Gustavo Rodríguez
Muchos “anarquistas” sustentan
el gazapo de que la Anarquía se sitúa intrínseca-mente a la “izquierda” (e incluso algunos
más populistas, la colocan «abajo
y a la izquierda»,
haciéndose eco del neozapatismo chiapaneco);
identificándola como «la
corriente crítica del socialismo». De tal modo, reivindican consanguinidades y aseveran que
somos parte de una “gran familia”. Estos
“compañeros” (intoxicados de propaganda socialdemócrata),
reconocen a la “izquierda” como su hábitat y su
estirpe, confiriéndole al anarquismo el
rol de hermano menor –grosero, desobediente
e impulsivo–, a quien, a pesar de su mal comportamiento, “mamá izquierda”
siempre está dispuesta a arropar
en su regazo, por el «bien común de la familia».
Sin reparar en los orígenes jacobinos –burgueses/liberales–
de la “izquierda”, ni en su esencia instituyente, es difícil discernir las verdaderas intenciones de
esta trampa macabra impuesta
desde el poder, que relega la teoría y la práctica anárquica a
la retaguardia del pensamiento
marxiano (esa fue la estrategia de la Primera
Internacional). Empero, es
hasta comienzos del siglo pasado, que el anarquismo es condenado a morar a la
“izquierda” in saecula saeculorum, acusado de
“infantilismo”. Eufemismo a modo, con el que Vladímir Ilich Uliánov,
aspiraba a desarmar nuestros irrenunciables
propósitos de liberación total.
Pese a ello, amplios sectores anarquistas, continúan posicionándose,
sin mayores remordimientos,
a la “izquierda” del estercolero político.
Sin duda, hoy podemos identificar al
interior de nuestras tiendas,
y sin mayores esfuerzos, posturas
ideologizadas que se
autoproclaman placenteramente “izquierdistas” y encajan perfectamente
en ese árbol genealógico.
Connotados ejemplos son los remanentes del anarcosindicalismo, los partidos neoplataformistas,
los nucleamientos comunistas libertarios,
los antiautoritarios, los anarcopopulistas y los grupúsculos
cesionarios de la autonomía libertaria; sin
omitir a los
“anarco-hiperactivistas” y los
“frentistas” compulsivos,
que reiteradamente establecen alianzas con
diferentes sectas
leninistas y/o las cofradías nacionalistas (independentistas), en nombre de
la Revolución, del
anti-imperialismo, el antifascismo o el anticapitalismo, contando con
la aquiescencia de todos los antes aludidos [7].
Mención honorífica merecen
–a propósito de Norteamérica– algunos adalides
del anarcoizquierdismo por estas tierras; tal es el
caso del RAM (Revolutionary Abolitionist
Movement), con su más
reciente protesta en coordinación con la coalición “Manos fuera
de Venezuela” y, los guardias stalinistas del
WWP (Workers World Party), en defensa del
gobierno populista de Maduro y;
el histórico e incondicional apoyo de la ABCF (Federación de
la Cruz Negra Anarquista) a los cinco espías cubanos –oficiales de
inteligencia del gobierno de los hermanos Castro y colaboradores del FBI–
presos en Estados Unidos a comienzos del
siglo [8]. Ya ni referirse al usual reclutamiento de “carne de cañón” anarquista para la “Revolución del Rojava” y
su martirologio, que cada día cobra más vidas de compañeros y compañeras de
la mano del anarcoleninismo
posmoderno.
Pero, el sesgo a la izquierda es tan grande en
nuestras tiendas, que frecuentemente encontramos estas
“convocatorias” publicadas
en blogs y sitios webs supuestamente anarquistas. Lo
curioso, es que no solo son toleradas sino
bien recibidas, celebradas y hasta reproducidas solidariamente en páginas afines,
sin el menor cuestionamiento
ni la más mínima advertencia, cuando
deberían ser excluidas y criticadas con
el mismo ahínco que se rechazan
los textos fascistoides y las declaraciones misántropas. Con
todo, muchas veces encontramos
acotaciones y deslindes, a
manera de exordio, a nuestras contribuciones
–decididamente anárquicas– o,
a los comunicados y reflexiones
de los grupos de praxis insurreccional; cuando no
son censurados o mutilados («por
problemas de espacio»).
Tenemos la vista tan cargada a la izquierda que estamos acondicionados para distinguir de inmediato cualquier
texto protocapitalista, fascista o
conservador pero, somos incapaces de
detectar, y aborrecer con
ímpetu, el más evidente discurso
izquierdista y/o protoleninista. Somos lo
bastante competentes para divisar –a
años luz de distancia– las desvirtuaciones de derecha y
desterrarlas de nuestras tiendas
pero inútiles para percibir
toda la pestilencia izquierdista con
que se nos bombardea diariamente
y, peor aún, nos mantenemos inermes frente
a esta brutal penetración, atascados en
el pantano, con los zapatos de plomo de
la corrección política.
Todo lo que venga envuelto de “justicia social”,
decorado con “igualitarismo”, ataviado de
“victimismo” y, huela a “pueblo”,
es bienvenido. Lo que se presuma “antisocial”, se admita “ilegalista”,
se aproxime al “nihilismo” y,
se ostente, consecuentemente, contra la
civilización, es sospechoso. En esta misma tesitura,
y como era de esperarse, no han faltado los malintencionados que han
intentado meter en el mismo costal las pifias misántropas y las audaces inquietudes
de la tendencia informal anárquica,
señalando al anarquismo insurreccional
y anticivilización de nuestros
días como una “desviación” del ideal ácrata.
Con similares intenciones, han
acudido a la cita los insurreccionalistas setenteros, marcándonos
el guion a seguir para la culminación (¡divina!) de
la “insurrección generalizada”;
sin percatarse que las renovaciones ejecutadas en
el transcurso del conflicto cotidiano, no
son un producto intelectual aséptico elaborado
en un laboratorio aislado, sino
parte integral del desarrollo dinámico
de la insurrección ácrata en nuestros días y
que la guerra anárquica, tal como la venimos planteando –alejados
de certezas, recetarios y
conceptualizaciones ajenas–, no es otra cosa que la redefinición actualizada de
nuestros rasgos y la reafirmación intransigente de una crítica radical al poder, invitándonos
a retomar nuestro negro camino a la Anarquía.
¡Por la potencialización de
la Internacional Negra
(Informal e Insurreccional)!
¡Por la Anarquía!
Notas:
[7] No basta con ser antifascistas
ni anticapitalistas. Como anár-quistas, nosotros vamos por más: la guerra
anárquica es contra toda autoridad, contra todo poder. El “anticapitalismo”, el
“anti-imperialismo”, el “antifascismo”, al igual que el “ecologismo”, son
ideologías al servicio del poder con estrategias frentistas instituyentes, que,
por lo general, agrupan una gran variedad de posiciones políticas, incluídas
las de nuestros enemigos. Es común encontrar en los frentes “antifascistas” un
nutrido grupo de izquierdistas y, sobre todo, stalinistas, que si bien se
oponen al “fascismo pardo”, sus objetivos son la implantación del “fascismo
rojo”. De igual modo, en los frentes “anticapitalistas”, además de los sectores
representativos de la izquierda, también es frecuente concurrir con fascistas y
neonazis que ansían el exterminio de los “parásitos capitalistas” y la
instauración del capitalismo de Estado. Sin duda, es en los frentes “antiimperialistas”,
donde más enemigos nos topamos, ya que la gama es mucho más amplia; allí
encontraremos nacionalistas, independentistas, neonazis, stalinistas,
populistas, demócratas liberales y, extensos sectores de las oligarquías
criollas. El “ecologismo”, tampoco es diferente; en sus frentes se albergan todos
los colores del espectro político, destacando aquellos (sin distinción de
ideologías) que ya ostentan el poder. Desde una óptica similar, hay compañeras
que han ido aún más lejos en la crítica a las ideologías y las estrategias
frentistas, señalando estos mismos peligros incluso en el “feminismo” (Vid.
Llamado a la acción anárquica este 8 de marzo, disponible en: https://es-contrainfo.espiv.net/2019/03/06/mexico-llamamiento-a-la-accion-este-8-de-marzo-por-feminas-brujas-e-insurreccionalistas/
(Consultado: 20/03/19).
[8] Disponible en: https://nycabc.wordpress.com/2014/09/23/nyc-tuesday-september-30th-letter-writing-for-the-cuban-5/#more-2076
(Consultado: 20/03/19)
[Sección final del artículo
titulado “Retomando nuestro negro camino”, incluido en la revista Fenrir # 10, Italia, 2020. Número
completo accesible en https://contramadriz.espivblogs.net/files/2020/07/Fenrir-10-ESP.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.