Edith Sánchez
El nombre de Otto Gross no resulta familiar para muchos y esto tiene una explicación obvia: durante mucho tiempo se pretendió borrar el hecho de que existió, que estuvo en el corazón del movimiento psicoanalítico clásico y que con su vida y sus ideas hizo temblar los cimientos de esa corriente. A pesar de que fue muy productivo y dio a la luz una importante cantidad de escritos, estos fueron sistemáticamente ocultados o minimizados.
A Otto Gross se le puede considerar un precursor de la antipsiquiatría. Silvia Tendlarz, estudiosa de la vida y la obra de Gross, lo definió como “el primer psicótico en análisis”. Para muchos de sus contemporáneos fue eso: un enfermo mental. Aún así, tiene una obra propia que influyó notablemente en el movimiento dadaísta y, sin duda alguna, se adelantó a su tiempo en muchos sentidos.
El nombre de Otto Gross no resulta familiar para muchos y esto tiene una explicación obvia: durante mucho tiempo se pretendió borrar el hecho de que existió, que estuvo en el corazón del movimiento psicoanalítico clásico y que con su vida y sus ideas hizo temblar los cimientos de esa corriente. A pesar de que fue muy productivo y dio a la luz una importante cantidad de escritos, estos fueron sistemáticamente ocultados o minimizados.
A Otto Gross se le puede considerar un precursor de la antipsiquiatría. Silvia Tendlarz, estudiosa de la vida y la obra de Gross, lo definió como “el primer psicótico en análisis”. Para muchos de sus contemporáneos fue eso: un enfermo mental. Aún así, tiene una obra propia que influyó notablemente en el movimiento dadaísta y, sin duda alguna, se adelantó a su tiempo en muchos sentidos.
Artista y bohemio. También anarquista por convicción, además de psiquiatra y psicoanalista. Co-fundador de la comunidad utópica de Ascona, algo que hoy podría considerarse como la primera comuna hippie de la historia. Ingenioso, divertido, adicto a la cocaína y la morfina, feminista y defensor radical de la libertad, desconcertó y maravilló a quienes lo conocieron.
Otto Gross, un psiquiatra especial
Otto Gross nació en Austria, el 17 de marzo de 1877. De su infancia y de su formación poco se sabe. Lo que sí se conoce es que era hijo único de Hans Gross, a quien se le considera uno de los pioneros de la criminología moderna. Otto fue inicialmente muy afecto a su padre, pero con el tiempo se distanció de él. Rechazaba las ideas deterministas de sus teorías.
Ese rechazo por el padre y la actitud libertaria que comenzó a definirlo desde temprana edad, le llevaron a ser uno de los amigos cercanos de Franz Kafka. De hecho, los dos soñaron hacer una revista en contra del patriarcado. Muchas de las ideas que los unían quedaron consignadas en la Carta al padre, de Kafka.
Muchos dicen que Otto Gross no solo estudió la esquizofrenia, sino que principalmente la practicó. Su vida fue un cúmulo de experiencias contrastadas. Viajó a Sudamérica, sirvió como médico en un barco y en un regimiento húngaro durante la guerra. También adoraba el arte y se movía como pez en el agua entre los círculos expresionistas. También fue asistente de Kraepelin, a quien se considera el padre de la psiquiatría. Gross quiso interponer una denuncia contra él por no conocer el psicoanálisis.
Gross, el anarquista
Para muchos, Otto Gross es una de las grandes figuras del anarquismo, junto con Bakunin y Kropotkin. Sentía una verdadera aversión por los sistemas de poder y las normas que constreñían la libertad. Tempranamente se convirtió en adicto, pero también realizó varias terapias de desintoxicación. Precisamente en referencia a estas terapias tuvo lugar un episodio especialmente interesante.
Gross se internó en Burgölzli para desintoxicarse. La solicitud de ingreso a ese lugar está firmada por Sigmund Freud en persona. Sin embargo, el padre del psicoanálisis nunca quiso tratarlo. Por eso le encomendó esa tarea a Carl Jung, advirtiéndole que se limitara a trabajar sobre su adicción, nada más. Jung hizo caso omiso. Decidió psicoanalizarlo.
Así comenzaron una serie de sesiones, una de las cuales duró 24 horas. Tras esa inusual sesión, Jung declaró que había sido psicoanalizado por Gross. De hecho, en un episodio más o menos psicótico, Jung llegó a decir que era “hermano gemelo” de Gross. Después de esto, le tomó aversión a Otto, quien se escapó por sus propios medios de la disciplina de internamiento.
Otto Gross
Un psicoanalista proscrito
Otto Gross no era nada ortodoxo en el tratamiento de los pacientes. Con frecuencia, las mujeres que atendía terminaban siendo sus amantes. Se dice que llevaba a cabo los análisis con sus pacientes en bares de mala muerte. También que ayudó a dos pacientes suyas a morir, pues era un convencido de la eutanasia y del suicidio asistido.
También era un feminista incansable a la vez que respetaba la homosexualidad. En la comunidad utópica de Ascona promovió la libertad absoluta, la total ausencia de normas. Eso hizo que muchos vieran el experimento como una práctica escandalosa. Buena parte de los amigos y colegas de Gross renegaron entonces de él.
El psicoanálisis lo condenó al ostracismo. Borraron su nombre de la historia oficial de ese movimiento, pese a que muchos, incluyendo al propio Freud, habían visto grandes aportes en sus escritos. Otto Gross fue acusado de mala praxis y declarado insano mentalmente. Eso lo llevó a un aislamiento progresivo. Murió de hambre y de frío en una calle de Berlín cuando tenía 43 años. Los artistas fueron quienes resguardaron su obra y su memoria.
[Tomado de https://lamenteesmaravillosa.com/otto-gross-biografia-de-un-psiquiatra-diferente.]
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