Massimiliano Illari
La Unión
Sindical Italiana (USI) es un sindicato revolucionario y libertario fundado en
1912, después de una escisión de la CGdL (posteriormente CGIL, Confederación
General del Trabajo), sindicato reformista ligado al Partido Socialista. Varios
sindicatos de la CGdL rechazaban las elecciones y su modelo sindical
centralizado, experimentando otras formas organizativas que confluyeron en el primer
Congreso de la USI, en Módena.
Desde su
fundación en 1912 hasta la consolidación del fascismo, la USI llegó a contar con
casi 500.000 afiliados, caracterizándose por una acción de base combativa en todos
los frentes donde tenía presencia. Desde el punto de vista ideológico
partidaria de la neutralidad al estallar la Primera Guerra Mundial, libertaria
y antifascista, que pagó con la ilegalización decretada por los fascistas, la
destrucción de sus sedes, periódicos y el arresto o el exilio de muchos de sus
militantes. Al terminar la Segunda Guerra Mundial se intentó llevar a cabo su
reconstrucción, pero la escena política y sindical, al igual que la incomprensión
de una parte del movimiento anarquista no lo hicieron posible. Sí fue posible a
finales de los años 70, cuando una nueva generación de militantes reactivó la
USI.
En la actualidad
la mayoría de la afiliación (entre 800 y 1000 personas) provienen de la Sanidad
Pública, particularmente en Milán —con cerca de 500—, una ciudad en la que la
presencia de la USI en diversos hospitales es histórica. Sanidad USI está
presente en Florencia, Parma, Trieste y compañeros dispersos por toda Italia.
El sindicato de Sanidad celebrará su Congreso Nacional este mes de octubre de
2019 en Parma.
Otras
secciones relativamente numerosas están en Parma (70-80 afiliados), Trieste (50),
Módena (40), Ancona, Reggio Emilia, Bolonia, Florencia y Venecia.
La USI
funciona internamente de forma asamblearia y federal: las secciones deben respetar
los estatutos y nuestros principios, pudiendo autoorganizarse como crean conveniente,
ya sea como secciones territoriales o en torno al lugar de trabajo. Las
decisiones son tomadas exclusivamente por los implicados. Las instancias de
toma de decisiones de ámbito
nacional son tres: las reuniones de la Comisión Ejecutiva, en las que participan
los/as compañeros/as elegidos/as en Congreso, abiertas a la afiliación; los
Comités Nacionales de Delegados, que tienen lugar cada tres o cuatro meses; y,
el Congreso, que se celebra cada tres años y en el que se participa según
reglamento específico.
En las
empresas, los trabajadores deciden autónomamente cómo organizarse. Hay lugares
en los que se opera individualmente; en otros, allí donde todavía es posible
(las últimas reformas laborales limitan las capacidades de esta forma organizativa)
mediante la Representación Sindical de Empresa: organismo colectivo
representativo de grupos de trabajadores afiliados a un sindicato reconocido
que opera en una mismo contexto laboral. En otras empresas, como parte de la
Representación Sindical Unitaria (RSU), organismo colectivo representativo de
todos los trabajadores de un mismo contexto laboral, que se elige a través de
elecciones entre la plantilla. Esta forma de representación ha sido objeto
continuo de debate. La postura actual de la USI sigue siendo crítica con la
RSU, acordando que la decisión de participar o no es de los trabajadores.
Los
derechos de la clase trabajadora han sufrido un deterioro notable en los
últimos treinta años, y, en paralelo, la conciencia de clase y la combatividad
laboral se han reducido notablemente, hasta el punto de que la pasividad, la
delegación de responsabilidades o el servilismo es la característica principal
en el ámbito laboral. También es cierto que periódicamente no faltan generosas
tentativas de lucha. La USI procura incentivar estos últimos y si son
realizados por otros sindicatos «de base» intentamos solidarizarnos con los
mismos.
La
legislación actual dificulta al sindicato la negociación con las empresas,
sufriendo represión sindical, en particular durante las huelgas, actualmente
con más limitaciones legales. En 2014 Confindustria, la CEOE italiana, y los
sindicatos mayoritarios, CGIL, CISL y UIL, firmaron una ley sobre la
representación laboral que les beneficia a cambio de limitar más el derecho de
huelga. Este acuerdo fue firmado por la USB, el sindicato de base más numeroso.
La USI convoca las huelgas con los sindicatos que no han firmado este acuerdo.
Las
luchas laborales que la USI lleva a cabo son múltiples, aunque gran parte son
casos individuales. Tenemos en funcionamiento Ventanillas Sindicales
Autogestionadas, estructuradas de diversas formas, en distintas secciones; en
Parma, por ejemplo, en 2018 se han llevado un centenar de casos, resueltos de manera
positiva en un 95% de las ocasiones.
En todos
los lugares en los que la anarcosindical está presente, la lucha, sea de pequeño
o gran calado, es una constante. Es el caso del Hospital San Rafael de Milán,
donde en abril se convocó una huelga con una manifestación a la que asistieron
más de 700 personas, consiguiendo la contratación fija de los trabajadores
precarios, varios incentivos económicos así como complementos.
En Trieste, la USI se movilizó contra el desmantelamiento de los
servicios de acogida para inmigrantes; en Parma, contra el nuevo contrato de
las Cooperativas Sociales. En la Región Marche se está organizando la constitución
de un sindicato agrario vinculado al sindicato, que no solo tiene como fin la
defensa de los trabajadores del sector, sino que además, se ocupa de
desarrollar producciones alternativas.
Por
último, cabe destacar la experiencia de Solidaridad Autogestionada, un organismo
que, desde una perspectiva libertaria, procura dar ayuda concreta frente a
desastres naturales. La experiencia surgió con el terremoto de Módena de 2012,
cuando la sección local proporcionó ayuda a la población duramente afectada, y
ha continuado durante el terremoto de Le Marche. Entre otras iniciativas, la
USI apoyó la huelga general del 8 de Marzo; y como organización históricamente
antimilitarista que somos, realizamos periódicamente estudios, debates y
jornadas de movilización pacifistas.
Uno de
los objetivos de la USI es mejorar la organización interna y, sobre todo, la
acción concreta en sindical. Necesitamos secciones activas, presentes con una
Ventanilla Sindical operativa, con abogados de referencia y con la posibilidad
de acceder a servicios como la solicitud de paro, la asistencia fiscal, etc.
La Confederación
Internacional del Trabajo (CIT), fundada en 2018, en Parma, es importante para
la USI por varios motivos: por la diversidad de las luchas, para mantener
contactos internacionales, intercambiar experiencias, para la solidaridad, para
tener la capacidad de intervenir en una escala más rande en conflictos con
multinacionales; por otro lado, en una época caracterizada por el retorno
agresivo del nacionalismo excluyente, nosotros proponemos, el
internacionalismo.
El
anarcosindicalismo tiene características concretas que deben permanecer: la total
independencia de cualquier partido y del estado; el asamblearismo en los
procesos de toma de decisiones; la determinación de luchar contra el patrón y
el gobierno. Pero ¡el anarcosindicalismo no se impone! Buscamos, en cambio,
extender el consenso en coherencia continua con las ideas que profesamos, con
todos los límites que tenemos, seguros de que solo el ejemplo y la acción son
la mejor propaganda de aquello que pensamos y decimos. Creemos tanto en el
anarcosindicalismo que no debemos tener miedo de llevarlo entre la gente, de
manera creíble y sin dar nunca un paso atrás en nuestros principios.
[Publicado
originalmente en el periódico CNT #
421, octubre-diciembre 2019, Valladolid. Número completo accesible en https://cloud.cnt.es/s/5qYoos7LkMpJTkQ#pdfviewer.]
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