Redacción
La crónica del hato El Frio y la manera cómo se cuenta es ejemplo, entre muchos otros, de la peculiar historia de propiedad de la tierra en Venezuela. En este caso la comenzaremos desde la rebatiña de "haberes de guerra" en beneficio de los jefes militares con posterioridad a la Guerra de Independencia, donde esta posesión es uno de tantos botines que fueron a dar en manos de José Antonio Paéz. A comienzos del siglo XX, los herederos del caudillo llanero venden la propiedad al avispado médico tachirense Samuel Dario Maldonado, quien se convierte en gran terrateniente beneficiándose de su estrecha relación con los dictadores andinos Castro y Gómez, que por largos años dominaron el país.
Con el correr del tiempo Maldonado y sus herederos familiares diversificaron sus intereses económicos hacia los seguros (La Previsora), la banca y otras actividades capitalistas urbanas, así que para fines del siglo XX era un grupo económico importante en el país, para el cual las actividades agropecuarias ya no tenían el rol prioritario de otros tiempos, de modo que incluso resultaba de buen tono para el conglomerado empresarial y su imagen corporativa destinar parte del hato El Frio a ser "ejemplo de responsabilidad social empresarial", como asiento de estación biológica y reserva protegida de biosfera, como establecimiento pionero del "turismo ecológico" en Venezuela, y hasta como set provilegiado para filmar documentales ambientalistas. Esta operación de marketing dio resultado, pues tanto nacional como internacionalmente la imagen que vendía el hato El Frio se hizo conocida así como sus proclamadas virtudes de iniciativa empresarial conservacionista.
Pero con Hugo Chávez y su vociferante "revolución" las cosas cambiarían. El 23 de marzo de 2009 el propio Chávez anuncia la expropiación del hato El Frio con sus 26 leguas de superficie, 26.000 cabezas de ganado, unos 2.000 caballos criollos y abundante fauna silvestre acrecentada por criaderosa de chiguires, babas, caimanes y pavones El Decreto 6.657 integraba al hato en un “Sistema de Producción Agroecológica Sustentable” controlado por el Estado, pasando ahora a denominarse "Empresa Socialista Ganadera Agroecológica Marisela", denominación que venía de la celebre novela de Romulo Gallegos, aunque en vistas a lo que sucedería despues, hubiese sido más apropiado bautizarla como "Doña Bárbara".
Anunciada la expropiación, el personal de la estación biológica fue obligado a abandonar las instalaciones en un plazo de dos horas. Atrás quedaron los libros y las anotaciones, los frascos con las muestras y las gavetas con los especímenes disecados. Todo fue destruido. En el medio del patio, después de una nada frugal comilona, los nuevos “dueños” sacaron todos los implementos y libros de la estación biológica y en una gran pira los quemaron. Una gran "liberación". Nunca más serían dominados por el conocimiento extranjero y todos construirían una nueva forma comunal de conocimiento. Luego desmantelaron la casona, que había sido de Páez, y fueron enviando sigilosamente a los mataderos de El Baúl y Mantecal las cabezas de ganado. Como administrador de la flamante empresa estaba Alejandro Espejo, a quien aparentemente el haber sido uno de los acusados en el caso de Puente Llaguno daba las calificaciones para ese cargo.
La cría de pavones fue desmantelada y los peces se vendieron como "comida para el pueblo". Los chiguires, babas y caimanes simplemente desaparecieron. De la escuela para los hijos de los trabajadores y el comedor para el personal del hato nunca más se supo. Ni al ministro de Agricultura de ese momento (Elías Jaua, que ha paseado su estultucia por diversos altos cargos en la era chavomadurista) ni a ningún tecnico o asesor "rojo-rojito" parecio importarle que sembrar arroz es lo menos apropiado en los suelos acidos de la región, así que se llenaron la boca prometiendo cosechas extraordinarias que nunca habría. Lo poco que se cosechó en aquellos años fue porque regaron los precarios cultivos con camiones cisternas para que Chávez viera algo si se le ocurría visitar El Frío. El sitio de Facebook donde se iban asentando los supuestos progresos de la E.S.G.A. "Marisela" (https://www.facebook.com/empresasocialistaganaderaagroecologica.marisela) proclamó logros y faustos hasta que enmudeció en septiembre de 2012...
Las noticiasmás recientes -de antes de la pandemia- (https://puntodecorte.com/exclusiva-pdc-fotos-conozca-que-paso-con-el-hato-el-frio-de-apure-expropiado-en-2008) asoman que la única actividad que se mantiene es la de un denominado “centro de capacitación sociopolítica” para “fortalecer la conciencia de los campesinos, en la defensa integral de la Revolución Bolivariana”, donde se estaría preparando a los equivalentes rurales de los tenebrosos colectivos urbanos que la dictadura emplea con fines de represión y amedrentamiento contra las protestas
En conclusión, si bajo la propiedad privada capitalista el hato El Frio fungía de mascaron de proa de negociantes que se hicieron y consolidaron por sus nexos con el Estado rentista, bajo el capitalismo de Estado rapaz y decadente de la dictadura chavomadurista no se tiene siquiera la menor intención o voluntad de que allí haya algo en algún modo positivo para la comunidad.
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