Para ver el documental ingresa en: http://vimeo.com/83847726
Por Alerta
Amazónica
12 de
enero, 2014.-
El río Urubamba descarga sus aguas de los nevados del Cuzco a los
remansos del río Ucayali, en la población amazónica de Atalaya. Abrigadas en
sus meandros, decenas de comunidades nativas tienen su cordón umbilical unido
al río. El río es camino y despensa a la vez: de él se alimentan y se comunican
con las comunidades y pueblos vecinos para comerciar e intercambiar productos.
Un crisol de culturas amazónicas se reparten el río y sus arroyos tributarios.
Alrededor del fiero Pongo de Mainique, cuya navegabilidad es reservada para los
más diestros motoristas de las “lanchas pongueras”, las comunidades
machiguengas se reparten la selva hasta bien entrado Sepahua. En la orilla
derecha, abrigados por la impenetrable selva – hoy protegida bajo la forma de
Reserva Territorial Naha Kugakapori Nanti- todavía sobreviven culturas que
resisten a la asimilación de occidente. Son grupos de las culturas Nahua, Nanti
y Machiguenga que voluntariamente rehúsan el contacto. A partir de Sepahua, una
pequeña babilonia con presencia de 7 etnias, las comunidades se intercalan
entre las culturas yine yami, ashaninka, machiguenga, kakinte y amahuaca.
Pero el
río, y también el extenso territorio descrito, se ve hoy modificado por la
penetrante presencia de las corporaciones petroleras que explotan el gas de
Camisea. Son 4 lotes petroleros con más de un millón de hectáreas de
continuidad concesionada. Una pisada industrial sin precedentes que interviene
el espacio y la vida de los pueblos del Bajo Urubamba. La perforación de pozos,
el tendido de gasoductos, la apertura de sendas, el sobrevuelo de aviones y
helicópteros, la invasión poblacional de trabajadores son algunos de los
impactos visibles. Lo que no se ve, peor aún, son los impactos persistentes
acumulados en forma de metales pesados disueltos en los ríos y los suelos.
Impactos que deterioran y degradan irreversiblemente la calidad de vida de sus
habitantes. En un círculo vicioso que se retroalimenta, con el descenso de la
pesca y la caza afectadas por esta invasión territorial, los comunarios buscan
se entregan a los precarios trabajos que ofrecen las corporaciones. Y las
comunidades aceptan las dádivas de la petrolera que se acaba sustituyendo al
Estado en sus atribuciones. Algo que se agrava para los pueblos en aislamiento
voluntario, cuyo territorio se ve aceleradamente intervenido por los planes en
marcha de Pluspetrol para perforar 17 nuevos pozos en el interior de la Reserva
Territorial.
Sin
testigos. Corporaciones
versus comunidades.
Reflexionar
sobre el choque cultural de las dos orillas del proceso de industrialización
gasífera que describe el Urubamba, fue el motivo que empujó a rodar el
documental “Alerta Amazónica, pueblos acorralados por el gas”. En él se
describe los anhelos del pueblo machiguenga por defender el Santuario Megantoni
del tendido de gasoductos. Se transita por comunidades atrapadas en los lotes
88, 57 y 56, donde empresas como Repsol o Pluspetrol pasean como Pedro por su
casa. También se cuestiona el desembarco asistencialista que estas
corporaciones aplican a las comunidades, con una política de Relacionamiento
Comunitario con tintes racistas, algo que el documental sabe desenmascarar a
través de imágenes inéditas donde personeros de la compañía, se expresan parapetrados
sin tapujos ni ornamentos de lenguaje. ” Las comunidades sólo saben mendigar” o
“en los ríos no se pesca”, son algunas de las guindas disparadas por los
portavoces de Repsol.
No en
vano, Marc Gavaldà, director de la película, es un activista experimentado
sobre el accionar de esta compañía en el mundo. Desde hace más de 15 años , sus
monitoreos sobre el terreno en América Latina han dado como resultado la
publicación de 7 libros, publicados y reeditados en varios países. En su última
obra, Gas Amazónico
(1) , reconstruye la quimérica historia del pueblo Nahua, contactado por la
Shell en 1984, cuyo debacle poblacional y cultural se agudizará con la
ampliación del proyecto Camisea selva adentro, advierte.
Sin
embargo, el documental da voz también a las voces disonantes del río:
pescadores, madres, abuelos y organizaciones indígenas articulan un discurso de
protesta y resistencia, que vincula la triste realidad con la esperanza de
articular posiciones firmes de dignidad, para cambiar el destino, calculado en
volúmenes de gas, que han programado las corporaciones petroleras en el río
Urubamba. En definitiva, en un momento histórico de erosión cultural de los
pueblos amazónicos sin precedentes, la difusión de las imágenes de Alerta
Amazónica entre los pueblos amazónicos, sus organizaciones, pero también entre
la población urbana del Perú será un aporte constructivo para formar posiciones
más críticas en el fenómeno industrializante que vive la cuenca del río
Urubamba.
Nota:
(1)
GAVALDÀ, Marc, Gas Amazónico, Icaria Editorial, Barcelona, 2013. http://icariaeditorial.com/libros.php?id=1386
Más
información:
-
Blog de Alerta Amazónica: http://alertamazonica.wordpress.com
-
Documental “Los Nahua, 20 años después”: http://vimeo.com/44744294
–
Documental “Alerta
Amazónica”: https://vimeo.com/83847726
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