Brasil: Reflexiones libertarias tras el reciente espectáculo electoral

Flecheira Libertária

Vence al ex capitán en todas las regiones del país, menos en el noreste. Con sus millones de votos trae una sigla inexpresiva al espacio de mayor representación en la Cámara Federal y con significativa presencia en el Senado. Junto a ella vienen no sólo las bancadas ruralista, evangélica e impuestas a balazos, sino también las adhesiones de políticos de diferentes partidos a la derecha y al centro. En el ámbito institucional de la política hay una composición que clama ser legítima presta a dar continuidad a la gobernabilidad en los años siguientes;

Vence al ex capitán del Ejército con su discurso simplificado, religioso, punitivo, conservador y reaccionario que supo atraer a los "jóvenes" que se declaraban apartidistas en 2013, cuando ejercitaban sus protestas por medio de los activismos, y que fueron absorbidos, principalmente en estos nuevos partidos políticos;

Vence al ex capitán con el uso estratégico de las redes sociales, la blindada negativa al debate y con capacidad de movilizar a la opinión pública por medio de un discurso hábil, simple y pretendinamente objetivo;

Vence al ex capitán dentro del sistema electoral democrático-representativo orquestado por el ritual electoral convenciendo al electorado incauto que en su política no habrá negocios corruptos;

Vence la estrategia del PT [el partido de Lula y Dilma] que supo presentarse asumiendo el espacio de la oposición. Trazada con inteligencia se mantuvo en la zona de la polarización y de la polémica. Se restauró su condición de víctima, reforzó sus alianzas de izquierda, se mostró hábil en asegurar su liderazgo y garantizó su representación en la Cámara y en el Senado;

Vence la estrategia del PT en el juego democrático también por hacer de sí y de su alianza el centro de la oposición electoral desde el noreste. La estrategia fue simple y objetiva y repercutió en la primera vuelta, así como podrá resonar en el segundo para los cargos ejecutivos;

Vence también la política como polémica, la política como práctica institucional, la política mayor. El premio se lo lleva quien gana y para quien perdió queda la prédica de reforma. Y sin reforma no hay política y su sistema;

Vencen los agradecimientos y los lazos religiosos bendiciendo capitalistas y al capitalista "humano", "emprendedor" que sueña en salir de la condición de endeudado; es el defensor del capitalismo posando de liberal, o declaradamente sin ideología, restaurando la vieja creencia venida de las dictaduras (de Getúlio Vargas a los civiles-militares golpistas de 1964) en el saber técnico de los comandantes y de sus opiniones simplificadoras;

Antipolítica é antes de tudo ter claro que quem governa o Estado espera obediência e comando entre os de baixo; que não se envergonha de escapar das convenções constituintes e destituintes de recomposição dos governos do Estado; que cuida da cultura livre de si e principalmente que sabe pensar pela cabeça dos outros para decifrar as suas estratégias. Trata-se de um militantismo de invenção  que rejeita o colaboracionismo entre capital e capital humano empreendedor e inovador...

E segue a luta, apesar de tudo e trocando em miúdos, pela difusão de práticas livres de invenções de liberdades com raiva e paciência.

Si en las alturas institucionales no hay nada sorprendente para el funcionamiento de la política, es por debajo que la cosa se vuelve extraña. Los movimientos de prácticas fascistas tienden a crecer, paradójicamente echando mano de la programática de los defensores de derechos. Según ellos, se ha concedido exceso de derechos a las minorías identitarias, sus blancos predilectos: etnias, negros, gays, mujeres feministas ... Son sus blancos para corrección de conductas por la intimidación y más que eventuales enfrentamientos físicos. La "gran política democrática" de un lado, proclama la representación y, por otro lado, cierra o desvía la mirada hacia el gobierno de los súbditos por los súbditos. Explicita los límites y los peligros en creer en tolerancia en situaciones de vida asimétricas;

Y para finalizar, en el lenguaje ordinario de la competición top ten, de la religiosidad de los mandamientos, y a la orden de quienes se proclaman "los mejores",  se propone que los miserables hagan el trabajo sucio entre ellos. Miserables en la condición de vida económica o de pensamiento produciendo un estado de dominación (de interceptaciones de resistencias) en nombre de los ajustes resilientes, que sean ellos por medio de derechos o de represión directa de las conductas de los demás. Esperan que todos se ajusten o estén confinados a una cierta clandestinidad como el encarcelamiento social y cultural, o incluso con condenas al ostracismo;

Pero nada termina en el top ten, ni en las tablas sagradas. Sólo empieza con ellas. Entonces el cuidado de sí pasa por la educación de la infancia, donde los padres deben estar cada vez más atados a la corrosión planificada y cotidiana producida por la escolarización masiva. El futuro depende del presente, no de los esfuerzos sostenibles para mejorar, pero está en la capacidad de resistir al resiliente y al represor;

En Europa, la presencia en las calles de prácticas fascistas encuentra en el sistema partidista su acogida, en las leyes sus  en los programas de salud y educación, en sus capacidades de producir repercusiones que garanticen la política mayor;

El poder institucional ha sembrado temores evitar la polémica, la polarización en su contra e impulsado simplificaciones tranquilizantes para el cuidado de sí, así que la lucha es por comenzar a impulsar la ética de libertades. La vida es más que eso que está ahí; es necesario salir de la condición de víctima porque es en esta condición que las prácticas fascistas proliferan;

Un recordatorio olvidado: no se conversa con fascistas; a ellos les gusta golpear  y  así expresan las fuerzas físicas, hasta entonces represadas por su condición de resentido;

Los partidos perdidedores saben muy bien quiénes son y en qué se transformaron. Los empresarios mostraron que para ellos poco importa quién gobierne en tanto dominen la política y el Estado. Son como amebas. El problema no es técnico, es político, o mejor, es antipolítico, un concepto mal empleado como sinónimo de apartidismo. Esto no existe como demuestran los resultados electorales del domingo 7/10;

Antipolítica es ante todo tener claro que quien gobierna el Estado espera obediencia y mando entre los de abajo; que no se avergüenza de escapar de las convenciones constituyentes y destituyentes de recomposición de los gobiernos del Estado; que se cuida de la cultura libre de sí y principalmente que sabe pensar por la cabeza de los demás para descifrar sus estrategias. Se trata entonces de enfrentarlo con un militantismo de invención que rechace el colaboracionismo con el capital y con el capitalismo "humano emprendedor e innovador" ...

Y seguimos la lucha, a pesar de todo, cambiando los temores por la difusión de prácticas libres, de invenciones de libertades con rabia y paciencia.

[Publicadado originalmente en portugués en el boletín electrónico semanal Flecheira Libertaria # 517, Sao Paulo, octubre 9, 2018, número completo disponible en http://www.nu-sol.org/wp-content/uploads/2018/10/flecheira517.pdf. Traducido por la Redacción de El Libertario.]