Humberto Decarli
Nuevamente Catalunya y su capital Barcelona es el centro de las noticias mundiales junto a la fuerte convulsión social en Ecuador, Chile y Papúa Occidental. Son zonas donde la marmita de la sociedad ha estallado por múltiples factores. En el caso de la región ubicada al noreste de España la gota que rebasó el vaso fue unas penas cantadas por el máximo tribunal hispano condenando a varios líderes independentistas catalanes por el delito de expresar su opinión acerca de separarse del gobierno central de Madrid.
Nuevamente Catalunya y su capital Barcelona es el centro de las noticias mundiales junto a la fuerte convulsión social en Ecuador, Chile y Papúa Occidental. Son zonas donde la marmita de la sociedad ha estallado por múltiples factores. En el caso de la región ubicada al noreste de España la gota que rebasó el vaso fue unas penas cantadas por el máximo tribunal hispano condenando a varios líderes independentistas catalanes por el delito de expresar su opinión acerca de separarse del gobierno central de Madrid.
El gobierno del Reino de España ha despreciado una salida política, diálogo o negociación para intentar resolver la cuestión catalana. Al contrario, se ha encerrado en darle una respuesta represiva y policial. Las formaciones políticas tradicionales españolas, el PSOE y el PP, además de Ciudadanos y Vox, han sido contestes en condenar la postura de Barcelona y han reivindicado la visión ergastularia de la constitución española.
El fetichismo normativo
Quienes condenan la separación catalana se fundamentan en la constitución vigente en España. Es una carta magna redactada por quienes reemplazaron al franquismo y muchos de ellos, como el caso de Adolfo Suárez y el Centro Democrático Social así como Fraga Iribarne, provenían directamente del falangismo. Se combinaron para suscribir los dos pactos de la Moncloa, donde diseñaron el proyecto de gobernabilidad y dominación de la sección hispánica de la península ibérica.
El vértice de la pirámide kelseniana es la constitución. Es la norma jurídica ubicada en la parte superior de esa figura geométrica y así la dibujó Hans Kelsen, un jurista extremadamente positivista en su Teoría pura del derecho. El pensamiento liberal la ha concebido como secuela de un pacto social, el marxismo la configura como una expresión ideológica de la superestructura de ese esquema donde una clase ordena las reglas de la dominación de las explotadas, mientras quienes pensamos de manera crítica la atisbamos como un efluvio de los movimientos y conflictos de poder en un lugar y un tiempo determinados.
Teniendo en consideración la categoría multinacional que envolvía a España se les ocurrió no permitir el derecho de secesión. Era obligatoria la unidad española, la España inmortal franquista y a fortiori, no había la posibilidad de irse de este conglomerado político construido alrededor del Estado con sede en Madrid. Es la postura clásica del colonialismo, de la metrópolis incapaz de permitir a sus predios moverse centrífugamente. Todo en función del eje central, nada fuera de él.
Solo una óptica de tinterillo puede pensar en un orden normativo rígido e inerte. Si la máxima ley indica la prohibición de salir del reino español no puede permitirse algo distinto. Es la misma lógica de toda clase de colonialismo, de las leyes del sur de los Estados Unidos prohibiendo el matrimonio entre dos personas de diferentes “razas” o las impositoras del apartheid en Suráfrica de la mentalidad británica y de los Boers. La ley, haciendo abstracción de estar o no de acuerdo con la coercibilidad inherente a los ucases emanados de las regulaciones estatales, puede ser comprendida fuera de la visión formalista.
En Venezuela, por ejemplo, la constitución del año 1961 no permitía la consulta popular pero la presión política, social y cultural comenzó a resquebrajar esa dirección rabulesca y se logró legislar una disciplina electoral donde por vez primera se hablaba de referéndum y por allí se forjó el intersticio mediante el cual se flexibilizó la materia y al final terminaron aceptando el mecanismo de veto o aprobación popular.
Limitación del cuadro político español
El orden discursivo de las organizaciones políticas españolas es diáfano por su coincidencia general respecto el problema catalán. Los socialistas, el PP, Ciudadanos y Vox, los homofóbicos, son tajantes en condenar la salida de la comunidad del noreste español. Unidas Podemos tampoco está de acuerdo con la separación pero demagógicamente habla de un referéndum donde se planteen varias opciones para formar una alternativa.
Las intervenciones de Pedro Sánchez, el presidente del gobierno español, así como la del rey, son contundentes en condenar la orientación de Catalunya ratificando la necesidad de mantener el orden a toda costa, y sus organismos policiales han seguido al pie de la letra esa concepción cometiendo toda clase de abusos contra la población barcelonesa.
Habla la base del pueblo catalán
Una vez publicada la infame decisión del elevado juzgado madrileño la reacción de la gente en Barcelona no se hizo esperar. Una estructura innovadora, nacida de las redes sociales, el Tsunami Democrátic, llamó a manifestar en la calle y la respuesta fue efectiva pues miles de personas acudieron al llamado, bloquearon el aeropuerto Prat y la Via Laietana se llenó de gente. Los días siguientes las masas siguieron con la protesta e incluso llegaron a la violencia provocada por infiltrados con fines inconfesables.
Las organizaciones políticas tradicionales han rechazado la sedición y como son miopes con el sentido de la historia, condenan esa actitud y nada más. Las tres independentistas (ERC, Juntos por Catalunya y UP) mantienen diferencias entre sí aunque coinciden en profundizar la secesión. Se ha criticado mucho la salida del territorio catalán vía exilio en Bélgica del anterior jefe de la Generalitat, Carles Puigdemont, mientras Junqueras se ha mantenido preso por la gendarmería centralista. Quim Torra, el actual presidente del gobierno catalán, propuso en el parlamento la celebración de un referéndum pero eso no fue bien acogido por los otros partidos independentistas.
Voceros importantes como el director técnico del Manchester City, Pep Guardiola, ha manifestado públicamente su acogimiento a la propuesta del Tsunami, en consonancia con una actitud firme y digna. Las barricadas son la respuesta de los catalanes ante la violencia de los cuerpos represivos, tanto de los mozos de la escuadra como los de la policía central española.
El miedo al referéndum
Alegando el subterfugio constitucional el gobierno de Madrid ha reiterado la ilegalidad e inconstitucionalidad de cualquier consulta popular a los hombres y mujeres catalanas. Detrás de ese argumento leguleyo subyace el temor a un triunfo de los independentistas. En las últimas elecciones, las tres formaciones secesionistas obtuvieron la mayoría de la votación y el legislativo designó un gobierno emergido de esas organizaciones.
Ahora, cuando la solución dada por el presidente del gobierno y el monarca raya en la represión y la punición, se ha alimentado las apetencias y la cantidad de quienes desean retirarse del Reino de España. La respuesta intolerante genera reacciones en contra de Madrid y del rey porque ni siquiera han pensado en buscar un diálogo ni una salida política.
Vías para solucionar esta clase de conflictos
Sobran los ejemplos internacionales donde se dilucida una postura por la vía de la consulta popular. Checoslovaquia fue uno de ellos cuando Chequia y Eslovaquia decidieron separarse de la manera más consensuada y pacífica. No hubo un solo tiro ni ninguna baja que lamentar. Escocia y la provincia canadiense de Quebec son expresiones de decisión en manos de la gente y en ambos no ganaron los separatistas y de esa manera quedó zanjado el diferendo respecto del Reino Unido y de Canadá. La retirada del Reino Unido de la Unión Europea fue resuelta con una consulta donde los nacionales de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte decidieron irse en un resultado claro pero sorpresivo. Un país tan importante como ése pudo hacer mutis de la sacrosanta unión de viejo continente sin traumas de importancia. Solo resta la forma del retiro, con un tratado o sin él.
El problema irlandés se acordó mediante un avenimiento evitándose más violencia y muertes, luego de años de lucha entre el Ejército Republicano Irlandés y los militares de ocupación del Reino Unido. Igual fue lo acontecido en Timor Oriental donde los latinos lograron separarse de Indonesia no sin antes haber padecido un genocidio a manos del ejército de ese país. Sudán, luego de muchas luchas cruentas, se fraccionó en el norte y el sur y así quedó aplacado un lamentable conflicto fratricida.
En cambio, Nigeria humilló a Biafra al tratar de independizarse creando una espantosa hambruna, al igual que la guerra civil en Sri Lanka donde desaparecieron a los tigres tamiles a sangre y fuego. Indonesia en la actualidad está segregando a los de Papúa indonesia, quienes se consideran étnicamente melanesios y la administración de Yakarta ejercita una salida militar recordando el genocidio luego del derrocamiento de Ahmed Sukarno o la represión del mencionado Timor Oriental.
El gobierno central de Madrid está apostando, junto al rey, a la violencia como metódica para obligar a Catalunya a permanecer en ese reinado, como los rusos en la segunda guerra chechena y los chilenos y argentinos contra los mapuches. Es la peor opción, la de la fuerza, las armas, el militarismo, la intolerancia y la desconsideración a los factores culturales en juego.
Proyecto más allá de la independencia
Existe la tesis de formar los “Países Catalanes”, partiendo de la independencia de Catalunya respecto España, acompañado posteriormente de la incorporación de varias regiones donde se habla el catalán con sus variantes locales y regionales. La Comunidad Valenciana, el oriente de Aragón, Andorra, los Pirineos orientales franceses, El Carche, pequeña zona de Murcia y la ciudad de Alguero Algheroen Cerdeña. Es una propuesta para englobar, con base a la lengua a distintas regiones ubicadas en el mar Mediterráneo y en cuatro países, España, Andorra, Francia e Italia. Ha sido una idea acuñada por el pensador Joan Fuster en los años sesenta del pasado siglo.
Es una idea quizá peregrina pero existe. Puede terminar como el caso de la unidad latinoamericana que parece imposible o la del mundo árabe, más complicada todavía por las diferencias del islam como religión mayoritaria diseminada en todas sus facciones.
Conclusiones
Es un imperativo ético apoyar la vía democrática existente en la ciudad condal. Las personas dan un paso al frente en los espacios públicos para manifestar su indignación ante unas condenas preparadas contra los dirigentes independentistas catalanes. Incluso, hay expresiones insurreccionales ante la bota militar española.
Es admirable la conducta de la gente catalana al asumir, con escasa solidaridad internacional, una iniciativa tendiente al logro de la secesión. Ojalá en Venezuela tuviéramos una pizca de heroísmo y valentía como la demostrada durante los días actuales en las calles de Barcelona, para enfrentar a la dictadura reinante en el país.
Todavía es quizá prematuro el desenlace de este espinoso affaire pero una cosa es cierta, el pueblo catalán ha demostrado con sus prácticas de movilización haber hecho el esfuerzo para lograr el cometido propuesto. Toda esa lucha para explorar el cambio de mentalidad del gobierno madrileño con la mira puesta en lograr una solución pacífica, política, de diálogo y consenso para el drama de Catalunya. Que la resistencia pacífica sea el camino para alcanzar una panacea ante el conflicto existente más allá de los nacionalismos estigmatizantes, materia prima del fascismo e ideologías afines.
Finalmente queremos evocar a la capital catalana como la fuente de resistencia frente al franquismo y fue la sede de las prácticas libertarias en la época previa y durante la revolución española siendo la última luz frente al fascismo del caudillo del Ferrol y sus falanges, aunque pasar a Francia no significó nada bueno porque la política complaciente de León Blum y la socialdemocracia contribuyó a la toma del poder por parte de los discípulos de Mussolini e incluso, maltrató a todos los republicanos que traspasaron la frontera buscando asilo y fueron enviados a campos de refugiados más bien de concentración. A todo evento, vuelve a resucitar un nuevo amanecer en la tierra donde los hábitos democráticos se hicieron cotidianos.
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