Humberto Decarli
El 8 de marzo se conmemoró el día internacional de la mujer. En nuestro país se remitieron felicitaciones como cualquier otro aniversario, vale decir, el día del padre, de la madre, de los enamorados o de la amistad, omitiendo el contenido de tal fecha elaborando una fórmula para banalizarlo de la manera más despiadada. Carnaval para eclipsar los problemas de fondo. Es una manera muy típica de la nación del disimulo, Cabrujas dixit, se dice una cosa y se hace otra, la praxis del doble rasero.
Razón de su rememoración
Uno de los muchos precedentes fue la huelga textil femenina llevada a cabo en Nueva York, para protestar por los bajos salarios y las condiciones paupérrimas de trabajo. Fue reprimida implacablemente pero dejó una campanada de los que fuesen capaces las féminas. Sin embargo, fue una propuesta concreta presentada en una Conferencia Internacional de la Mujer en Copenhague, por la espartaquista Clara Zetkin en el contexto de las luchas de calle efectuadas por las trabajadoras en plena República de Weimar.
El 8 de marzo se conmemoró el día internacional de la mujer. En nuestro país se remitieron felicitaciones como cualquier otro aniversario, vale decir, el día del padre, de la madre, de los enamorados o de la amistad, omitiendo el contenido de tal fecha elaborando una fórmula para banalizarlo de la manera más despiadada. Carnaval para eclipsar los problemas de fondo. Es una manera muy típica de la nación del disimulo, Cabrujas dixit, se dice una cosa y se hace otra, la praxis del doble rasero.
Razón de su rememoración
Uno de los muchos precedentes fue la huelga textil femenina llevada a cabo en Nueva York, para protestar por los bajos salarios y las condiciones paupérrimas de trabajo. Fue reprimida implacablemente pero dejó una campanada de los que fuesen capaces las féminas. Sin embargo, fue una propuesta concreta presentada en una Conferencia Internacional de la Mujer en Copenhague, por la espartaquista Clara Zetkin en el contexto de las luchas de calle efectuadas por las trabajadoras en plena República de Weimar.
Son hechos provocados por la desigualdad existente desde otrora. Es una oportunidad de evocar los esfuerzos cumplidos para alcanzar derechos que de otra manera no existirían por el talante misógino de las sociedades de la primera revolución industrial. Todavía se mantienen desniveles increíbles por el mero hecho de no ser hombres.
Las reivindicaciones desde siempre
Las sociedades bases de la civilización occidental según invención durante la modernidad, fueron Grecia y Roma. Eran sociedades esclavistas y la condición femenina formaba parte de esos seres no considerados humanos sino cosas. En el derecho romano la plenitud de la personalidad jurídica se alcanzaba con el estatus libertatis, esto es, no ser esclavo; elcivitatis, no ser extranjero; y ser pater familia, cabeza de una unidad integrante de la sociedad. No lograr uno de esos tres niveles implicaba estar sometido a una capitisdiminutio, una cualidad por debajo de la consideración como persona. Para serlo había que ser vértice de la familia, ser ciudadano o romano y ser libre. La mujer ni siquiera llegaba a cumplir ninguno de esos requisitos porque no eran seres humanos. Durante el medioevo tampoco fue la mujer digna de ser mencionada como sujeto de nada. Incluso se les demonizó cuando descollaban en alguna actividad y se les acusaba de brujas, por decir lo menos. Se limitaron a organizar los hogares porque el embarazo y la estructura de la casa le impedían poder dedicarse a otras actividades aunque tampoco tenían oportunidades.
Con el advenimiento de la revolución del vapor a las mujeres se les contrató para realizar labores de mantenimiento y otras sin requerir especialización alguna. Pero era la base del afecto dentro del núcleo familiar lo cual orientó hacia niveles de tolerancia a las sociedades. Además de los derechos laborales hubo una lucha por los políticos como el de elegir, ser electo y tener derecho al sufragio. Ha sido una larga lucha pero la han conquistado aunque en algunos casos tardíamente como en Suiza donde el voto femenino al nivel federal se permitió en 1971. En Venezuela fue después del golpe de octubre de 1945 cuando la alianza castrense-adeca lo estableció como una apertura hacia ese siglo. Tenía razón Mariano Picón Salas, el ensayista mayor, al sostener que Venezuela entró al siglo veinte en el año 1936.
Sector intelectual feminista
La anarquista Emma Goldman fue una pensadora preclara con el conflicto social proveniente del siglo diecinueve. Tuvo la iniciativa de vincular las luchas por el feminismo contra el capitalismo. Flora Tristán fue una intelectual de origen latinoamericano, peruana, de gran impacto en el viejo continente y sufrió perjuicios legales al luchar contra su esposo por la custodia de sus hijas. Se piensa fue corredactora del Manifiesto Comunista sobre todo en su frase final: “Proletarios de todos los países uníos”.
La brillante escritora Simone de Beauvior gestó el grito de la mujer con su obra El segundo sexo en el cual denuncia la situación de minusvalía del género femenino, además de ser una militante a carta cabal. Kate Millet, Mary Mellor y Vandana Shiva, han ocupado un espacio importante en la historia del feminismo al escribir sobre diversos tópicos y desde disciplinas diferentes.
Derechos pendientes
Haber logrado algunos alcances políticos como el del sufragio es asaz insuficiente porque el mundo contemporáneo plantea nuevos retos. Empero, todavía existen naciones donde la mujer prácticamente es inexistente más allá de ser un soporte de su pareja. En algunas islámicas no puede una mujer asistir a un juego de fútbol, son sancionadas al incursionar en áreas prohibidas y ni siquiera pueden conducir un vehículo.
En el área laboral los mejores ejecutivos son abrumadoramente hombres y las féminas no tienen las mismas oportunidades que sus pares en una proporción que alcanza la tercera parte de la población activa y además son peores remuneradas. Menos de la cuarta parte son parlamentarias al nivel mundial y en materia de un premio cinematográfico comercial como el Oscar solo cinco mujeres han sido candidateadas como directora y una sola fue la ganadora, KatharynBigelow, aunque hay grandes directoras como la danesa SusanBiber, la libanesa NadinLabaki y la americana Sofía Coppola.
No obstante, podríamos resumir en algunas materias donde el patriarcado debe ser constreñido al logro de la igualdad de género. Primero, la interrupción del embarazo como una opción de la mujer para ponderar su propio cuerpo y por ende, debe ser despenalizado. Segundo, el trabajo de la mujer en el hogar que debe ser cuantificado y considerado por su importancia familiar y social. Tercero, el feminicidio, una variante del homicidio perpetrado por hombres desequilibrados. Cuarto, la reducción de la misoginia en las sociedades machistas. Quinto, la vinculación de panaceas sobre el estatus de la mujer con el poder directamente, es decir, las luchas por las reivindicaciones femeninas ligarlas al enfrentamiento con el los dominadores.
Situación en América Latina
Nuestros países son machistas por la herencia luso-hispánica y en el devenir independiente se ha afincado. Los femicidios en México han estremecido a la opinión pública y la fiscalía pretende suprimir este tipo delictivo para convertirlo en un hecho punible simple. Las movilizaciones callejeras lograron impactar y denunciar al mundo esta terrible coyuntura.
El embarazo precoz, encabezado por Venezuela, se ha incrementado por ausencia de educación sexual, está estimulado por los bonos otorgados por el Estado por cada hijo y las declaraciones del presidente en las cuales insta a las mujeres a tener seis hijos o más para “engrandecer” la patria como los chitas en el Líbano para ser mayoría frente a los suníes y los cristianos.
Venezuela incluye en la constitución la labor de la mujer en la casa pero no se ha implementado medidas para determinar el valor de este esfuerzo. Hubo el caso de la diputada Tamara Adrián, quien para rectificar su partida de nacimiento por el cambio de sexo, tuvo que esperar más de ocho años para que el tribunal supremo le admitiera la demanda. Las mentalidades militaristas están en la acera de enfrente de las mujeres por razones de autoritarismo.
En Chile el movimiento feminista tiene un gran arrastre popular y ha radicalizado su discurso cuando identifica de una manera diáfana el problema de la desigualdad de género con el poder porque lo identifica con el Estado, los carabineros y el presidente. El eslogan “El Estado represor es un macho violador” habla por sí mismo. Todo un avance en esta materia para beneplácito de la humanidad en general y en especial por provenir de una sociedad conservadora ahora en ebullición.
Actividades del día internacional de la mujer en la región
Las mujeres chilenas tomaron el cauce de protesta y llenaron las calles santiagueñas con una coreografía del colectivo Las Tesis de una canción llamada “el violador eres tú”. Se convirtió en viral y en un himno nacional e internacional del movimiento feminista. Reclaman contra el Estado por las 400 mujeres heridas durante las protestas sociales del año pasado. También fue tendencia, aunque en Europa, la foto de una joven irlandesa disparando a los soldados ingleses cuando su novio fue herido, en pleno conflicto de la época del Ejército Republicano Irlandés, y terminó asesinada por los militares de la pérfida Albión, como apodaba la metáfora decimonónica al poder imperial británico. Las féminas de México, Argentina y Perú marcharon en protesta en sus respectivos países demostrando el nivel de lucha en cada uno de ellos. Se espera huelgas en los dos primeros países luego de la semana siguiente a la del 8 de marzo y han demostrado la necesidad de reformular todas las bases de la sociedad en aras del progreso.
En Venezuela
Las madres son el eje en familias incompletas por el machismo regando de hijos la geografía nacional. Son padre, madre y orientadoras, en la medida de sus posibilidades de núcleos donde el hombre no asume ningún compromiso ético con ellas ni con los hijos. Es parte de la tradición nacional.
No se conoce ninguna movilización en nuestra nación a pesar de la profunda crisis en todos los órdenes amén del machismo reinante en múltiples instancias del Estado y en general, en la subjetividad social del venezolano. La destrucción del tejido social y sus organizaciones es un hecho en Venezuela y ha sido obra de una demolición desde el gobierno acompañado de la crisis de la representación y el resultado es la pasividad e inhibición.
Es una tarea pendiente de los actores sociales venezolanos y específicamente de las mujeres alcanzar esos niveles de esfuerzo para democratizar al país y buscar la igualdad de género como utopía planteada. Mas implica una reformulación de las estructuras de las organizaciones existentes. Un golpe de timón para alcanzar una meta largamente preterida.
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