Marcos Velarde (Correo del Caroní)
Siete niños murieron en menos de 48 horas en Delta Amacuro. Las muertes ocurrieron entre los días 26 y 27 de enero, en el municipio Antonio Díaz, parroquia Manuel Renauld. Específicamente en las comunidades de Mujabaina de Bonoina, Yarita y Kuarejoro de Guayo, y fueron el resultado de cuadros crónicos de diarrea, vómito y deshidratación.
Todos los pequeños pertenecen al pueblo indígena warao, en edades comprendidas entre 1 y 3 años. En la comunidad Yarita, los niños fallecieron entre los días 26 y 27 producto de una aguda diarrea acompañada de vómitos y fiebre. El día viernes, 26 de enero, murieron dos niños de una misma familia en la comunidad de Kuarejoro. Los infantes fallecidos tenían siete meses y tres años respectivamente.
Siete niños murieron en menos de 48 horas en Delta Amacuro. Las muertes ocurrieron entre los días 26 y 27 de enero, en el municipio Antonio Díaz, parroquia Manuel Renauld. Específicamente en las comunidades de Mujabaina de Bonoina, Yarita y Kuarejoro de Guayo, y fueron el resultado de cuadros crónicos de diarrea, vómito y deshidratación.
Todos los pequeños pertenecen al pueblo indígena warao, en edades comprendidas entre 1 y 3 años. En la comunidad Yarita, los niños fallecieron entre los días 26 y 27 producto de una aguda diarrea acompañada de vómitos y fiebre. El día viernes, 26 de enero, murieron dos niños de una misma familia en la comunidad de Kuarejoro. Los infantes fallecidos tenían siete meses y tres años respectivamente.
El equipo del Observatorio de Derechos Indígenas Kapé Kapé se hizo presente en las comunidades para constatar la veracidad de los hechos y recogió los argumentos y las pruebas fotográficas. De acuerdo a los testimonios de los padres, “son varias muertes, los niños mueren sin remedios, primero le da diarrea con vómito y acompañado con fiebre que mata a los niños en pocos días”, señala Antonio Campero. Los ambulatorios más cercanos son las medicaturas de Nabasanuka y San Francisco de Guayo, en las parroquias Manuel Renauld y Padre Barral.
Según testimonios de los parientes, los padres acudieron a los ambulatorios, sin embargo le informaron que no contaban con medicina e insumos médicos “ni siquiera con una gasa para atender a los pacientes”. El día 28 de enero falleció sin atención médica una indígena de 65 años, en la comunidad de Bonoina, parroquia Manuel Renauld.
En las comunidades visitadas: Manacal, Morichito, Kuarejoro, Yarita, Jerejisbanoko, Warowaro, Cuyubini y Bonoina, los padres indígenas alertaron sobre la presencia de tosferina entre la población warao, y que está atacando con mayor fuerza a los niños y jóvenes. La población afectada consume agua directa del río sin ningún tratamiento, no cuentan con redes de excretas, ni servicios básicos.
El municipio Antonio Díaz es la localidad con mayor población indígena warao. De acuerdo al censo poblacional del 2011, cuenta con una población de 26.661 que pertenece a este pueblo. A la luz de esta cruda realidad que están viviendo los indígenas waraos, especialmente quienes viven en las zonas más alejadas, Kapé Kapé enciende las alarmas para que el Estado propicie las medidas necesarias para poner fin a la mortandad y precarias condiciones de vida en las que viven estas comunidades.
Sólo garantizando programas de salud tanto de emergencia, como preventivos y garantizando su continuidad podrá cambiar esta realidad que hace más evidente la brecha de inequidad entre las condiciones de salud de las poblaciones indígenas.
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/mas/salud/item/62089-hambre-y-desatencion-medica-condenaron-a-muerte-a-siete-ninos-en-delta-amacuro.]
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