Biblioteca Anarquista Teresa Claramunt
¿QUÉ ES EL PATRIARCADO?
Orden social vigente que supuso la instauración del Poder; comenzando con una toma de poder histórica por parte del hombre sobre la mujer, en el que las mujeres, fruto de la represión sufrida, y como medida autodefensiva, construida para sobrevivir en un mundo masculino; han colaborado y colaboran en el sostenimiento de él de forma inconsciente generalmente; la mujer ha pasado de ser propiedad del hombre a asociada. Ya que, en dicho orden “el Hombre” es el centro y medida de todo, y el análisis de la realidad se hace desde lo masculino (androcentrismo). Se trata de una organización social cuya institución primaria es la familia, en la cual el Padre manda, l@s hij@s obedecen y la maternidad es negada.
¿QUÉ ES EL PATRIARCADO?
Orden social vigente que supuso la instauración del Poder; comenzando con una toma de poder histórica por parte del hombre sobre la mujer, en el que las mujeres, fruto de la represión sufrida, y como medida autodefensiva, construida para sobrevivir en un mundo masculino; han colaborado y colaboran en el sostenimiento de él de forma inconsciente generalmente; la mujer ha pasado de ser propiedad del hombre a asociada. Ya que, en dicho orden “el Hombre” es el centro y medida de todo, y el análisis de la realidad se hace desde lo masculino (androcentrismo). Se trata de una organización social cuya institución primaria es la familia, en la cual el Padre manda, l@s hij@s obedecen y la maternidad es negada.
Durante mucho tiempo, la Madre y la Mujer en general, estuvieron sometidas al Padre y/o al Marido, al Hombre, en parecida forma que l@s niñ@s al Padre; progresivamente esto fue cambiando, de tal manera que la Mujer, en nombre de la igualdad, ha ido asumiendo el modelo masculino y las relaciones de dominación establecidas en el sistema sin darse cuenta. Por todo ello, también la Madre ha renunciado a ella misma, poniéndose de parte del Padre; frente a l@s niñ@s, desde el adultocentrismo (es decir, el/la “Adult@” es el centro y medida de todo y lo más importante).
El Patriarcado es el origen de todas las formas de dominación. Supuso la primera gran división social, anterior a la escisión en clases, la cual no es más que un reflejo de la primera.
EL GÉNERO
A lo largo de milenios se ha falseado sistemáticamente la Historia de la humanidad para convertirla en la Historia de los hombres. Haciendo un análisis histórico simplificado, asumiendo que los procesos históricos no lo son, diremos que, las mujeres se vieron inmersas en la nueva cultura creada por los hombres permitiéndoles beneficios en ella a cambio de la renuncia a sí mismas; los pocos datos que se tienen de la época pre-clásica demuestran que disfrutaban de cierta igualdad respecto de los hombres en el nuevo orden social, lo que demuestra lo diferente que debió ser la realidad social antecedente, tratándose de un periodo de transición. Cuanto más se desarrolló el androcentrismo más se veía a la Mujer como un ser inferior1, y mejor justificaban la substracción de ciertas ventajas, cometidos o cambios en la consideración, por una supuesta “debilidad moral que la incapacitaba para tener sentimientos duraderos, equilibrio y sentido de la medida, así como la predisponía a una maldad innata (engaños, artimañas)”, su supuesta “ambigüedad no la hacía digna de confianza”. Por eso, en un mundo basado en el Poder no consideraron apta a la Mujer para el mando en general, y en particular en el plano social y jurídico, y la apartaron de todo aquello que tuviera que ver con eso. elegándola al “ámbito doméstico, la reproducción y la conservación del grupo familiar”, espacio que siempre fue suyo, ahora ya vaciado de su contenido ancestral.
Cuanto más cambiado estuviera el ámbito maternal más dejaban que las mujeres asumieran la educación de l@s hij@s y cuanto menos lo estuviera más asumían esa labor los hombres. Lo mismo ocurría con la disponibilidad de las mujeres para salir del ámbito del hogar (por una cuestión de prestigio o por coerción más directa) y/o desarrollar actividades fuera, de mayor o menor importancia, dependiendo, también, de su capacidad para asumir el modelo masculino.
La Mujer era considerada ciudadana en función del Hombre. Tenía que estar bajo autoridad o control paterno (potestas), de un esposo (manus) u otro (tutela), si no era esclava (o pagaba por su libertad).
La maternidad estaba considerada como un deber de las mujeres hacia la comunidad.
El matrimonio era, incluso, por encima de la maternidad, la principal misión de la mujer. Los matrimonios eran de conveniencia. Llega a compartir la Autoridad con el Hombre sobre los hij@s y sirvientes.
Las cualidades valoradas en las mujeres eran, y siguen siendo aún (tal vez empezando a cambiar), “el silencio, la sumisión y la abstinencia”. La ansiedad provocada por este Orden lleva a buscar consuelo en la religión, el amor (sobre todo las mujeres) y en el sexo (sobre todo los hombres), desde la Antigüedad hasta más de la mitad del siglo XX; en la actualidad existen otras muchas formas de consuelo y evasión, igual de importantes y sin distinción por género.
“En la Edad Media, la iglesia quemaba ocho millones de pretendidas brujas. Los historiadores consiguieron borrar en menos de un siglo todo rastro del primer movimiento feminista alemán del siglo XIX. Las mujeres fueron el elemento más radical de la Revolución Francesa. Formaban [agrupaciones] de amazonas de hasta 4.000 luchadoras. Las mujeres contribuyeron de un modo esencial, aunque silenciado sistemáticamente, a la lucha contra el fascismo hitleriano. Etc., etc.” (Alice Schwarzer),
En épocas más recientes el Padre, llamado “cabeza de familia”, tenía poder absoluto sobre su esposa y sus hijos. La Mujer adoptaba el apellido de su marido cuando se casaba (tenía que pedirle permiso para trabajar, y para casi todo, y darle el sueldo de su trabajo).
Cuando la implantación del Patriarcado es total, y no se pone en peligro su existencia, se realizan concesiones hacia la disidencia: desde el siglo XIX algunas mujeres lucharon para conseguir la igualdad plena con los hombres, lo que ha supuesto que poco a poco hayan adquirido derechos políticos, sociales y familiares.
La Mujer ya no es considerada sólo como esposa y madre. Es reconocida socialmente. Haciendo creer que el pseudofeminismo (feminismo aparente) estaba o está atentando contra el propio Patriarcado, eliminando la disidencia y consiguiendo, en realidad, la perpetuación del propio sistema.
Las mujeres comenzamos a ser consideradas personas, se produce un reconocimiento relativo de nuestra importancia, de nuestra autonomía, independencia, etc.; sintiéndonos valoradas y respetadas e incitadas a desobedecer y a cuestionar la autoridad y la propiedad de forma parcial. Así, algunas, creyeron que la liberación de la Mujer consistía en la participación de las mujeres en los privilegios, el Poder y los estamentos jerárquicos. En 1931 se establece el Sufragio Universal, y, en nuestro país, desde la década de 1960, las leyes han ido instaurando progresivamente la “igualdad” entre ambos sexos, con la culminación de este proceso en la creación del Ministerio de la Igualdad; igualdad por la reducción de lo dominado a la imagen de lo dominante.
Como ya hemos dicho, todo esto es desvirtuar el feminismo, no es el feminismo; ya que las transformaciones que se producen lo hacen dentro del orden patriarcal. Cuanto más se asume un papel favorable al Patriarcado mediante la autocoerción, mayores concesiones se da a las mujeres (es decir, que se cede, se transige en parte), y esa es la trampa. No necesitamos ser sometidas de forma explícita (directa, clara). Por el contrario, lo somos, por ejemplo, mediante el sometimiento al mundo laboral con la promesa de una mayor independencia económica y por tanto mayores cotas de libertad; o mediante el sometimiento al mundo político con la promesa de un "empoderamiento" y por tanto, de mayores cotas de libertad. Esta libertad está dentro de los márgenes de Su Orden.
Lo que no podemos negar es que este pseudofeminismo del patriarcado nos ha proporcionado herramientas para una verdadera liberación, a pesar de las trabas que nos pone, entre ellas la más importante, quizás sea, la que hace creer que los hombres están oprimidos por el patriarcado en este momento en la misma medida que lo estamos las mujeres y, como consecuencia, la proliferación de las teorías post-feministas; cuando lo que ha ocurrido es que las mujeres han renunciado (o se las ha hecho renunciar) a las señas de identidad que pondrían en cuestión el patriarcado y los hombres se han apropiado de cualidades originarias de lo femenino para ponerlas al servicio del patriarcado, desvirtuándolas.
Los hombres tienen en el Patriarcado similar sometimiento que la realeza en la monarquía, la cual prevalece a pesar del padecimiento de sus majestades. El Patriarcado es de los hombres como la monarquía es de l@s reyes. Jugamos con reglas masculinas aunque juguemos l@s dos.
Digamos que las señas de identidad ancestrales de la cultura matrística (matrifocal) giran en torno a conceptos como: la maternidad respetuosa con la criatura [con su libertad y autorregulación] y basada en el deseo materno; comunidad + colectivización + apoyo mutuo + conciliación; la persona como parte de la naturaleza; emoción, sensibilidad, sensualidad + racionalidad,... antagónicos de la lógica de la dominación patriarcal: la propiedad, la familia- matrimonio, la desensibilización, la jerarquía, el Estado, la civilización, la colonización, el ejército, la explotación, ...
Pasos para el control de la Mujer como sujeto histórico
- Plano psicobiológico:
“El Hombre: 1º la raptó, 2º la violó, 3º la hizo madre a la fuerza, 3º le quitó l@s hij@s también a la fuerza, 4º cuando se hubo saciado de la violencia le dijo que corría peligro y que él estaba dispuesto a “protegerla”” (Victoria Sau).
- Plano psicosocial:
1º Infundiendo miedo mediante la represión violenta más o menos directa, 2º despreciando a ellas y a todo su mundo, 3º alabando su función femenina al servicio del patriarcado y 4º permitiendo la masculinización de la mujer, no por demostrar sus capacidades sino por capacitarse para el sistema establecido, pasando de objeto a sujeto, perfeccionándolo.
Cada vez que una mujer sufre malos tratos por parte de un hombre,
en el sentido aceptado por el propio Patriarcado, se reproduce el proceso de sometimiento histórico psicosocial, excepto en la “masculinización” que es rechazada (por tratarse de unos malos tratos o machismo más visceral).
El Patriarcado ha perpetrado el asesinato de la naturaleza humana, ha domesticado a la criatura humana, la ha arrebatado su capacidad de ser libre.
El Patriarcado ha cometido el Matricidio Humano Universal.
El Patriarcado ha provocado la traición femenina, creando “mujeres coartada” y “mujeres-macho”.
Habría que “matar al Hombre” para liberar a las mujeres.
Habría que “matar al Padre... o a todo lo que le represente” para liberar a l@s niñ@s y evitar el matricidio.
Habría que recuperar a “la mujer prohibida” para acabar con el patriarcado.
[Párrafos tomados del texto del mismo título, accesible en http://biblioarchivoteresaclaramunt.blogspot.com/p/articulos-y-monograficos-editados.html.]
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