Juventudes
Libertarias de Madrid
Con
motivo de desmentir mitos instaurados y dar a conocer las ideas ácratas hemos
escrito este fanzine, que ni vende nada, ni pide voto-simpatización con ningún
partido o cualquier otro tipo de organización con jerarquías que impide que
seamos libres, por ello queremos difundir estos textos entre nuestres iguales
sobre aquello que nos parece importante para que el pensamiento crítico, la autogestión
y el apoyo mutuo sigan dándose.
Trabajador@s,
estudiantes, parad@s y vecin@s en general sin importar edad, género o lugar de
procedencia pero que somos gobernad@s: pretendemos la reflexión sobre las
distintas opresiones que sufrimos y aquellas que reproducimos, para que seamos
capaces de salir del delegar nuestras vidas en quienes nos encierran, desahucian,
separan, explotan… y en general nos condenan a una vida de miserias, para así
organizarnos, apoyarnos frente a los líderes y darnos cuenta de la fuerza que
tenemos para romper las cadenas.
Vayamos
a la raíz del problema, creemos lazos… ¡seamos ingobernables!
EL
ESTADO-PATRIA
El
Estado es la entidad encargada de gobernar nuestras vidas, es la autoridad que
establece lo que está bien y lo que está mal y que centraliza en un grupo de
personas todos los poderes necesarios para controlar un territorio y a su
población. Está formado por unas pocas personas que quieren superponer sus
propios intereses a los del resto de la gente, creando así una división en la
población entre gobernantes, aquelles que buscan legitimar los actos que llevan
a cabo para conseguir su realización personal, y gobernad@s, aquell@s cuya
aceptación es la que el Estado necesita para mantener su posición superior en
la jerarquía aquí formada.
Mediante
la acumulación de poderes, el Estado fuerza un cambio de conducta y de voluntad
sobre la población, para mantener, como hemos dicho, sus propios intereses,
tales como acumulación de riquezas, creencias personales o el simple hecho de
tener poder sobre otr@s. Debido a la división entre gobernantes y gobernad@s, el
Estado necesita la presencia de unos cuerpos represivos que se encarguen de
mantener esta separación y que harán cualquier cosa en pos de la seguridad de
l@s poqu@s que lo conforman; esta es la forma de reprimir cualquier
proliferación de cuestionamiento de la existencia estatal.
Uno
de los principales medios que usa el Estado para mantenerse es el concepto de
nación y patria. Impone sobre cualquier persona nacida o habitante de un
territorio, una cultura, moral y unos valores mediante los cuales quieren
inculcar un sentimiento de unidad y homogeneidad entre todas las personas para
así acabar con toda diversidad cultural que lleva consigo una visión diferente
del mundo y, por tanto, un posible cuestionamiento sobre la existencia del
Estado. Además, mediante el patriotismo buscan la exaltación del sentimiento de
unidad nacional, defendiendo así no solo al propio Estado sino cualquier acción
que este lleve a cabo y la continuidad de su autoridad, enfrentando a la
población
de un territorio contra todo indicio de cambio y evolución; el Estado utilizará
estos posibles cambios que amenazan su poder para rivalizar a una parte de la
población con la otra con la excusa de ser un ataque a la libertad de aquell@s
que defienden al Estado que, según este, es el que brinda orden y una buena
moral sobre la nación. L@s anarquistas no solo nos oponemos al patriotismo,
sino que fomentamos que cualquier persona sea libre de seguir su propia cultura
y capaz de pensar por si mism@ sin ser reprimide, apoyamos las diferencias personales,
siempre teniendo presente que estas no deben interferir en la libertad de otr@s
Los
Estados son los responsables de todo conflicto nacional e internacional, ya que
incluso entre l@s gobernantes de los diferentes países quieren tener poder
social, político y económico sobre el resto del mundo mediante el uso de todas
sus armas de coerción popular, y no dudarán en usar la fuerza física contra
todo aquello que amenace la consecución de sus objetivos. El terrorismo de
Estado será ejercido contra tod@s l@s habitantes de cualquier territorio,
provocando la respuesta violenta de cualquier otro Estado.
Toda
esta lucha de intereses no hace más que beneficiar a unes poqu@s mientras que
nosotres somos sometides diariamente en el trabajo, en las calles o en las
escuelas y perpetuando que l@s gobernantes sigan teniendo poder sobre nuestras
vidas. L@s anarquistas luchamos por un futuro de libertad y justicia para
cualquier persona, y fomentamos la destrucción de eso que llamamos Estado y,
con él, toda su violencia. No legitimamos que los Estados tomen las decisiones
que podemos tomar nosotr@s mism@s mediante la autoorganización que nos hará libres
tanto individual como colectivamente.
EL
DELEGACIONISMO POLÍTICO
Poner
nuestras vidas en nuestras manos se nos hace imposible, pues vivimos y morimos
en una minoría de edad constante. Condenad@s a las migajas de sobrevivir, que
no vivir, nuestras vidas son dirigidas a trabajar para comer, a rezar mediante el
voto para que un partido nos asista, a estar atad@s a un estado que nos vigila
y castiga. Mientras la clase trabajadora busca en el ocio dirigido la evasión
efímera, un hobby que la haga escapar o halla en drogas: médicas (como antidepresivos),
legales (como el alcohol) o no legales (como la marihuana) el consuelo del
esclavo.
Hay
quien sale a la calle y pide mejoras, esperando algunas migajas más porque
tiene fe en una democracia “mejor”, en unas leyes “mejores” y en un partido
nuevo que sea el “cambio” o el que se considere “menos malo”. Resignad@s a su
rol sumiso, pues el estado educó y prometió castigo, renuncian a su autonomía,
a ser capaces de organizarse entre l@s oprimid@s y dejar de pedir para empezar
a hacer. La ley no se hizo para el pobre sino para proteger la propiedad
privada, la política no se hizo para le pobre sino para someter, ningún partido
ni de izquierdas ni de derechas nos liberará. La solución no es formar
gobiernos “de la gente de abajo”, “de pobres” o gobiernos más fuertes pues:
someterse al poder degrada y ejercerlo corrompe.
L@s
polític@s son la lacra social que nos vende la falacia de los derechos y “del
bienestar”, nos meten miedo con “la seguridad” para controlarnos más y nos
incapacitan para decidir sobre nuestras vidas. Los derechos son el marco que
nos dicta lo que se nos permite hacer si nos sometemos, que son dados de arriba
a abajo. No lo debemos confundir con cubrir las necesidades vitales, sino que
el derecho implica ser reconocid@ y exige el deber de
sometimiento. Por todo ello la libertad no se puede pedir, porque no se puede
dar sino que aparece tras deshacernos de figuras autoritarias como l@s polític@s
y toda la red que les sustenta para mantener su posición privilegiada.
Hay
que perder el miedo, la democracia no es más que otro sistema de control y
dolor que nos venden como “menos malo”, y cuando se desgasta un poco nos azuzan
con el fascismo, dos caras de una misma moneda que históricamente se turnan y se
necesitan mutuamente. Así que tras tomar conciencia de nuestra opresión, luchar
sin líderes ni jerarquías, en igualdad, se ve necesario. Comenzar a
cuestionarnos cómo sociabilizamos con nuestro entorno que sufre los mismos
males y con el que no somos capaces de crear lazos porque nos han hecho
(obligado) a olvidar (pero se pueden recuperar) los valores del apoyo mutuo, el
construir espacios alejados de las lógicas capitalistas y la autodefensa.
Autodefensa y no dar pena, es absurdo pedir mientras sufrimos la constante violencia
de neveras vacías, la incertidumbre del techo, el que nos eduquen para
producir, nos conviertan en autómatas productores-consumidores, el que nos
callen, los palos de la policía, el que nos encierren, etc. Recuperar nuestras
vidas está en juego y la rabia no la podemos seguir tragando, apaciguándola…
que estalle. Nos estamos ahogando en vejaciones constantes del poder hacia
nuestros cuerpos y mentes, salgamos de sus lógicas.
EL
MACHISMO
En
esta sociedad vivimos bajo una lógica autoritaria y sometid@s a unas estructuras
autoritarias que van más allá del Estado y el capitalismo. Estas estructuras se
apoyan las unas en las otras y esta lógica está tan arraigada en nuestra forma de
vivir y en lo que nos enseñan (competitividad, aspiraciones a un ascenso social
como motivación/engañabobos para que estudiemos y trabajemos, individualismo), que
hace que muchas veces la misma persona dependiendo del contexto pueda tener un rol
de oprimida y de opresora.
El
machismo es una de estas estructuras autoritarias, que crea una clase
privilegiada en nuestra sociedad: el cis-hombre heterosexual. Tod@s l@s que no
cabemos en esta categoría, en base a la cual nuestra cultura ha construido lo
que es ser humano, somos una subclase periférica que debe justificar
constantemente que también pertenece a esa categoría de ser humano que se ha
hecho a imagen y semejanza del cis-hombre heterosexual: justificar su mismo
derecho a existir.
Las
mujeres y las personas no-binarias hemos sido relegadas al segundo plano,
condenadas a vivir al servicio del hombre, a dedicarnos a su cuidado, y a ser
infantilizadas, silenciadas, invisivilizadas y violentadas por ellos.
Como
mujeres, nos educan en base a unos estereotipos y roles de género. Nos enseñan
a ser calladas, a no defendernos, a no ser violentas… en general a tener una
actitud sumisa acorde a la posición social que se le ha dado a nuestro género. Se
nos prepara para ser la mujer de alguien, para tener un novio y un marido que
nos defienda (ya que a nosotras nos han inculcado que no podemos hacerlo). Y
esto sigue siendo así aunque quizás tengamos la percepción de que ha cambiado en
los últimos tiempos: sí, tenemos ejemplos de solteras que se nos muestran como
punta de lanza de la liberación de la mujer. Pero estas mujeres siempre son
jóvenes, no tenemos ejemplos de mujeres mayores que sean fuertes e
independientes: la soltería se nos plantea como algo circunstancial y que tiene
que tener un fin, debemos encontrar un novio, antes de convertirnos en una “solterona”,
una “loca de los gatos” o inserta aquí el adjetivo descalificativo que esté de
moda.
Esta
imagen de la mujer joven, soltera, independiente y trabajadora que vemos en los
anuncios, en las series y en las películas, no es más que una imagen cómoda con
la que el capitalismo saca beneficio vaciando de contenido las reivindicaciones
feministas. Una supuesta independencia falsa y caduca, que genera beneficio
económico a l@s poderos@s (mediante un trabajo asalariado en el que ella
cobrará menos por ser mujer) y que quizá pueda significar una liberación de la
labor tradicional de los cuidados para esa mujer en concreto (si no tiene que
asumir la doble jornada de trabajar en la empresa y en casa) pero no significará
ni mucho menos una igualación en el trabajo de los cuidados. Estos cuidados se
trasladan a las mujeres del sur global: mal pagadas para ejercer esa labor de
cuidados, obligadas sí o sí a la doble jornadas, muchas veces sin contrato ni
papeles. El capitalismo y el Estado no están acabando con el patriarcado: están
oprimiéndonos a todas y colonizando, de nuevo y como siempre.
Al
nivel concreto de nuestra vida, aunque no por eso es menos político, nos vemos
envueltas en relaciones personales marcadas por estos roles de género que nos
han inculcado. Habiéndonos arrebatado nuestra capacidad para defendernos, para negarnos
cuando no queramos, nos vemos a veces con un maltratador por pareja y con gran
parte de la sociedad (esa misma que ha sido partícipe en nuestras
inseguridades, nuestra baja autoestima y muchas veces en nuestra indefensión
aprendida) culpándonos, sino de la situación, sí al menos de salir de ella. Si
salimos de esta relación, de todos modos seremos criticadas, nos encontraremos con
las reacciones machistas tanto institucionales como del entorno normalmente: reacciones
que pretenden volver a situarnos en nuestra posición social asignada, una
posición en la que no nos defendamos.
Como
anarquistas, luchamos contra toda autoridad, contra toda imposición: porque
nadie podrá decirnos quiénes somos ni quiénes debemos ser. Y porque solo juntas
podremos defendernos, dado que no queremos ni podemos confiar en las
instituciones ni fuerzas represivas del Estado. Luchamos y seguiremos luchando
por nuestra vida y nuestra libertad y la de tod@s.
[Fragmento
del fanzine de igual título, que en versión completa es accesible en www.juventudeslibertariasmadrid.noblogs.org.]
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