Stéphane
Polsky-Hicheri
No digas:
"Soy anarquista. Serás marcado con el desorden, el caos, la violencia,
todos esos prejuicios anómicos nacidos de la educación escolar, dogmáticos y
cuidadosamente mantenidos por los medios estatales y capitalistas; medios según
los cuales la "dictadura", a la que conduciría el anarquismo son
siempre una prerrogativa del país vecino que no les simpatiza: mientras que la
"democracia" con la que se le comparan sería envidiable, sería la que allá
llevaría la salvación.
No digas:
"Soy anarquista”.
Tampoco: "anticapitalista", por cierto.
Di: "Soy un demócrata".
Pero di también que la policía te preocupa, que prefieres la ayuda mutua; que
el militarismo es una amenaza; que tú defiendes el internacionalismo; que
aspiras a la sustitución de los empleadores por la autogestión y las
asociaciones libres, del gobierno por las asambleas locales ...
A estas
palabras de autogestión, de asociaciones libres y asambleas, tu interlocutor
sin necesariamente captar todo (porque puede no haberlo pensado tanto como
usted,) asentirá positivamente con la cabeza. Palabras de libertad.
Luego
continúa y especifica que, como una persona sensata, tú luchas contra todas las
formas de dominación, opresión y explotación; que luchas contra el racismo, el
sexismo y el especismo; que, para reducir tu huella ecológica y humana, usas al
mínimo de vehículos motorizados, compras lo menos posible y en tiendas de bajo
costo, tratas de prescindir del teléfono inteligente o las múltiples tarjetas
de crédito, y disminuyes considerablemente tu consumo de carne. Tú también
apoyas el secularismo con toda tu alma; "Participo", resume, "en
una agrupación adélfica* organizada donde todos, libres, autónomos y
conscientes de su responsabilidad individual, contribuimos en todas partes y en
todo momento, lejos de cualquier autoritarismo, al bienestar de todos
“¡Si claro! “
Es lo que, a intervalos regulares, tu interlocutor responderá.
Tu actitud y
tus comentarios son tan razonables como benévolos, ¿qué otra respuesta podrías
recibir?
“¡Si claro!”
- Ah bueno ¿finalmente te unirás a la agrupación tú también?
- Si si ! "
- Ah bueno ¿finalmente te unirás a la agrupación tú también?
- Si si ! "
Así que en
ese instante, y sólo ahí, es el momento. Es cuando debes concluir con estas
palabras: "¡Entonces, ambos somos anarquistas!"
[Publicado originalmente en francés en Le monde libertaire # 1799, octubre
2018. Traducido por la Redacción de El
Libertario.]
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