Alfredo
Vallota
Con el soporte de la Teoría de la Dependencia
[desarrollada por el marxismo latinoamericano entre las décadas de 1960 y 1970],
la izquierda estatista se afincó en que el imperialismo era la causa de nuestro
atraso, la mala situación de nuestros trabajadores, la incapacidad de acceder a
mejores pautas de desarrollo, la deficiencia en la educación ya que sus agentes
serían los expoliadores del esfuerzo nacional. Esto, a su vez, servía para
justificar toda barbaridad y desafuero de cualquier gobierno porque se trata de
defendernos del imperialismo y en la guerra (término muy usado en la
militarizada Venezuela del chavomadurismo) toda regla moral y toda
responsabilidad queda en suspenso, al par que toda crítica es traición. Se
llegó al extremo de echar por la borda el “Proletarios de todos los países uníos”
para culpar a los trabajadores norteamericanos de usufructuar la explotación
que EE. UU. Hacía de sus “colonias americanas” en propio beneficio. Se acabó la
lucha de clases para esta izquierda pérdida de sus principios.
La corrupción, la ineficiencia, el afán
de poder, la ausencia de propuestas, la incapacidad de organizar equipo
eficiente de la nueva clase en el poder, la necedad que siempre acompaña a la
ignorancia, el militareismo, la propensión al caudillismo de dirigentes y
dirigidos, quedaron sin culpa. Era, y es, de los norteamericanos y, en
consecuencia, la neoizquierda planteó un orden de prioridades que postergó las
reivindicaciones de los trabajadores, la justicia social, se sacrificaron la
libertad y la igualdad, los derechos humanos quedaron suspendidos, se
postergaron la educación, los beneficios económicos, el bienestar, el progreso,
y se justificó en militarismo, la represión, el control de la prensa e ideas,
para dedicar todas las energías a liberarse del opresor y ganar “nuestra
independencia del imperio norteamericano”. Chávez se hartó de proclamarlo a los
cuatro vientos como justificación de sus desmanes y la izquierda estatista
continental se lo aceptó, y se lo acepta a Maduro. Recordemos que tanto Chávez
como Kirchner consideraron una “Segunda Independencia” salirse del Fondo
Monetario Internacional, aunque ambos pasaron a endeudarse con China en
condiciones desconocidas.
[Sección tomada del ensayo “Infortunios de
la izquierda marxista”, publicado originalmente en la revista Principia, # 37, Barquisimeto, noviembre
2015. Número completo accesible en http://www2.ucla.edu.ve/blog/principia/principia-no-37.]
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