Se trata de Cecosesola, un organismo de integración cooperativa conformado por una red de 50 organizaciones comunitarias que se encuentra ubicada en la Región Centro Occidental del país.
Nuestra razón de ser es un proceso educativo de transformación cultural que se va implementando inmerso en múltiples actividades económicas que surgen con base a las necesidades comunitarias. Estas actividades juegan un papel estratégico en la región en cuanto a la producción y distribución de alimentos así como a servicios funerarios y de salud. Estos aportes se acrecientan ante la pandemia que azota el país.
Con base a nuestra razón de ser, en la actividad diaria buscamos propiciar un proceso educativo transformador fundamentado en la equidad, el apoyo mutuo y la responsabilidad. Con el fin de facilitarlo, los más de 1200 trabajadorxs asociadxs de la red participamos sin una estructura jerárquica de líneas de mando. Rotamos las tareas y no existen representantes ni voceros. Participamos directamente sin intermediarios. No se practica la votación sino que las decisiones son consensuales. En la mayoría de los casos no hace falta una reunión para decidir. Es más, las nuestras no son reuniones formales sino conversatorios entre compañerxs y, si bien se toman decisiones allí, nos animamos a tomarlas en el momento que sean necesarias por la persona o personas presentes. Las decisiones son consensuales en cuanto sean coherentes con nuestros criterios colectivos fundamentados en la responsabilidad, la equidad y el apoyo mutuo. De lo contrario, los responsables deben asumir las consecuencias. Cualquier decisión está sujeta a rectificación, especialmente cuando existan argumentos sobre su falta de coherencia con estos fundamentos. Esta libertad, acompañada por una reflexión permanente sobre el accionar diario, es fundamental para propiciar nuestro desarrollo y transformación personal.
Una organización resiliente
Que CECOSESOLA, una organización comunitaria, sea un factor fundamental para la sobrevivencia de un porcentaje importante de la población, en este contexto-país, nos habla de su capacidad de resiliencia.
En estos momentos la empresa privada habla de quiebras masivas, de despidos e incapacidad de mantener inclusive los salarios actuales. En el sector
público se parte de un salario mínimo de unos 3 $ mensuales. En nuestro caso, acusamos una realidad que contrasta abiertamente con la de los otros agentes económicos. Continuamos incorporando nuevxs trabajadorxs asociadxs. En lo posible, nuestros ingresos personales se van ajustando ante la inflación de manera que podamos seguir cubriendo nuestras necesidades básicas, apoyándonos en nuestros fondos solidarios de financiamiento, medicamentos y salud. Al mismo tiempo, ante la desesperante situación que padece la población, hemos ido disminuyendo los márgenes de recargo de nuestros productos y servicios con miras a hacerlos aún más accesibles, sin poner en riesgo nuestra sostenibilidad económica.
Nuestra compañera Ana María López comenta: En el tiempo que tengo me ha tocado vivir en dos o tres momentos fuertes del país y siempre salimos adelante. Salimos mucho más fortalecidos que al comienzo de cualquier situación.
Nuestros mercados
En la Red Cecosesola tenemos 20 mercados comunitarios, la mayoría de estos ubicados en la ciudad de Barquisimeto (más de un millón de habitantes), donde atendemos aproximadamente el 40% de la población. En algunos de nuestros mercados compran hasta 6.000 personas en un día lo cual significa una gran aglomeración.
En tiempos de coronavirus, con las limitaciones de toque de queda se nos presentó la situación de tener que atender más personas en menor tiempo y con distanciamiento social. Nadie podía salir de la casa antes de las 7 de la mañana y debía regresar antes de las 2 de la tarde. El no cumplimento con el decreto es castigado con detención policial. Era imposible atender la masiva asistencia de personas en ese horario tan limitado y, sin acceso directo al alto gobierno, optamos por lo que sabemos hacer desde hace más de 40 años: cuando una ley, un reglamento o cualquier orden del poder atenta contra nuestro proceso educativo o nuestras necesidades comunitarias los desobedecemos silenciosamente. Hacemos lo que hay que hacer sin enfrentamientos, sin atacar o culpar a nadie. Para nosotros la desobediencia es una acción necesaria que, además, intenta abrir el diálogo para lograr el entendimiento.
De manera que desde las 3 de la mañana fuimos saliendo de nuestras casas para los mercados y a las cinco y media estábamos abriendo las ventas. Al mismo tiempo, en sintonía y por esa conexión comunitaria que existe con Cecosesola, la gente que cuenta con nuestros mercados para estirar su golpeado presupuesto familiar comenzó a llegar desde las 3 de la mañana y cuando abrimos, ya había más de cinco cuadras de personas esperando por entrar. Ante la dramática ausencia de transporte público, algunos se agruparon y contrataron camiones de gasoil. Todos y todas, en conjunto, habíamos violado el decreto de toque de queda sin habernos puesto de acuerdo previamente. Al poco tiempo, la gobernación dio una autorización que dejó sin efecto el toque de queda para Cecosesola.
Debido a la pandemia, para evitar aglomeraciones tuvimos que ampliar otro día más de ventas. Eso implica madrugar cinco días continuos con un intenso ritmo de trabajo. Según nuestra compañera Erika Terán: salimos agotadas pero con un cansancio “sabroso” porque nos dimos ese apoyo como comunidad.
La situación en el campo
Manuel González, productor de la Cooperativa La Montaña, en los Andes trujillanos, nos dice: realmente en este momento lo que estamos es sobreviviendo. Uno de los problemas más graves es el del combustible. En el caserío el que tiene carro no tiene cómo sacarlo porque no tiene para comprar los cauchos o los repuestos. Y ahora no consigue gasolina. Pero nosotros estamos mejor que los demás productores. Lo que nos ayuda es que estamos organizados y juntos enfrentamos los problemas. Como red Cecosesola tenemos un fondo de financiamiento al que aportamos entre entre todxs y con eso estamos paliando la situación.
Unidades de Producción Comunitarias
Siete pequeñas unidades de producción industrial continuamos con el vía crucis de conseguir las materias primas necesarias y cuando no existen, aplicar toda nuestra creatividad en ir cambiando a otro renglones u otras actividades para sostenernos. Como ejemplo tenemos a nuestra cooperativa 8 de marzo, integrada mayoritariamente por mujeres campesinas que inicialmente nos dedicábamos a producir pasta integral. Según la disponibilidad de materia prima u otros recursos vamos variando la producción, incluyendo la producción de granola y harina de yuca y el empaque de carne de soya afrecho y café. Además gestionamos un mercado comunitario al servicio de nuestro caserío.
Los Servicios de Salud
Ante las restricciones impuestas por la cuarentena y la posibilidad de contaminación, tuvimos temores que ocasionaron el cierre temporal de algunos servicios de nuestro Centro Integral Cooperativo de Salud. Sin embargo, con responsabilidad comunitaria y tomando todas las medidas de prevención posibles, reaccionamos rápidamente, reanudando la totalidad de nuestros servicios (consultas médicas, laboratorio, ecografía, rayos x, quirófano, hospitalización, acupuntura, terapias complementarias) aun sabiendo del alto riesgo que corremos. Siendo así una de las pocas alternativas de atención para la salud que siguen funcionando normalmente en la ciudad, no dedicadas al Covid-19.
Para minimizar las pérdidas económicas ocasionadas inicialmente por la disminución de las actividades del área, nos dimos la oportunidad de irnos incorporando algunos profesionales de la salud al trabajo cotidiano en nuestros mercados.
Dada la escasez de combustible y por ende del transporte público, se ha hecho necesaria la implementación de rutas de transporte propias, que son utilizadas por todxs lxs trabajadorxs asocoadxs de la red, brindándonos la posibilidad de profundizar nuestra integración y seguir superando las relaciones jerárquicas y piramidales que se dan con frecuencia en los servicios de salud, sean estos públicos, privados o comunitarios
En medio de la pandemia, hemos continuado la tarea de formación de madres y padres para el parto respetado a través de talleres quincenales así como la preparación de las madres para la lactancia materna exclusiva. Ahora vía on-line.
Al cementerio en camión
Operamos con relativa normalidad el Servicio Funerario, con un crecimiento, en el último año, de un 15 % en las familias afiliadas al acuerdo solidario funerario (de 20.000 a 23.000 familias). A través de este acuerdo nos protegemos hasta nueve miembros de la familia, cancelando un aporte semanal alrededor de 10 centavos de dólar. Las fallas en el suministro de gasolina se han resuelto utilizando un camión que funciona con gasoil para trasladar los difuntos al cementerio.
Pequeñas acciones por el planeta
Paulatinamente hemos ido tomando mayor conciencia de nuestra responsabilidad con el cuido del planeta. En nuestra red eliminamos el uso de vasos desechables. En nuestros mercados estimulamos el uso de bolsas reciclables. Promovemos la reutilización de envases plásticos con la recarga de artículos de limpieza del hogar y de uso personal. Seguimos produciendo abono en nuestra granja a partir de los desperdicios orgánicos que se generan en la venta de las hortalizas.
Estamos estimulando entre nosotros el uso de la bicicleta, a través de paseos dominicales y estamos comenzando un taller para su reparación. Continuamos con la producción orgánica en dos de las cooperativas integradas a la Red. Estas pequeñas acciones las complementamos con mensajes educativos en nuestros programas radiofónicos y en el sistema de altoparlantes de la Red.
Nuestro proceso educativo
Continuamos encontrándonos en nuestros conversatorios. Sin embargo, la asistencia y la frecuencia de estos encuentros se han venido complicando debido a la cuarentena y la falta de combustible. Esto ha incrementado la necesidad de tomar decisiones sobre la marcha con base a criterios colectivos sin depender de las reuniones. Por lo cual, el reto consiste en la necesidad de actuar como un cerebro colectivo, lo cual sólo puede resultar con base en los fundamentos éticos que desde hace décadas sostienen nuestro proceso formativo.
[Publicado originalmente en la revista Planeta Popular # 2, Mérida, octubre 2020. Número completo accesible en https://drive.google.com/file/d/1jUSz4aODsXEWkrZ8KPqLhjJYTXn_GyQm/view?usp=sharing.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.