Marciano Junior Maraschin
Nosotr@s, anarquistas entendemos el mundo y, junto con él, toda su deslumbrante diversidad biológica, su multiforme riqueza natural, formada por todas las especies, cadenas de seres vivos y elementos transitorios cohesivos, al unísono, a todos nuestros seres humanos semejantes: Únicos, nuestros iguales, más sublimes y verdaderos hermanos. Ni siquiera podíamos imaginarlos, como meros bienes desechables y efímeros, algo tan de moda en nuestro tiempo, utilizados únicamente para la satisfacción y el placer personal; mucho menos, podríamos tolerarlos, idolatrarlos como nuestros supuestos líderes, dueños, superiores, jefes o amos.
Los vemos de la manera más elemental, y al mismo tiempo, lo más alto posible. Los percibimos como ewtando y siendo parte de un organismo social, Uno, planetario, viviente, inseparable, complejo e interconectado con millones de conexiones posibles, íntimamente conscientes de algo mayor - incluso podría describirlo aquí como “un colectivo universal” - devenir, comprender y ser así, inevitablemente solidario.
Los vemos como amigos imprescindibles, fraternos, cómplices de nuestra esperanza incansable y universal, que nos ha sido robada durante siglos, y que, ahora prostituida, clama como trueno en nuestras gargantas por la Justicia ardiente, sedienta, plena y libertaria. L@s anarquistas estamos despiert@s, somos como el “primer hombre” (en el viejo mito de Platón), donde, liberándose de su miedo interior (originado por temores colectivos), abandonó la cueva de sombras que habitaba en busca de su sueño, de su mundo mágico, fascinante y real. Como mencionó el “primer hombre”, también imaginamos, creemos y, para ser sincero, estamos completamente seguros de que podemos transmutar este mundo de sombras y despojos en un mundo de encanto, abundancia y vida… Un mundo solidario, con flores, miel, cultura, trabajo, arte, dignidad, libertad y sobre todo, pan para todos.
Este mundo sería como el resplandor sereno de una nueva mañana reflejada en el sol indulgente y devoto para nosotr@s. NosotrQs, anarquistas, vigilantes, sabemos perfectamente que todas nuestras acciones individualistas mal planificadas interfieren, directa y drásticamente, en el movimiento conjunto, sui generis global, y en la conexión de todas las interdependencias humanas. Estamos plenamente convencidos de que todos los sistemas previamente y erróneamente teorizados, formulados en jerarquías, en clases, en acumulación de capital y monopolios, han fallado. Estos sistemas, en su totalidad, sólo nos enseñaron cómo el hombre puede ser corrupto, malo, opresivo, presuntuoso, dictador, soberbio, autoritario y tirano hacia sus semejantes, si les dejan asumir o delegar el poder.
Hace mucho que somos conscientes de la total ineficacia del "orden" burgués establecido. Este "orden" está formado por iglesias, bancos, oligarquías, escuelas, conglomerados megalómanos de inversionistas monetarios que lucran exorbitantemente de la miseria y la falta de educación del pueblo, por la policía, los ejércitos, por la propiedad privada de los terratenientes hereditarios, por el aparato corrupto, enfermizo. y retardatario del Estado, por las fronteras, por las barreras físicas y mentales instituidas por la ley y en los decretos religiosos, por los medios de difusión masiva, por los juegos de alienación masiva, por las mentiras repetidamente propagadas y difundidas por los periódicos, radios y televisiones a l@s hambrient@s incult@s y desorientad@s.
¡L@s anarquistas buscamos la emancipación total y la libertad humana! Esta libertad, que encontrará su totalidad y refugio en la libre asociación de las individualidades conscientes, en la voluntad intrínseca de hombres y mujeres -con iguales derechos y deberes- en querer trascender las formas de condicionamiento actuales, brutales y asesinass. Formas nuevas de enseñanza, aprendizaje y educación para las generaciones futuras, basadas en la razón de sus mentes y la complaciente soberanía de la Ciencia.
La humanidad emancipada, dueña de sí misma, que ya no está subyugada desde su nacimiento como lo ha estado durante siglos, se dará cuenta de que la libertad solo puede ser vivida plenamente por tod@s en la comunión de la igualdad social, igualdad: política y también económica. La libertad, a veces referida en cuentos o novelas por la clase privilegiada, nunca es verdaderamente ilustrada o asimilada por completo porque la gran y vilipendiada mayoría del pueblo, por no tener los medios de producción y subsistencia, y tampoco teniendo acceso a la educación integral, sucumbe a su esclavitud e ignorancia. L@s anarquistas nos oponemos totalmente a las formas actuales de división del trabajo, trabajo por partes, mecánico, repetitivo, nocivo y hostil. L@s anarquistas somos conscientes de que ningúna persona ha recibido o heredado de la naturaleza el derecho a explotar, esclavizar y gobernar a otras personas. Las religiones, como todos los gobiernos actuales, la propiedad privada hereditaria de tierras, las castas sociales ricas y los privilegios jerárquicos son meras invenciones de la mente humana profana, ambiciosa y egoísta. ¡Es hora de destruir todas estas ilusiones! ¡Viva la anarquía! ¡El amor se comparte ahora mismo !
[Texto original en portugués en https://photoatelier.org/2020/09/25/manifesto-anarquista-texto-dedicado-a-errico-malatesta. Traducido por la Redacción de El Libertario.]
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