Humberto Decarli
Los recientes resultados de las primarias argentinas fueron sorprendentes porque si bien se esperaba un triunfo del peronismo pero no con la diferencia considerable de los obtenidos por Alberto Fernández sobre el presidente y candidatoMauricio Macri. Esos dígitos han generado reacciones de cada parte buscando una explicación y justificación a lo expresado por la gente en las urnas.
Los seguidores del oficialismo se lamentan de la orientación de los comicios con algunos sectores llamando ignorantes a los argentinos por haber manifestado la vuelta del populismo. El oficialismo buscará revertir la situación tomando medidas a todas luces electoreras por esta campanada mas no analizan lo poco exitosa que ha sido la intervención de los organismos multilaterales devenida en inflación y devaluación del peso. El peronismo a su vez, busca reivindicar al justicialismo como fórmula mesiánica de la política gaucha y ciertos asesores le recomiendan contener la discusión para la permanencia de la tendencia efectuada por el rostro de las primarias.
Los recientes resultados de las primarias argentinas fueron sorprendentes porque si bien se esperaba un triunfo del peronismo pero no con la diferencia considerable de los obtenidos por Alberto Fernández sobre el presidente y candidatoMauricio Macri. Esos dígitos han generado reacciones de cada parte buscando una explicación y justificación a lo expresado por la gente en las urnas.
Los seguidores del oficialismo se lamentan de la orientación de los comicios con algunos sectores llamando ignorantes a los argentinos por haber manifestado la vuelta del populismo. El oficialismo buscará revertir la situación tomando medidas a todas luces electoreras por esta campanada mas no analizan lo poco exitosa que ha sido la intervención de los organismos multilaterales devenida en inflación y devaluación del peso. El peronismo a su vez, busca reivindicar al justicialismo como fórmula mesiánica de la política gaucha y ciertos asesores le recomiendan contener la discusión para la permanencia de la tendencia efectuada por el rostro de las primarias.
La polaridad argentina se repite
La historia política de Argentina vuelve nuevamente a reanudarse. Me refiero a los dos elementos del debate, el radicalismo y el peronismo. La etapa clásica de Hipólito Irigoyen, por la Unión Cívica Radical y a posteriori, el surgimiento del liderazgo del militar Juan Domingo Perón, fueron los símbolos de estas dos corrientes de naturaleza clientelar.
El general y su pareja Evita Duarte arrastraron al pueblo argentino junto a las denominadas 62 organizaciones del movimiento sindical, a un auge de masas en torno al culto a la personalidad del oficial del ejército sureño. La imagen de Evita lanzando dinero al aire, en la ópera rock Evita, ha sido la radiografía más auténtica y gráfica del populismo.
Después de la etapa de las dictaduras militares ulteriores al derrocamiento de Perón y dos presidentes civiles, Arturo Frondizi y Arturo Illía, había abdicado ya Héctor Cámpora, suerte de alter ego del simpatizante del fascismo, y estaba la escena servida para una nueva experiencia peronista. Sobreviene el regreso del general acompañado de una nueva pareja, Isabelita, y el “brujo” López Rega, como lo narró magistralmente Tomas Eloy Martínez en la Novela de Perón cuando sucedió la masacre en el aeropuerto de Ezeiza.
Isabelita, una bailarina de cabaret conocida por Perón en su exilio en Caracas, fue derrocada en el contexto de la mayor violencia represiva ejercida por el mencionado brujo sobre los montoneros y los trotskistas del E.R.P. y adviene una etapa militarista concluida con la derrota militar y política frente al Reino Unido por el affaire de las islas Malvinas-Falkland.
Los milicos dan un paso al costado y se convocan elecciones, ganadas por el radical Alfonsín, quien aplicó un programa con el cognomento de Austral diseñado por los organismos multilaterales. Su plan devino en fracaso y tuvo que entregar el mando antes de concluir el término de su mandato.
Reaparecen los peronistas y triunfa Carlos Menem, quien también aplicó un proyecto neoliberal y se produjo el atentado de la AMIA donde mataron a muchos inocentes.Luego hubo una alianza entre la izquierda y los radicales y fue electo De La Rúa como presidente quien hubo de huir ante una coyuntura de caos que muchos sectores de la siniestra pensaron en el cumplimiento de las condiciones objetivas (léxico marxista), para llevar a cabo la revolución pero se equivocaron.
Isabelita, una bailarina de cabaret conocida por Perón en su exilio en Caracas, fue derrocada en el contexto de la mayor violencia represiva ejercida por el mencionado brujo sobre los montoneros y los trotskistas del E.R.P. y adviene una etapa militarista concluida con la derrota militar y política frente al Reino Unido por el affaire de las islas Malvinas-Falkland.
Los milicos dan un paso al costado y se convocan elecciones, ganadas por el radical Alfonsín, quien aplicó un programa con el cognomento de Austral diseñado por los organismos multilaterales. Su plan devino en fracaso y tuvo que entregar el mando antes de concluir el término de su mandato.
Reaparecen los peronistas y triunfa Carlos Menem, quien también aplicó un proyecto neoliberal y se produjo el atentado de la AMIA donde mataron a muchos inocentes.Luego hubo una alianza entre la izquierda y los radicales y fue electo De La Rúa como presidente quien hubo de huir ante una coyuntura de caos que muchos sectores de la siniestra pensaron en el cumplimiento de las condiciones objetivas (léxico marxista), para llevar a cabo la revolución pero se equivocaron.
Se presentan los esposos Kirchner, peronistas para variar, quienes gobernaron a sus anchas en medio de una pavorosa corrupción y la ayuda financiera venezolana proveniente del gobierno de Hugo Chávez para capear los temporales. Sobreviene la victoria de Macri a cargo de una coalición conservadora en la segunda vuelta porque en la primera había llegado de segundo. Ahora todo hace pensar en el retorno del peronismo.
El fracaso como estigma
Al concluir la segunda guerra, Argentina tenía una economía mayor a la de Canadá, gracias al incremento inusitado de los precios de sus principales productos de exportación, la carne de ganado vacuno y el trigo. Se intentó industrializar pero fue incompleto el proceso y al final se convirtió en actividades de servicios, especialmente en el área especulativa.
No obstante, la maldición de la primariedad de su aparato productivo se impuso y las bonanzas erigidas se esfumaron en el gasto corriente, la deuda externa y la corrupción. Muy similar a lo acaecido en Venezuela, la autopista Caracas-Buenos Aires.
Asimismo, hasta la actualidad las salidas empleadas para superar la perenne crisis económica y social gravita en torno al neoliberalismo y el peronismo, en clave de expresiones populistas con un solo resultado: el fracaso porque no ha habido forma de alcanzar una fórmula victoriosa en beneficio de los argentinos. A cada iniciativa se responde con un programa terminado en frustración. Hasta ahora ha sido la dinámica cumplida.
En la búsqueda del progreso
Está ahíto demostrado la identidad, mutatis mutandi, entre las dos caras de la misma moneda del poder, oscilando entre el radicalismo y el peronismo. Son similares con diferencias de estilo y de líderes. No ha emergido una tercera opción distinta a sus precedentes porque, entre otras razones, el mismo poder ha instalado dos opciones que no configuran una alternativa dada la similitud del fondo de sus planteamientos.
Ha sido una variante empleada en muchas naciones de América Latina. En Colombia, por ejemplo, los conservadores y los liberales fueron durante mucho tiempo la exponencia de la fraternidad entre socios; en Venezuela AD y Copei se alternaron en un pacto llamado cínicamente institucional; en República Dominicana el PRD y los trujillistas.
En otras latitudes también se presentan como el caso de los Estados Unidos y los demócratas y republicanos; en España hasta hace poco, entre el Partido Socialista y el PP; en el Reino Unido durante cierto tiempo desde la postguerra entre laboristas y conservadores. Ha sido un mecanismo exitoso por la aprehensión del elector para estrangular al espectro político organizado. Se votaba por una posibilidad aparente distinta a la otra sin ser realidad porque simbolizan una misma ecuación.
El requerimiento de la sociedad argentina reside en la capacidad de utilizar la imaginación para desembarazarse de quienes han destruido una enorme bonanza paraconvertirla en miseria. Buscar la manera de salir del hueco extractivista, rentista, industrial primario y especulativo a objeto de llegar a estadios más contemporáneos y futuristas para aproximarse a la Cuarta Revolución Industrial tan cara y ajena a la región.
Finalmente, romper el nudo del clientelismo heredado del movimiento nocivo capaz de haber destruido una egregia oportunidad para dar el salto cualitativo social y embarcarse en el carro del progreso. Son los abiertos desafíos de los gauchos si quieren retirarse del espantoso sitio en el cual lo ha destinado las élites hasta ahora gobernantes.
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