Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” - Maracay
La indagación realizada por Acción Solidaria Contra el Sida (Accsi) en su “Infome Venezuela 2013”, reporta el aumento de crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género, los motivados por la aversión, la discriminación, el odio hacia las personas lesbianas, gays, travestis, trans, bisexuales o intersexuales y, aun considerando el subregistro existente, se documentan 46 asesinatos entre 2009 y 2013. Sólo en los primeros 8 meses del año pasado se registraron 14 casos, el más violento del registro.
La Gran Caracas, Zulia y Aragua son los estados que van a la cabeza en los asesinatos. Alberto Nieves y Argenis Mondragón autores del informe, señalan “lo alarmante de la saña y barbarie existente en varios de los casos de asesinatos y agresiones de personas de la diversidad sexual” y, que quienes resultan más afectadas por los crímenes de odio son las personas trans.
Además de los crímenes, preocupa la indolencia ante estos sucesos que hablan - además del país violento - de una sociedad machista que no tiene capacidad de reflexionar sobre la manera como sigue construyendo los valores de la masculinidad con altos contenidos de violencia ni incorpora en el sistema educativo un plan ni un plancito para poder modificar lo presente, a pesar de las trágicas consecuencias. Escuchar lo que dicen los niños en el colegio sobre los niños que supuestamente son diferentes a ellos y sobre las niñas, es igual o demasiado parecido a lo que decían hace cincuenta años. Escuchar lo que dicen los jóvenes es cada vez más penoso.
Creemos que el desinterés o la falta de compasión por la muerte de las personas del colectivo LGBTTTI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual), como si por alguna razón no tuvieran el mismo estatus de persona que los heterosexuales puros, igual que pasaba o pasa con los crímenes raciales, más la falta de políticas de sensibilización y la impunidad, tan común e instalada en el país, favorecen el crimen de odio por orientación sexual. Le podemos sumar los discursos públicos de parte de políticos al tratar de insultar a sus oponentes ubicándolos en categorías de gays, lesbianas y otros, más el contenido del humor denigrante de ciertos chistes y programas televisivos, suman para un mensaje desalentador en la construcción de una sociedad democrática en la que cada persona debe gozar de todos sus derechos y de su libertad plena.
Los avances legislativos sirven de poco si no van acompañados de cambios educativos que ayuden a humanizarnos, a pensar críticamente para superar los sistemas de creencias discriminatorios y deshonrosos para la dignidad humana. Qué fácil es ver la paja en el ojo del talibán…
La indagación realizada por Acción Solidaria Contra el Sida (Accsi) en su “Infome Venezuela 2013”, reporta el aumento de crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género, los motivados por la aversión, la discriminación, el odio hacia las personas lesbianas, gays, travestis, trans, bisexuales o intersexuales y, aun considerando el subregistro existente, se documentan 46 asesinatos entre 2009 y 2013. Sólo en los primeros 8 meses del año pasado se registraron 14 casos, el más violento del registro.
La Gran Caracas, Zulia y Aragua son los estados que van a la cabeza en los asesinatos. Alberto Nieves y Argenis Mondragón autores del informe, señalan “lo alarmante de la saña y barbarie existente en varios de los casos de asesinatos y agresiones de personas de la diversidad sexual” y, que quienes resultan más afectadas por los crímenes de odio son las personas trans.
Además de los crímenes, preocupa la indolencia ante estos sucesos que hablan - además del país violento - de una sociedad machista que no tiene capacidad de reflexionar sobre la manera como sigue construyendo los valores de la masculinidad con altos contenidos de violencia ni incorpora en el sistema educativo un plan ni un plancito para poder modificar lo presente, a pesar de las trágicas consecuencias. Escuchar lo que dicen los niños en el colegio sobre los niños que supuestamente son diferentes a ellos y sobre las niñas, es igual o demasiado parecido a lo que decían hace cincuenta años. Escuchar lo que dicen los jóvenes es cada vez más penoso.
Creemos que el desinterés o la falta de compasión por la muerte de las personas del colectivo LGBTTTI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual), como si por alguna razón no tuvieran el mismo estatus de persona que los heterosexuales puros, igual que pasaba o pasa con los crímenes raciales, más la falta de políticas de sensibilización y la impunidad, tan común e instalada en el país, favorecen el crimen de odio por orientación sexual. Le podemos sumar los discursos públicos de parte de políticos al tratar de insultar a sus oponentes ubicándolos en categorías de gays, lesbianas y otros, más el contenido del humor denigrante de ciertos chistes y programas televisivos, suman para un mensaje desalentador en la construcción de una sociedad democrática en la que cada persona debe gozar de todos sus derechos y de su libertad plena.
Los avances legislativos sirven de poco si no van acompañados de cambios educativos que ayuden a humanizarnos, a pensar críticamente para superar los sistemas de creencias discriminatorios y deshonrosos para la dignidad humana. Qué fácil es ver la paja en el ojo del talibán…
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