Wolfi Landstreicher
Un factor distintivo de la idea anarquista de la revolución es la importancia del individuo en hacerla posible. Aunque la ideología colectivista ha debilitado la posibilidad de darse cuenta de esto, incluso en la mayoría de círculos anarquistas, aún se manifiestan elecciones como la abstención a votar o la abstención al servicio militar. Pero para aquellas que buscan desarrollar una práctica insurreccional, esta realización tiene que ir mucho más allá de unas pocas abstenciones.
Ningún anarquista revolucionario niega la necesidad de un alzamiento a gran escala de las explotadas para destruir el estado, el capital y todas las instituciones de poder y privilegio. Pero la revolución no es un regalo que cae del cielo o se concede abstractamente por la Historia. Las acciones de los individuos ayudan a construir las circunstancias que pueden hacer que los alzamientos ocurran y pueden empujarlos en la dirección de una revuelta generalizada.
Esto significa que, en lugar de esperar una revolución como ciertos marxistas, tratando de descifrar signos históricos que te permitan preparar para el momento. Tiene más sentido que nosotras, anarquistas, nos consideremos en rebeldía en cada momento de nuestras vidas y ataquemos este orden social sin tener que preocuparnos de que “los tiempos estén maduros”. Los actos individuales de revuelta, que son fácilmente reproducibles e imitables, proporcionan la base para el desarrollo de formas de acción de masas en las cuales el individuo no esté perdido y la delegación esté ausente –es decir, la acción insurreccional que podría destruir la realidad actual y abrir la posibilidad de crear un mundo en el que cada individuo es capaz de alcanzar todo lo que necesita para realizarse plenamente–.
Pero igualmente importante es el reconocimiento anarquista de lo primordial en esta realidad: vivir como individuo (en oposición a la concepción colectivizada del término y del concepto abstracto del individuo) es reconocer que tenemos que ser un cierto tipo de ser, un ser capaz de actuar en nuestros propios términos para realizar nuestros propios deseos y sueños frente al más feroz y poderoso enemigo: toda esta civilización –el Estado, el capital, el sistema tecnológico…–.
Vivir como un rebelde, voluntariamente como un anarquista revolucionario, requiere una gran cantidad de voluntad, determinación y espíritu frente a grandes riesgos de caerse. Así, un aspecto esencial para desarrollar una práctica insurreccional es la transformación de una misma en un ser voluptuoso y enérgico. Tal transformación no se produce a través de una terapia, sino a través de atacar el orden social tanto en sus manifestaciones en el mundo como en una misma y las relaciones de una misma. Una ausencia cruel de compromisos puede ser esencial para esta tarea porque hay muchas cadenas por romper, así como muchos límites que destruir. Como dijo un compañero: la búsqueda individual es “la apropiación de todo lo que ha sido sustraído de uno mismo a través de la familia, la escuela, las instituciones, los roles… con el fin de encontrar su voluntad, su totalidad, su universalidad… perdidas en el proceso de domesticación y construcción de una cultura simbólica”. Así que el tema aquí es tomar la decisión de devolverse la vida a una misma en su totalidad, una decisión que requiere una ferocidad que será necesaria para demoler esta sociedad. Y tal decisión va a transformar todas las relaciones de una, exigiendo una honestidad que no dejará espacio para la sumisión a las demandas del protocolo social, a la tolerancia sin afecto, ni piedad hacia aquellas que temen la energía de un deseo no canalizado por la supresión. Al tomar esta decisión (y la decisión sólo es real en tanto que una actúa en pos de hacerla real), una está rechazando completamente la lógica de la sumisión que domina la mayoría de las relaciones.
[Tomado de https://lapestefurtiva.wordpress.com/2017/06/01/contra-la-logica-de-la-sumision.]
Un factor distintivo de la idea anarquista de la revolución es la importancia del individuo en hacerla posible. Aunque la ideología colectivista ha debilitado la posibilidad de darse cuenta de esto, incluso en la mayoría de círculos anarquistas, aún se manifiestan elecciones como la abstención a votar o la abstención al servicio militar. Pero para aquellas que buscan desarrollar una práctica insurreccional, esta realización tiene que ir mucho más allá de unas pocas abstenciones.
Ningún anarquista revolucionario niega la necesidad de un alzamiento a gran escala de las explotadas para destruir el estado, el capital y todas las instituciones de poder y privilegio. Pero la revolución no es un regalo que cae del cielo o se concede abstractamente por la Historia. Las acciones de los individuos ayudan a construir las circunstancias que pueden hacer que los alzamientos ocurran y pueden empujarlos en la dirección de una revuelta generalizada.
Esto significa que, en lugar de esperar una revolución como ciertos marxistas, tratando de descifrar signos históricos que te permitan preparar para el momento. Tiene más sentido que nosotras, anarquistas, nos consideremos en rebeldía en cada momento de nuestras vidas y ataquemos este orden social sin tener que preocuparnos de que “los tiempos estén maduros”. Los actos individuales de revuelta, que son fácilmente reproducibles e imitables, proporcionan la base para el desarrollo de formas de acción de masas en las cuales el individuo no esté perdido y la delegación esté ausente –es decir, la acción insurreccional que podría destruir la realidad actual y abrir la posibilidad de crear un mundo en el que cada individuo es capaz de alcanzar todo lo que necesita para realizarse plenamente–.
Pero igualmente importante es el reconocimiento anarquista de lo primordial en esta realidad: vivir como individuo (en oposición a la concepción colectivizada del término y del concepto abstracto del individuo) es reconocer que tenemos que ser un cierto tipo de ser, un ser capaz de actuar en nuestros propios términos para realizar nuestros propios deseos y sueños frente al más feroz y poderoso enemigo: toda esta civilización –el Estado, el capital, el sistema tecnológico…–.
Vivir como un rebelde, voluntariamente como un anarquista revolucionario, requiere una gran cantidad de voluntad, determinación y espíritu frente a grandes riesgos de caerse. Así, un aspecto esencial para desarrollar una práctica insurreccional es la transformación de una misma en un ser voluptuoso y enérgico. Tal transformación no se produce a través de una terapia, sino a través de atacar el orden social tanto en sus manifestaciones en el mundo como en una misma y las relaciones de una misma. Una ausencia cruel de compromisos puede ser esencial para esta tarea porque hay muchas cadenas por romper, así como muchos límites que destruir. Como dijo un compañero: la búsqueda individual es “la apropiación de todo lo que ha sido sustraído de uno mismo a través de la familia, la escuela, las instituciones, los roles… con el fin de encontrar su voluntad, su totalidad, su universalidad… perdidas en el proceso de domesticación y construcción de una cultura simbólica”. Así que el tema aquí es tomar la decisión de devolverse la vida a una misma en su totalidad, una decisión que requiere una ferocidad que será necesaria para demoler esta sociedad. Y tal decisión va a transformar todas las relaciones de una, exigiendo una honestidad que no dejará espacio para la sumisión a las demandas del protocolo social, a la tolerancia sin afecto, ni piedad hacia aquellas que temen la energía de un deseo no canalizado por la supresión. Al tomar esta decisión (y la decisión sólo es real en tanto que una actúa en pos de hacerla real), una está rechazando completamente la lógica de la sumisión que domina la mayoría de las relaciones.
[Tomado de https://lapestefurtiva.wordpress.com/2017/06/01/contra-la-logica-de-la-sumision.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.