Juan Soto (diario El Confidencial, Madrid)
Hace dos semanas, un artículo llamado “Fuego valyrio”, publicado en un blog semidesconocido, ocasionó una polémica tremenda. Con forma de carta abierta a Podemos, criticaba la decisión del partido morado de enviar a las elecciones europeas a Nora Baños, una mujer musulmana con velo. La autora del artículo es Mimunt Hamido, activista de origen musulmán y melillense. Se define como “mora, amazigh (bereber), magrebí, laica y musulmana por nacimiento” y está creando una red de mujeres libres de origen magrebí en España, a las que da voz en su blog “No Nos Taparán” (nonostaparan.org). Miembro de la Junta Directiva de la Asociación MediterráneoSur, actualmente imparte clases de cocina mediterránea en Estambul. Hablamos sobre izquierda, islam y feminismo con esta mujer sin velos en la lengua.
Hace dos semanas, un artículo llamado “Fuego valyrio”, publicado en un blog semidesconocido, ocasionó una polémica tremenda. Con forma de carta abierta a Podemos, criticaba la decisión del partido morado de enviar a las elecciones europeas a Nora Baños, una mujer musulmana con velo. La autora del artículo es Mimunt Hamido, activista de origen musulmán y melillense. Se define como “mora, amazigh (bereber), magrebí, laica y musulmana por nacimiento” y está creando una red de mujeres libres de origen magrebí en España, a las que da voz en su blog “No Nos Taparán” (nonostaparan.org). Miembro de la Junta Directiva de la Asociación MediterráneoSur, actualmente imparte clases de cocina mediterránea en Estambul. Hablamos sobre izquierda, islam y feminismo con esta mujer sin velos en la lengua.
- ¿Cuál ha sido tu relación con el velo a lo largo de tu vida?
° Estoy acostumbrada a verlo. A mí nunca me obligó nadie a ponérmelo. Ni siquiera me lo insinuaron. Tuve una educación estricta y religiosa donde el decoro era muy importante. No llevar minifaldas, no llevar camisetas de tirantes, no salir con chicos, ser virgen, guardar el Ramadán, etcétera. Ese era mi islam, un islam tradicional que dejaba resquicios de libertad, donde nadie hacía apología del velo y a nadie se le ocurría que una niña o una joven tuviese que ponérselo. Las mujeres casadas a veces se ponían un pañuelo que dejaba ver parte de su pelo. Te estoy hablando de los años 80.
- Desde entonces ha habido cierta regresión en el Magreb, ¿no?
° Sí. En los 80 había chicas que empezaban a casarse con cristianos. Aunque resultara chocante para la familia, nadie pensaba que eso podía ser "haram" (pecado). Al cabo de un tiempo los padres lo aceptaban y ya está. Las chicas empezaban a estudiar fuera, en España, Londres... y la sociedad iba avanzando, dejando atrás “costumbres” que no eran ni más ni menos restrictivas que las de mis compañeras cristianas de entonces. Pero algo cambió de repente. Un día, una prima mía que se había casado y emigró a Alemania sin velo, volvió de vacaciones con él puesto. Era de la edad de mi hermano. Se querían mucho, se habían criado juntos. Pues ese día no le dio los besos de rigor y, cuando mi hermano le preguntó: ¿no me vas a saludar? Ella le dijo: ya no, ahora soy una mujer casada y no podemos tocarnos.
- Una transformación.
° Sí. A mí y a mi hermano nos impactó, no lo entendíamos. No entendimos que esa corriente extremista había llegado de Europa para quedarse. Esos eran los primeros síntomas. Empecé a temer que un día mi cuerpo y mi vida ya no me pertenecieran, así que decidí irme de mi ciudad y emprender una vida distinta, donde la fe no rigiese mis pasos y no coartara mis derechos ni mi libertad. Para eso había que alejarse y romper con ciertas cosas que amaba y sigo amando. Eso es doloroso, y es más doloroso que después de unos años las cosas estén peor. De ahí mi activismo y esta lucha por la verdadera libertad de elección.
- Es curioso oír que el velo llegó a Marruecos desde Europa.
° Hay que preguntarse qué pasaba en Europa para que el cambio fuese tan radical, aunque es fácil de explicar: en el Magreb solo iban a la mezquita cuando podían o en fiestas, pero cuando emigran a Europa viven en guetos, separados del resto de la población. Es lógico que es islam político se aproveche de eso.
- ¿Se puede luchar por la libertad de elección prohibiendo prendas de ropa en Europa?
° No estoy de acuerdo en prohibir el hiyab. Eso solo produce que ciertos grupos se acojan a “soy minoría, me estáis asfixiando” y hagan apología. Pero sí estoy de acuerdo en vetarlo en las escuelas y lugares oficiales, donde el mensaje que manda el hiyab es contrario a la igualdad y al laicismo.
- De eso hablas en tu artículo sobre Nora Baños, candidata de Podemos al Parlamento Europeo y velada, que ha levantado una polvareda impresionante. ¿Por qué decidiste criticarla?
° Más que a Nora Baños critico a Podemos. Quieren que las minorías estén presentes y me parece muy bien, aplaudo eso, pero ¿tiene que ser una mujer velada? ¿Con todo lo que ese pañuelo representa aquí y en el mundo musulmán? Podemos es un partido al que voté por ser la única esperanza que nos quedaba a la gente de izquierdas. Ha sido una desilusión que siga los mismos pasos que la izquierda europea. Fíjate cómo está Europa ahora mismo: la derecha avanza sin freno por errores de cálculo como este.
- ¿Qué mensaje político emite el atuendo de Nora Baños?
° Nora Baños da la imagen de musulmana practicante de una rama muy determinada de esta religión, que es la corriente fundamentalista moderna. Es lo primero que te dice su atuendo. Si la izquierda necesita símbolos religiosos para ganar votos vamos realmente mal.
- ¿Qué opinión tienes de las occidentales que se convierten al islam y se vuelven activistas pro-velo y feministas?
° (Se ríe ruidosamente) ¿Las conversas? La fe es algo personal, cada una puede rezarle al dios que más le convenga, pero tengo algo contra las conversas. Cuando empezó la locura de las conversiones yo pensé “¿por qué dejar de ser cristianas y convertirse al islam?” El dios cristiano es el mismo que el dios de los musulmanes. Llegué a la conclusión de que el exotismo o el amor las había convencido. También pensé que las conversas podrían traer un poco de aire fresco a una religión que últimamente nos estaba asfixiando, pero ¡qué equivocada estaba!
- ¿No lo trajeron?
° Dice un refrán que “no se puede ser más papista que el Papa”, ¡pues sí se puede! Porque ellas lo son. Para lo que quieren, claro. Hay conversas muy mediáticas que, poniéndose un hiyab, creen que son el sumum de la modernidad. Una fue portada de 'Interviú', pero claro, ella se pone y se quita el hiyab a su antojo, cuando le conviene, las normas no cuentan mucho para las conversas. Ahora quieren revisar el Corán, quieren una interpretación a su medida, no piensan que es la sociedad la que cambia y acaba dejando atrás unos dogmas que son imposibles de observar en una sociedad democrática e igualitaria.
[Tomado de https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-11-24/velo-podemos-nora-banos-feminismo-islamico_1657242.]
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