Mariana
Ser o no ser, esa es la cuestión.
¿Qué es más noble para el alma
sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna
o tomar las armas contra un mar de adversidades y,
oponiéndose a ella, encontrar el fin?
Hamlet
Una vez más, Venezuela va a elecciones, aunque no se sabe muy bien para qué. O mejor, se sabe pero no se dice abiertamente y lo que se dice es una posverdad. Porque para los venezolanos de a pie está claro que con esta elección nada va a cambiar y, si cambia, va pa’pior Por eso hay una atmósfera de no participar que incluso algunos dirigentes han asumido públicamente. Pero entones ¿por qué vamos? Por una maniobra de los partidos políticos, oficialistas y opositores de la MUD, que en esto si han acordado (como lo dice Nico y niega la oposición), para reacomodarse y no perder la conducción política del país, aunque esto cueste agravar la desastre socioeconómico en que vivimos. Fue moralmente grosero e intelectualmente inexplicable que un día la gente estuviera enfrentando a la represión, y muriendo para, en pocas horas, pasar, oficialistas y opositores, a una campaña electoral pacífica, ordenada por una ilegal Constituyente a la cual todos obedecieron, Este es un ejercicio para buscar razones de este acuerdo no reconocido.
Ser o no ser, esa es la cuestión.
¿Qué es más noble para el alma
sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna
o tomar las armas contra un mar de adversidades y,
oponiéndose a ella, encontrar el fin?
Hamlet
Una vez más, Venezuela va a elecciones, aunque no se sabe muy bien para qué. O mejor, se sabe pero no se dice abiertamente y lo que se dice es una posverdad. Porque para los venezolanos de a pie está claro que con esta elección nada va a cambiar y, si cambia, va pa’pior Por eso hay una atmósfera de no participar que incluso algunos dirigentes han asumido públicamente. Pero entones ¿por qué vamos? Por una maniobra de los partidos políticos, oficialistas y opositores de la MUD, que en esto si han acordado (como lo dice Nico y niega la oposición), para reacomodarse y no perder la conducción política del país, aunque esto cueste agravar la desastre socioeconómico en que vivimos. Fue moralmente grosero e intelectualmente inexplicable que un día la gente estuviera enfrentando a la represión, y muriendo para, en pocas horas, pasar, oficialistas y opositores, a una campaña electoral pacífica, ordenada por una ilegal Constituyente a la cual todos obedecieron, Este es un ejercicio para buscar razones de este acuerdo no reconocido.
Sin duda que el Fachochavismo tiene que permitir alguna elección porque en el mundo está más solo que la una, en el frente interno las gloriosas FANB no quieren cargar con tantos muertos porque los dólares se ven cada vez más lejos, no hay lugar para tantos presos como pretende Diosdado y el planeta empieza a mirar a la dictadura como a un leproso político. En fin, no la voy a hacer larga sólo que a Delcy la tuvieron que sacar de la Cancillería porque en las reuniones internacionales no la saludaba ni el portero y Nico tiene que salir del Kremlin por la puerta de atrás son señales claras. Una elección, aunque se pierda, afloja algo de presión.
Que la oposición electorera obtenga unos cuantos gobernadores, no es problema para el oficialismo, puede que al contrario. Ya pasó antes, cuando perdió la AN y la oposición, en mejores condiciones, mostró la incapacidad de que estaba hecha y Maduro terminó fortalecido, gobernando por decreto. frente una asamblea pacífica, sin músculo político, ni sapiencia, ni interés. Ahora, por un lado, quiérase o no, el gobierno tiene la ANC, las legislaturas locales, los jefes militares de las regiones,el recurso probado de los "protectores", como en Miranda y en Caracasy Nico decide sobre el presupuesto que manda a los estados. Serán gobernadores de cartón piedra, o rehenes, porque, de partida, el primer problema es lidiar con un mundo de gente oficialista en su personala los que no van a poder echar, porque si lo hacen van a tener las primeras revueltas, apoyadas por militares y gobierno central, por lo que van a ser gobernadores con el Caballo de Troya metido dentro. De hecho, a Nico le puede convenir porque podrá arrinconara a los gobernadores con las protestas, que son los que van a tener que frenarlas. Si no lo hicieran, como ya sucedió con varios alcaldes,se los va a hacer responsablesy dan excusa para sacarlos o huyan. Y, si no se da, eso distrae local e internacionalmente, y gana tiempo. Así, les queda hacer buena letra con la ANC, los militares, y Nico, si quieren pagar sueldos, y berrear como niños en las redes. Como dice Nico, con la ANC y ahora sus elecciones llegó la paz a Venezuela.
Mientras tanto, el gobierno seguirá con su chantaje para ganar votos porque el estado es el primer patrón del país y, aunque sea mala paga, es la única y la alternativa es comer de la basura. Así que gobernaciones van a ganar, menos que antes pero bastarán para salvar la cara y darse un baño de democracia que buena falta les hace. Y, en último recurso, siempre están la Tibisay y su servil CNE y el Maikel y su banda del TSJ, que la Asamblea Nacional de mayoría opositora no pudo, no quiso o no supo cambiar. Palo y zanahoria o franco chantaje, siguen siendo viejas recetas pero, con esta oposición, funcionan.
Del lado de la oposición agrupada en la MUD, es más necesaria que nunca la elección. Luego de los meses de revueltas, la dirigencia de los partidos perdió mucho del control de sus huestes, en especial con su ineptitud y la gente impuso sus reclamos, su resistencia, y sufrió gases, corridas, asaltos, sus presos, y muertos. Además, muchos líderes medios fueron a la cárcel por lo que hay que recomponer filas entre los sobrevivientes y poner orden. Una elección es lo mejor para encuadrar a la gente y tener alguna victoria que mostrar después de haber recibido tantas derrotas en el 2017, en especial porque las gobernaciones -apenas útiles para repartir algunas migajas clientelares- son triunfos meramente simbólicos que nada importante cambiarán, al punto que así lo han reconocido los candidatos.
Pero además, las elecciones son siempre momentos importantes de recaudación de fondos porque, en todas partes, hay financistas políticos que invierten, como en cualquier negocio, en elecciones y la oposición se estaba quedando si recursos. Un triunfo trae dinero y, como ese dinero lo maneja la dirigencia, retoma en el banco el control perdido en la calle con sus errores y metidas de pata. El caso paradigmático es AD que, de ser un muerto insepulto, logró colar unos cuantos candidatos y, seguramente recibirá fondos de los que, como todos los otros partidos, no darán cuenta ni de cuanto, ni de quien, ni qué destino final tuvieron.
Aunque es claro que esto no mejorará la situación de la gente, opera el chantaje de "somos demócratas y vamos contra la dictadura por la única vía pacífica, la electoral". Como si fuera un triunfo ir a elecciones cuando el gobierno quiere, en las condiciones que quiere, con el árbitro que quiere para los cargos que quiere, pasiva y resignadamente como si democracia fuera sinónimo de sumisión y obediencia a los jefes y no de acción ciudadana. A lo mejor es así, pero eso no nos lo dijeron. Por otra parte, pensemos que a Hitler, Mussolini los Castro, Sadam, Stalin, Franco, los soviéticos de Hungría o de Checoslovaquia, los norteamericanos de Vietnam, los blancos racistas de Sudáfrica, los ingleses de la India o los españoles de Sudamérica no los habrían sacado solamente con votos en elecciones como estas. Igual que el discurso de la izquierda tradicional, los Moises de la oposición dicen que nos esperan 40 años de travesía por el desierto para llegar a la Venezuela Prometida sin Fachochavismo. Pero recordemos que hay otros caminos como lo señalaron los tres meses de protestas a las que nadie reconoce que por ellas se dieron estos concertados simulacros.
Que no se va a resolver nada es porque nuestros políticos, oficialistas y opositores han mostrado que sirven para chantajear con elecciones, no para gobernar. Y ya vienen las presidenciales del 2018, por lo que todos están ya en campaña y el año que viene es otra vez electoral, como ya lo anunció Ramos Allup, que se salió con la suya en ésta por arrancar primero. En Venezuela la lucha política no es como dijo Clinton: "la economía estúpido", o como decimos los anarquistas por la gente, sino por controlar, por mandar, por figurar, por tomar un pedazo de la torta para los dirigentes porque han mostrado que eso no es lo más importante,sino lo único. La gente, es lo de menos en esta elección y, subyugada por unos y otros, solo le queda ir a votar. Sigue valiendo la alternativa hamletiana de resignarse a sufrir los golpes de la injusta fortuna u oponerse con las mejores armas que podamos descubrir, preferentemente sin dejar la vida en ello porque Hamlet es un drama y la vida, no debe serlo.
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