Humberto Decarli
Los recientes comicios españoles otorgan una visión para leer sus resultados y significantes. No perfilan una nueva senda dentro del devenir hispánico sino la comedia de la operatividad de la democracia formal con sus juegos y negociaciones. El binomio del centrismo de izquierda y derecha se fracturó pero no hay nada distinto en el cuadro político participante en ese evento.
Los recientes comicios españoles otorgan una visión para leer sus resultados y significantes. No perfilan una nueva senda dentro del devenir hispánico sino la comedia de la operatividad de la democracia formal con sus juegos y negociaciones. El binomio del centrismo de izquierda y derecha se fracturó pero no hay nada distinto en el cuadro político participante en ese evento.
Apreciación de la votación
La primera impresión es la ruptura del bipartidismo, ya tramitada en las últimas elecciones. Primero, el tándem PP-PSOE se deshace para dar entrada a Ciudadanos, Unidas Podemos, Vox y los partidos autonómicos, especialmente los catalanes. Segundo, hay un desplome de la votación del Partido Popular y la coalición Podemos-Izquierda Unida, ahora con la mencionada nueva identificación en género femenino. El PP se desinfla por los notorios escándalos de corrupción, los cuales ocasionaron el voto de censura a Mariano Rajoy. Podemos por su pública participación en la administración venezolana, generadora de cuantiosos recursos por los contratos suscritos a través de una fundación. Tercero, Ciudadanos crece a costa del PP. Cuarto, Vox emerge como el vocero de la derecha racista, homofóbica, misógina y fascistoide, con raigambre histórica en el falangismo, pero sin obtener los números aspirados que lo catapultarían al segundo o tercer lugar. Quinto, la ERC emergió como una organización de dimensión nacional a pesar de estar soloen Cataluña y el PNV y la coalición Bidú, fueron en el país Vasco los abarcadores del electorado.
El pragmatismo de Pedro Sánchez
Este líder socialista tuvo una resurrección fundamentada en su habilidad para componer los esfuerzos apuntando a asumir el gobierno. Inicialmente se opuso tenazmente a la coalición con el PP que encabezó Rajoy. Luego, por el desprestigio gubernamental, supo escalar en la dirección del PSOE. Después formó un gobierno con Podemos, la izquierda y los grupos regionales, muy frágil como los demostró el rechazo al presupuesto propuesto por la administración presidida por él.
Ante esa negativa adelantó las elecciones a sabiendas que iba a lograr una primera mayoría relativa. Los electores, en un alarde de participación, le dieron la buena pro para formar gabinete pero supeditado a alianzas con los izquierdistas y los autonómicos. Basta con agregar a la organización catalana mencionada para lograrlo, por supuesto con la aquiescencia de la izquierda. Su esfuerzo estaba destinado a alcanzar la presidencia a costa de cualquier consideración ideológica y práctica.
La decadencia de Podemos y la Izquierda Unida
Como ya lo aseveramos, Podemos pretendió electoralizar el movimiento de los Indignados y comenzó bien pero cometió el grave desacierto de aliarse con el chavismo en Venezuela mas terminó con un fracaso porque la gente lo identificaba con esa catastrófica administración. La Izquierda Unida siguió la continuidad de la derrota como lo impulsaba su actuación reciente. Los esfuerzos del “Califa rojo”, Jaime Anguita no fructificaron y se quedaron con las consignas del estalinismo.
Sus dígitos muestran un camino de decadencia e incluso de desaparición al igual que los dirigidos por Pablo Iglesias. Juan Carlos Monedero, el jefe de la fundación donde obtenía finanzas de Venezuela, fue excluido y el segundo a bordo, Iñigo Errejón, distanciado. Todavía el economista Serrano Mancilla, miembro de ese grupo, es el director de las medidas económicas ejecutoras del genocidio en Venezuela. En síntesis, las perspectivas de la siniestra española no son favorables y no se avizora una recuperación inmediata.
La extrema derecha
Vox surgió como una fuerza en las elecciones locales de Andalucía y parecía que iba a ubicarse mejor en el espectro nacional pero no fue así. El miedo a sus planteamientos anti emigrantes, misóginos, homofóbicos y racistas ahuyentaron al electorado. Pero lograron una votación respetable como es la tónica en Europa y algunas experiencias en América Latina como el caso de Bolsonaro en Brasil. Además, refuerzan mucho el nacionalismo, germen de los totalitarismos de derecha e izquierda, la España inmortal y demás calificativos excluyentes. Constituyen un verdadero peligro para las aspiraciones democráticas.
Los partidos regionales
En Vasconia el PP no logró ni un diputado mientras que la coalición Bidu y el PNV alcanzaron excelentes números. El ERC en la comunidad de habla catalana obtuvo 15 diputados y en el senado son la tercera fuerza con 11. Juntos por Cataluña también se redujo pero en todo caso fue respetable su apoyo electoral. Estas dos comunidades, la Vasca y Cataluña, le dieron apoyo a los movimientos autonómicos lo cual delata una tendencia a la búsqueda de la separación de España a pesar de lo recalcitrante de la constitución, negadora del derecho a la secesión. Esa ergástula normativa es consecuencia de los dos pactos de la Moncloa, realizados por las organizaciones tradicionales ante la acefalía de la gobernabilidad representada por la desaparición del caudillo de El Ferrol.
La nueva gestión y su conducta respecto Venezuela
Pedro Sánchez no va a modificar su actitud sobreel chavomadurismo y seguirá la política de la Unión Europea. Todos los partidos, salvo la izquierda dogmática, estarán dando su consentimiento a lo asumido por Pedro Sánchez y la nueva administración. Apoyo a la oposición venezolana y la ayuda humanitaria, recibimiento de los emigrantes venezolanos (hasta Vox lo acepta pero rechaza a los africanos y los árabes), reconocimiento de Guaidó pero negativa a cualquier intervención militar extranjera en el país. Tampoco en este aspecto hay un cambio de orientación.
Corolario
El PSOE no significa nada innovador en la política española. Son los clásicos clientelares de la cultura hispánica del poder. Fueron junto a uno de los herederos del franquismo, el PP, quienes en coalición gobernaron sin efectuar cambios profundos en ese país. Ciudadanos, Vox, ni la izquierda tampoco son originales, por lo cual el esquema político organizado en España difícilmente pueda dar un golpe de timón para mejorar la situación económica hispánica, bien difícil desde hace años.
La decadencia de Podemos y la Izquierda Unida
Como ya lo aseveramos, Podemos pretendió electoralizar el movimiento de los Indignados y comenzó bien pero cometió el grave desacierto de aliarse con el chavismo en Venezuela mas terminó con un fracaso porque la gente lo identificaba con esa catastrófica administración. La Izquierda Unida siguió la continuidad de la derrota como lo impulsaba su actuación reciente. Los esfuerzos del “Califa rojo”, Jaime Anguita no fructificaron y se quedaron con las consignas del estalinismo.
Sus dígitos muestran un camino de decadencia e incluso de desaparición al igual que los dirigidos por Pablo Iglesias. Juan Carlos Monedero, el jefe de la fundación donde obtenía finanzas de Venezuela, fue excluido y el segundo a bordo, Iñigo Errejón, distanciado. Todavía el economista Serrano Mancilla, miembro de ese grupo, es el director de las medidas económicas ejecutoras del genocidio en Venezuela. En síntesis, las perspectivas de la siniestra española no son favorables y no se avizora una recuperación inmediata.
La extrema derecha
Vox surgió como una fuerza en las elecciones locales de Andalucía y parecía que iba a ubicarse mejor en el espectro nacional pero no fue así. El miedo a sus planteamientos anti emigrantes, misóginos, homofóbicos y racistas ahuyentaron al electorado. Pero lograron una votación respetable como es la tónica en Europa y algunas experiencias en América Latina como el caso de Bolsonaro en Brasil. Además, refuerzan mucho el nacionalismo, germen de los totalitarismos de derecha e izquierda, la España inmortal y demás calificativos excluyentes. Constituyen un verdadero peligro para las aspiraciones democráticas.
Los partidos regionales
En Vasconia el PP no logró ni un diputado mientras que la coalición Bidu y el PNV alcanzaron excelentes números. El ERC en la comunidad de habla catalana obtuvo 15 diputados y en el senado son la tercera fuerza con 11. Juntos por Cataluña también se redujo pero en todo caso fue respetable su apoyo electoral. Estas dos comunidades, la Vasca y Cataluña, le dieron apoyo a los movimientos autonómicos lo cual delata una tendencia a la búsqueda de la separación de España a pesar de lo recalcitrante de la constitución, negadora del derecho a la secesión. Esa ergástula normativa es consecuencia de los dos pactos de la Moncloa, realizados por las organizaciones tradicionales ante la acefalía de la gobernabilidad representada por la desaparición del caudillo de El Ferrol.
La nueva gestión y su conducta respecto Venezuela
Pedro Sánchez no va a modificar su actitud sobreel chavomadurismo y seguirá la política de la Unión Europea. Todos los partidos, salvo la izquierda dogmática, estarán dando su consentimiento a lo asumido por Pedro Sánchez y la nueva administración. Apoyo a la oposición venezolana y la ayuda humanitaria, recibimiento de los emigrantes venezolanos (hasta Vox lo acepta pero rechaza a los africanos y los árabes), reconocimiento de Guaidó pero negativa a cualquier intervención militar extranjera en el país. Tampoco en este aspecto hay un cambio de orientación.
Corolario
El PSOE no significa nada innovador en la política española. Son los clásicos clientelares de la cultura hispánica del poder. Fueron junto a uno de los herederos del franquismo, el PP, quienes en coalición gobernaron sin efectuar cambios profundos en ese país. Ciudadanos, Vox, ni la izquierda tampoco son originales, por lo cual el esquema político organizado en España difícilmente pueda dar un golpe de timón para mejorar la situación económica hispánica, bien difícil desde hace años.
A la muerte de Franco los franquistas y el PSOE, además del denominado Centro Social Democrático y los comunistas, negociaron una salida de gobernanza para mantener el poder. Resultado de esa transacción fue los dos pactos de la Moncloa con la redacción de una nueva constitución manteniendo la monarquía y estatuyendo un modelo parlamentario. Allí se diseñó la estructura de poder todavía vigente.
Hace falta una iniciativa en contra del entrabamiento significado por la representación, incapaz de darle una solución integral a los problemas de la gente. Los indignados fueron una dirección en tal sentido pero cayó en manos de la vocinglería demagógica de Podemos. Esa nación está pendiente de dar ese giro de ciento ochenta grados para dejar de ser furgón de cola de la locomotora germana.
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