Charo Arroyo
El 18 de julio de 2020, como un guiño
rebelde para apagar la fecha del golpe de Estado del fascismo en 1936, el
histórico militante libertario Lucio Urtubia falleció en París. Aquella ciudad
que se convirtió en su hogar tras un exilio económico en los años 50 al que se
vio abocado por el hambre que se sufría en la España franquista de la
posguerra. Tras su coqueteo con el estraperlo tuvo que huir por la persecución
policial. Una vez en Francia empieza a entablar relación con exiliados que le hacen
partícipe de las inquietudes políticas antifranquistas. Así, descubre que su
visión de una sociedad justa era la anarquía y no el comunismo. Desde entonces
ya se sintió libertario. Es sobradamente conocida su intervención en el
desfalco al Banco Citibank a través de la falsificación de los cheques de
viajes con una perfección increíble. Pero también intervino en atracos, etc.,
para la recaudación de fondos para la lucha antifranquista. Sus acciones sirvieron
de apoyo a diversas luchas del mundo, no solo contra el franquismo. Se puso en
peligro por lograr mejorar esta sociedad. Pasó por la cárcel y logró jugar sus
cartas para conseguir que su condena no fuera tan larga.
Su forma de ser clara, directa,
sin dobleces le granjeó amistades de todo tipo. De hecho, un ministro francés fue
su abogado defensor. Su casa siempre estaba abierta a todas aquellas personas
que necesitaran cobijo por la represión fascista. Autodidacta, simplemente se
consideraba un albañil que consiguió ganarse de forma honrada la vida.
Realmente él no robaba a los bancos sino que redistribuía la riqueza.
Era admirado en multitud de
ciudades, debido a su absoluta entrega a cualquier causa emprendida a favor de
los más desfavorecidos y ha visitado una gran cantidad de lugares para explicar
a la juventud que hay que ponerse a hacer cosas, no vale con leer libros y ser
teóricos sino que es imprescindible ponerse el mono de trabajo y poner en
marcha el principio de la Acción Directa que promulga el Anarquismo. Al
finalizar sus charlas siempre preguntaba cuántos se iban a hacer anarquistas
tras la charla entre las personas que había en la sala.
Gracias a su forma de ser creó
una leyenda, que libros y documentales acrecentaron, que resultaba romántica y
enternecedora. Incluso Jordi Évole le dedicó uno de sus programas. Gracias a
ello se convirtió, ya no solo en el ambiente libertario, en un Robin Hood español
de gran calado mediático. Por ello, cuando se tuvo conocimiento de la triste
noticia de su fallecimiento a los 89 años, la noticia corrió por los medios de
comunicación alternativos y comerciales destacando su figura de militante anarquista
y su vida de película. Pero también por ello, su despedida se convirtió en una
reunión de gentes de todas las clases e ideologías. Lamentablemente, por el
hecho de la existencia de esta maldita pandemia, se tuvo que limitar el número
de personas asistentes a la ceremonia de despedida de Lucio. El compañero Floren
acudió a este acto y nos remite una crónica de cómo se produjo la despedida de
esta grandísima persona que ayudó tanto a diferentes luchas y a eliminar la
imagen de violencia con la que quieren relacionar el anarquismo.
Hasta siempre, compañero.
*
* * * *
Anexo:
24/07/2020, Cementerio Père Lachaise, París
Florentino
Hacia las 10:15h, delante del
crematorio del Cementerio Père Lachaise, nos hemos reunido unas 80 personas, en
silencio, sin banderas ni canciones.
A las 10:30h, puntuales y tras
oír al responsable de la funeraria las limitaciones al acto, consecuencia de la
pandemia: aforo máximo 80 personas, las mascarillas puestas, distancia física,
etc., entramos en una capilla en la que depositan el féretro cerrado de Lucio
Urtubia.
Ejerciendo de
presentador-conductor el abogado Thierry Fagart, hay unas seis intervenciones
personales intercaladas con música de Paco Ibáñez, “Ay Carmela”, etc. que
recuerdan frases y posturas de Lucio ante situaciones concretas y consiguen
arrancar una sonrisa entre los asistentes, que seguramente las habían oído en
otros momentos, y las llamadas de Lucio a trabajar y construir ese mundo que
anhelamos. Delante del féretro hay una pantalla grande en la que vamos viendo
diversas fotos de la vida familiar de Lucio y diversas charlas o actos
solidarios con los presos (es posible que alguna estuviera desubicada).
Seguidamente a los sones de “El
tiempo de las cerezas” [canción en homenaje y recuerdo a la Comuna de París] han
subido el féretro para introducirlo en el horno de inc-neración. En este
momento ha comenzado un aplauso general que ha durado varios minutos, en el que
cada persona se ha despedido de Lucio y algunos, por lo menos, con el
compromiso de seguir nuestro camino.
Lucio, te llevaremos en nuestros
corazones.
[Crónica y anexo publicados en el
periódico Rojo y Negro # 348, Madrid,
septiembre 2020. Número completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro%20348%20septiembre.pdf.]
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