Amigos/as de El Libertario: Copio un texto de Elie Wiesel que me hacen llegar a propósito de los tiempos que vivimos en Venezuela. Pasan muchas cosas, pasan de lado, pero siguen pasando. Creo importante que todos comencemos a ver un poco más allá de nuestras narices, de nuestras preferencias y diferencias. Venezuela probablemente esté ahora entrando en un túnel -el peor de los escenarios posibles- y necesita del concurso de todos. La indiferencia es un lujo que no podemos permitirnos. MLH
Textos tomados de "Los peligros de la indiferencia", de Elie Wiesel, sobreviviente del holocausto y Premio Nobel de la Paz
Etimológicamente, la palabra indiferencia significa “no hay diferencia”. Un estado extraño e innatural en el cual, las lineas entre luz y oscuridad, anochecer y amanecer, crimen y castigo, crueldad y compasión, bien y mal, se funden.
Cuales son sus cursos y sus inescapables consecuencias? ¿Es concebible una filosofía de la indiferencia? ¿Puede uno ver la indiferencia como virtud? Es necesario, de vez en cuando, practicarla, simplemente para conservar nuestra sanidad, vivir normalmente, disfrutar una buena comida y un vaso de vino, mientras el mundo alrededor nuestro experimenta una terrible experiencia.
Por supuesto, la indiferencia puede ser tentadora, seductora. Es mucho mas fácil alejarse de las víctimas. Es, después de todo, torpe, problemático, estar envuelto en dolores y desesperanzas de otra persona.
Allí, detrás de las puertas negras de Auschwitz, los prisioneros mas trágicos eran, como eran llamados, los “Muselmanne”. No sentían más dolor, hambre, sed. No le temían a nada. No sentían nada. Estaban muertos y no lo sabían.
En cierta forma, ser indiferente a ese sufrimiento es lo que hace al ser humano en inhumano. Indiferencia, después de todo, es mas peligroso que la ira o el odio.La i Indiferencia no obtiene respuesta. Indiferencia no es una respuesta.
La indiferencia no es el comienzo; es el final. Y por lo tanto, indiferencia es siempre el amigo del enemigo porque se beneficia del agresor, nunca de su víctima, cuyo dolor es magnificado cuando el o ella se sienten olvidados. No ofrecerles una chispa de esperanza es como exiliarlos de la memoria humana. Y al negarles su humanidad traicionamos nuestra propia humanidad.
Indiferencia, entonces, no es s olo un pecado, es un castigo. Y es una de las mas importantes lecciones de la amplia gama de experimentos del bien y el mal del siglo pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.