A. Luy, I Novo y otros
Ante los problemas de escasez y distribución del gas de bombona en Venezuela, el uso de leña para cocinar los alimentos se ha venido extendiendo en todo el territorio nacional.
A través de una consulta que acopió 79 reportes de 21 entidades del país, incluyendo datos de 9 capitales de estado, se analizó de manera cualitativa cuán extendido está el uso de leña y cuáles son los potenciales impactos sobre nuestras áreas naturales.
A partir de los datos obtenidos y los aportes de otros estudios se puede inferir que en la actualidad:
1. en varias localidades del país la leña constituye el principal sustituto al gas doméstico y ello también está asociado a los problemas de suministro eléctrico.
2. Existen al menos seis fuentes de obtención de leña, y entre ellas están las áreas naturales urbanas y algunas áreas protegidas, lo cual representa una amenaza para la calidad de vida, la conservación y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable.
La manera como ha venido ocurriendo el deterioro de servicios públicos como la electricidad y el suministro de agua potable en Venezuela, que han pasado de ser problemas puntuales a convertirse en problemas extendidos, genera una legítima preocupación percatarnos de que la leña y su uso como energía para la elaboración de alimentos se está extendiendo.
Es necesario garantizar el acceso a gas doméstico de bombona y que se desestimule el uso de leña para la preparación de alimentos. Estas son dos acciones prioritarias para evitar que la afectación de zonas arboladas de áreas urbanas y rurales, y especialmente de zonas protegidas, se siga extendiendo y se convierta en mediano plazo en otro de los factores que contribuye a la deforestación en el país.
Introducción
A comienzos del mes de agosto de 2020, el “protector del estado Nueva Esparta”, es decir el representante del ejecutivo nacional en ese estado, Dante Rivas, recomendó en un programa radial utilizar leña como combustible para cocinar, y destacó la creatividad por la elaboración de “unos fogones u hornillas hechas con restos de tuberías”.
La recomendación resulta insólita, al menos por tres causas: i) el señor Rivas es licenciado en geografía y ex Ministro del Ambiente, por lo cual uno supone que posee un mínimo conocimiento del impacto de esa práctica en la conservación ambiental, ii) Nueva Esparta está conformado por un conjunto de islas, por lo que la extracción de leña es una amenaza para ecosistemas frágiles y, iii) estamos en el siglo XXI, donde el uso de leña como fuente de combustión para la preparación de alimentos no es un elemento de desarrollo, sino todo lo contrario.
La sugerencia del funcionario es una desafortunada respuesta a una situación generada por los problemas de producción y distribución de gas doméstico, la cual viene ocurriendo desde antes de la pandemia de la COVID-19.
Adicionalmente, este llamado por parte del funcionario ocurre cuando el país sufre importantes problemas ambientales, como los que ocurren por la minería especialmente en los estados Bolívar y Amazonas, los derrames petroleros que afectan costas marinas, ríos y lagos, la continuada problemática de salud y contaminación ocasionada por la inadecuada disposición de residuos y desechos y las múltiples afectaciones por contaminación y sobre explotación de nuestros recursos hídricos.
El objetivo de este documento es proporcionar información y análisis preliminar para entender cuán extendido es este problema a nivel nacional y cuál es el potencial impacto sobre las áreas naturales.
La metodología
Se consultó a un grupo de personas a través de una encuesta amplia de percepción, distribuida vía Whatsapp, acerca de la situación del suministro de gas, el uso de leña y su fuente. La consulta incluyó a personal de organizaciones civiles que mantienen un trabajo cercano a comunidades.
Las preguntas planteadas fueron:
1.- ¿Cómo está la situación del gas en tu municipio? (Nombra al municipio en tu respuesta)
2.- ¿Cómo está haciendo la gente para cocinar?
3.- ¿Están usando leña?
4.- ¿Si es así, de dónde la están sacando? ¿Árboles caídos, deforestación?
Se complementó la información recabada a través de la consulta vía WhatsApp a través de noticias disponibles en medios de comunicación digitales y redes sociales, especialmente twitter. Por todo ello, los resultados y su análisis tienen un sentido más cualitativo que cuantitativo.
Resultados y análisis
Se obtuvo información a través de 79 reportes, provenientes de 54 de los 335 municipios del país (16% de los municipios) ubicados en 21 entidades (a excepción de Distrito Capital, Barinas y Apure). Las observaciones incluyen a varias capitales de estado, que además están entre la 2da y la 5ta ciudad más poblada de Venezuela como son Maracaibo, Maracay, Valencia y Barquisimeto. Completan la lista de capitales, San Cristóbal, Tucupita, Cumaná, La Guaira y Puerto Ayacucho.
En todos los estados de donde se obtuvo reporte, y en el 90,74 % de los municipios, cocinar a leña se ha incorporado como una de las técnicas para la preparación de alimentos a consecuencia de la falta de gas, y las deficiencias del servicio eléctrico. Sin embargo, la consulta no nos permite establecer que porcentaje de la población está usando leña.
El acceso al gas
El uso extendido de la leña en Venezuela está vinculado de manera directa a las dificultades en el acceso – por disponibilidad y/o costo – del gas expendido en bombonas así como a las fallas del servicio eléctrico.
Un indicador de la situación actual del gas se muestra en el Informe de Conflictividad Social en Venezuela – Agosto 2020 elaborado por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, donde se señala que para el período evaluado, de las 302 protestas por servicios públicos 156 fueron por gas doméstico, cifra superior a las protestas por agua potable (93) y electricidad (53).
Aun cuando varios consultados manifestaron que las irregularidades en el acceso al gas datan de hace uno, dos y hasta tres años, el servicio empeoró en 2020; así, durante la pandemia la situación se ha agravado.
Entre los consultados para este reporte, los más afortunados señalan que la adquisición de la bombona puede significar entre un día y una semana, una vez que se entrega la bombona vacía, pero la mayoría de las menciones hacen referencia que entre un mes y tres meses es el tiempo que deben esperar para obtener el producto. Los casos más extremos para el 2020 señalan que en lo que va de año o al menos desde marzo no ha habido venta de gas.
De acuerdo al estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) en los meses de abril y mayo de 2020, en 10 ciudades de Venezuela, el 93,2% de los hogares dependen de gas doméstico para cocina, y de ellos el 81,7% del gas de bombona. De esta manera, las fallas en el suministro de gas de bombona se traducen en un impacto a la mayoría de la población de Caracas, Barcelona, Valencia, Maracaibo, San Cristóbal, Barquisimeto, Punto Fijo, Barinas, Ciudad Bolívar y Porlamar.
Quienes tienen mejor capacidad adquisitiva han adquirido aparatos eléctricos (cocinas y hornillas, freidoras, sartenes eléctricos, arroceras, etc.) para cocinar, aun con las dificultades que representa el servicio eléctrico. Es importante recordar que en amplias regiones del país, incluyendo Zulia, Nueva Esparta y Táchira, los cortes eléctricos pueden extenderse 8 horas o más al día, todos los días.
Para quienes las dos anteriores alternativas no son posibles, entonces optan por cocinar a leña, una práctica que podía ser común en áreas rurales y periurbanas pero que ya se está incorporando en áreas urbanas, con la única limitación aparente, los edificios residenciales.
Según el estudio de la OVSP antes mencionado, cuando no hay gas, el método de cocinar con leña es el segundo más utilizado (33,2%) entre los consultados, luego de los aparatos eléctricos. Pero en Barinas (52,2%), Ciudad Bolívar (48,3%) y Porlamar (44,9%) la leña representa el principal método para cocinar en ausencia de gas.
Resulta especialmente preocupante la situación en Porlamar por ser una de las ciudades más importantes de la Isla de Margarita, y del estado Nueva Esparta, ya que las fuentes de leña muy posiblemente sean áreas naturales, protegidas o no, que pueden ser muy impactadas por la demanda.
Sobre las amenazas del uso de la leña en el estado Nueva Esparta, la bióloga Sabina Caula en su artículo “Los peligros de usar leña en Margarita” indican que los problemas ambientales de la región “se agravarán si se anima a la población a usar de nuevo leña en lugar de gas, habría un retroceso a los años 1950, con las mismas consecuencias de deforestación multiplicadas por seis, pues el tamaño poblacional pasó de 75.000 a 500.000 habitantes”.
Al respecto, luego de la declaración de Dante Rivas, a través de una nota de prensa, la organización no gubernamental Provita señaló: “Los bosques insulares son ecosistemas frágiles y fundamentales para la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo sostenible en la isla de Margarita pero se ven bajo creciente presión por la extracción insostenible de madera para su uso como leña”
Según los resultados de nuestra consulta, en 7 de los 54 municipios, Andrés Eloy Blanco del estado Lara, San Francisco, Machiques de Perijá, Rosario de Perijá en el estado Zulia, y Monte Carmelo y Bolívar de Trujillo, cocinar con leña es la opción principal ante la carencia del gas doméstico. En el municipio Bolívar de Trujillo, la fuente consultada indica que el 80% de la población cocina con leña.
Y de dónde sacan la leña
A partir de los resultados de la encuesta, pudimos establecer seis fuentes distintas para la procedencia de la leña para cocinar:
- El patio de la casa: en áreas rurales, los habitantes de las casas tienen como primera opción cortar árboles de su patio para obtener la leña requerida para cocinar. Esto supone poca demanda, así como una fuente muy finita de suministro.
- Madera muerta / desechos: los árboles y ramas caídas, son frecuentemente colectadas para el uso como leña. Uno de los datos indica que hay familias en el estado Sucre que están usando la madera de muebles viejos como fuente de leña. En otra encuesta señalaron que las paletas industriales de desecho también son utilizadas con esos fines. Las ramas de árboles caídos en fincas, así como los árboles de cítricos muertos en plantaciones de la parroquia Canoabo (Municipio Bejuma), son otros ejemplos del uso de madera de “desecho” para la leña.
- Terrenos baldíos cercanos: otra práctica común es la búsqueda de madera de desechos o el derribo de árboles y arbustos de terrenos públicos o privados baldíos. Esto supone que no se percibe como un daño al ambiente ya que se extraen árboles y arbustos “abandonados”, o sin ninguna importancia.
- Árboles de plazas, calles y urbanizaciones: algunos consultados indican que en zonas urbanas, las áreas verdes comunes han empezado a ser utilizadas como fuente de leña para la cocina. En oportunidades se trata de afectaciones intencionales a los árboles que produce la caída o muerte del mismo, a fin de luego poder obtener la madera para la leña. De esta forma, los bienes públicos están siendo destruidos como consecuencia de los problemas de suministro de gas y la falta de vigilancia de las autoridades y la comunidad organizada. Con esta práctica ya se empieza a incidir negativamente en las condiciones ambientales y el paisajismo de áreas urbanas.
- Compra en establecimientos formales e informales: la venta de leña, se está convirtiendo en una fuente de ingreso dentro de la economía informal pero también para un sector del comercio que ofrece el producto perfectamente empacado y en supermercados y tiendas similares. Los consultados indicaron que en el sector informal se ofrecen rolas y atados; en junio por 100 mil bolívares (0,5$. aproximadamente) los atados se conseguían en las bodegas y abastos pequeños del Municipio Urdaneta en Miranda; en el Municipio Libertador de Mérida, se venden los palos a Bs 30.000 Bs, y se estima un uso de “5 palos” para cocinar una comida, mientras que en Barquisimeto están vendiendo 5 unidades de leña por 1.000.000 Bs (entre 4 y 5$ para la fecha), muy similar a lo ofrecido en bolsas en supermercados, de acuerdo a lo encontrado en twitter. En Amazonas, en el casco de la ciudad de Puerto Ayacucho la leña (atado), se consigue entre 80 y 120 mil bolívares, 1000 a 2000 pesos colombianos (0,27 a 0,52 $).
- Las áreas naturales: Un problema más grave para la conservación de los ecosistemas es señalado por consultados, especialmente en Falcón, Valencia, Mérida, Nueva Esparta, Lara y Aragua, donde hay indicios de la extracción de madera en áreas boscosas, protegidas o no. En Chichirivhe de Falcón, la leña de mangle es extraída en caños dentro o cercano al Parque Nacional Morrocoy y al Refugio de Fauna Silvestre de Cuare. Habitantes del Municipio Mario Briceño Iragorry (Maracay) mencionan que de áreas ubicadas dentro del Parque Nacional Henri Pittier los pobladores extraen madera. En el estado Lara, en áreas cercanas al parque nacional Terepaima y Dinira, están deforestando para buscar leña. Para ese mismo estado los consultados hacen referencia a “el Parque del oeste, y la Loma del León” como fuente de extracción de leña. En Valencia y Naguanagua, algunos habitantes consultados señalan que los árboles de las márgenes del río Cabriales son fuente de leña.
Si a la extracción referenciada de áreas naturales agregamos el hecho de que no queda muy claro cuál es la procedencia de la leña vendida especialmente en el sector informal, podemos sospechar que el incremento de la demanda de leña para cocinar está convirtiéndose en una amenaza para la conservación de áreas boscosas en distintas partes de Venezuela. La madera proveniente de terrenos baldíos, de árboles caídos o de los desechos no pueden garantizar un negocio que se expande en especial en áreas urbanas como Barquisimeto y la Isla de Margarita.
El impacto ambiental, social y económico
La situación generada por la falla en la distribución del gas de bombona tiene efectos directos e indirectos en el desarrollo sustentable de Venezuela, y por tanto se suma a los retos a solventar para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles para 2030.
A continuación, algunos de impactos más relevantes:
1.- Se están afectando áreas naturales y degradando las cuencas a través de la deforestación lo cual puede aumentar los riesgos de deslaves, como consecuencias de las lluvias, ya que el suelo pierde la vegetación que lo protege. Así, se pueden generar graves daños económicos y también sociales en términos de vidas humanas.
2. Vinculado con lo anterior, también la deforestación disminuye el caudal de agua que llega a los embalses.
3. El uso de la leña genera, especialmente en ancianos, niños y mujeres enfermedades respiratorias. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “en 2012, en la Región de Asia Sudoriental, hubo casi 1,7 millones de defunciones prematuras atribuidas a la contaminación del aire por combustión en las cocinas de las viviendas.” Asimismo, la OMS señala que “la contaminación del aire interior (de las casas) ocasionada por el uso de biomasa (como leña) aumentan la susceptibilidad de los niños a la neumonía”. Esto toma además especial importancia en tiempos de pandemia, cuando mujeres, niños y ancianos deben permanecer el mayor tiempo confinados en sus casas.
4. La eliminación de vegetación afecta directamente la conservación de la diversidad biológica de la zona, y puede conllevar al establecimiento de conucos o cultivos de ciclo corto en áreas deforestadas.
5. La eliminación de la vegetación disminuye la captura de CO2 y por lo tanto tiene un efecto sobre el Cambio Climático.
6. El uso extensivo de madera para cocinar contribuye con la emisión de gases de efecto invernadero.
7. La adquisición de leña constituye otro gasto que deben incurrir las personas, especialmente las de menos ingresos, para garantizar la preparación de los alimentos, perjudicando aún más la economía familiar.
A manera de conclusión
En los últimos años el deterioro de servicios públicos como la electricidad y el suministro de agua potable han pasado de ser problemas puntuales en algunas regiones del país, a convertirse en problemas masivos que afectan a prácticamente todos los habitantes de Venezuela.
Por tal motivo, genera una legítima preocupación percatarnos de que la leña y su uso como energía para la elaboración de alimentos se está extendiendo porque ello significa una amenaza más a nuestras áreas protegidas que cada vez cuentan con menos recursos humanos y económicos para su conservación.
Lejos de encaminarnos a la superación de la pobreza, el Objetivo N° 1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteado por la Organización de Naciones Unidas, el uso de la leña como fuente principal para la preparación de alimentos, produce un fuerte retroceso en la calidad de vida de los habitantes de Venezuela.
Por todo ello, la necesidad de garantizar el acceso a gas doméstico de bombona y que desde el gobierno se desestimule el uso de leña para la preparación de alimentos son dos acciones prioritarias para evitar que la afectación de zonas arboladas de áreas urbanas y rurales, y especialmente de zonas protegidas, se siga extendiendo y se convierta en mediano plazo en otro de los factores que contribuye a la deforestación en el país.
[Texto de Resumen Ejecutivo de Informe que en versión integral es accesible en http://desarrollosustentableve.com/uso-de-la-lena-en-venezuela-una-amenaza-que-se-extiende-a-luy-i-novo-j-benitez-a-alvarez-iragorry-a-de-lisio-t-oliveira-y-c-pelaez.]
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