Jimmy Roque (El Guardabosques)
El precio de las bicicletas en las tiendas estatales cubanas oscila hoy entre los 150 y los 250 CUC, todas importadas. Mientras, los ciclos construidos en una fábrica nacional, que son de muy mala calidad, se venden a 100 CUC, precio todavía fuera del alcance del bolsillo de los cubanos de a pie.
El precio de las bicicletas en las tiendas estatales cubanas oscila hoy entre los 150 y los 250 CUC, todas importadas. Mientras, los ciclos construidos en una fábrica nacional, que son de muy mala calidad, se venden a 100 CUC, precio todavía fuera del alcance del bolsillo de los cubanos de a pie.
La caída en los años 90 del campo socialista, principal proveedor de petróleo a la isla, provocó una aguda crisis en el país, y el transporte público, que siempre estuvo malo, colapsó. Por esa razón, el gobierno cubano estimuló el uso de la bicicleta como medio de transporte durante el llamado Periodo Especial. La estrategia fue acertada y aceptada. Se introdujeron en el país millones de bicicletas chinas, sobre todo de la marca Forever, las cuales se otorgaban como estímulo a los trabajadores y estudiantes.
En la capital se prepararon las condiciones para la seguridad de este medio de transporte que se volvió masivo en esos años. Se crearon ciclovías, se dispuso de parqueos en casi todos los sitios públicos, se vendían piezas y accesorios a precios muy bajos. Casi todos los cubanos que lo deseamos pudimos tener una bicicleta, era además la mejor y a veces única opción de transporte.
Con la llegada de Hugo Chávez al poder en la Venezuela petrolera y con la recuperación de la economía cubana a finales de los 90, esta realidad comenzó a cambiar. Venezuela garantizaba a Cuba el petróleo que necesitaba, de esta manera el transporte público automotor se fue recuperando paulatinamente (siempre de manera mediocre). Así, se fue desestimulando el uso de la bicicleta como medio de transporte. Junto a la recuperación económica el Estado dejó de vender los ciclos, y las piezas fueron desapareciendo poco a poco de las tiendas. Años más tarde también comenzaron a desaparecer los parqueos de bicicletas, hasta casi extinguirse.
En la actualidad existen muchos parqueos de automóviles y motos, los que a veces, si les place, acceden a cuidar las bicicletas siempre que estas tengan candado para asegurarlas. Uno de los pocos parqueos de bicicletas que aún quedaban en La Habana se encontraba ubicado en la Heladería Coppelia. Ahora el parqueo ha sido reparado, y en el proceso fue eliminada la zona dedicada y preparada para el parqueo de bicicletas.
Si durante el período de menos solvencia económica el país pudo importar millones de bicicletas ¿cómo es posible que ahora no pueda importar un numero quizás menor? La situación del transporte público continúa siendo un asunto sin solucionar, y esta sería una vía para su resolución. Además, podría ser una fuente de ingresos si se introdujera un sistema de alquiler de bicicletas, como existe en muchos países y, como comentaron hace unos años funcionarios gubernamentales que se estaba estudiando la introducción en el país de este sistema.
Por otro lado, un país en el que se supone que la atención a la salud sea ante todo profiláctica, preventiva, el uso de la bicicleta contribuiría a lograr este objetivo. Ello sin contar, por supuesto, el gran aporte que estaríamos haciendo a la protección del medioambiente, al promover un medio de transporte completamente no contaminante, una mejor calidad del aire, así como la reducción del ruido y el peligro en la vía.
Es un medio de transporte sano, ecológico, sostenible y económico, válido para trasladarse tanto por ciudad como por zonas rurales. Su uso está generalizado en la mayor parte de Europa, y llega a ser en algunos países, uno de los principales medios de transporte.
Lamentablemente, la dependencia petrolera y el deseo desarrollista del gobierno cubano no le permite pensar en soluciones ecológicas, saludables y ventajosas para todos y todas. El pueblo no es lo primero, está claro.
[Publicado originalmente en el boletín ecológico El Guardabosques # 8, La Habana, septiembre-octubre 2017. Numero completo accesible en https://elguardabosquescuba.wordpress.com.]
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