Diego Fernández R.
Entrado
en materia y a forma de conclusión, la clave anarquista en el pensamiento del
filósofo francés Foucault (1987) empieza con el primer problema afrontado por
él: “la libertad”, que se encuentra ligado inescindiblemente con el pensamiento
libertario que ha de configurar las
tesis anarquistas con sus diferentes matices a lo largo de su construcción
conceptual.
En
su primera etapa, el pensamiento del filósofo francés centra su atención en la
libertad para concluir su inexistencia en un contexto en el cual el individuo
se encuentra instrumentalizado para ser funcional al aparato productivo; de
aquel primer hallazgo Foucault desplaza su atención a las arquitecturas o
mecanismos de ejercicio del poder con la vigilancia y la disciplina como su
táctica y estrategia.
De
igual forma, en La verdad y las formas jurídicas (Foucault, 2000), libro
que es una recopilación de sus conferencias en diferentes escenarios, este
autor examina cómo el conocimiento es una construcción social ligada al discurso
dominante en la legitimación de las estructuras de poder, la cual se transforma
en una prisión inmaterial a los individuos que nacen en un determinado
contexto. Dichas reflexiones del filósofo francés son una provocación a la reflexión
sobre las arquitecturas de la dominación desde el discurso que justificara
privilegios e intereses económicos. En una tercera etapa, aborda un problema ético
del cuidado de sí desarrollado en la Hermenéutica del sujeto, que puede entenderse
como un principio de solidaridad en la medida que no constituye una apropiación
del esfuerzo ajeno.
Ampliando
el punto, la clave anarquista en el pensamiento de Foucault (2000) se encuentra
en la inconformidad intrínseca a sus reflexiones, en sus arqueologías del poder
y de las formas sociales que desvelan desde el análisis histórico la
intencionalidad de las estructuras de poder, las formas de opresión y los
actores en los entramados del poder. Sus cuestionamientos ponen en crisis el
sistema de valores que legitima los privilegios de las clases dominantes
mediante el discurso y el ejercicio del poder desvelando sus inconsistencias, o
por lo menos la distancia entre el contenido del discurso y su intención.
La
libertad como problema filosófico ha ocupado las agendas de diferentes escuelas
del pensamiento en el análisis de la relación libertad-poder, dicotomía que ha
imbricado el pensamiento político a lo largo de la historia para algunos como
necesidad de limitación de los alcances de la conducta humana y para otros como
necesidad de emancipación frente a la tiranía. Sin embargo, “la libertad” es la
clave, el pilar o la línea vertebral del anarquismo o del pensamiento
libertario ergo, principal problema del pensamiento de Foucault (1987), y hace
parte de los pensadores libertarios o anarquistas.
En
conclusión, independientemente de que Foucault (2000) no se ha visualizado como
parte del grupo de pensadores anarquistas, los ejes centrales de su pensamiento
a nuestro parecer le posicionan en dicha corriente de pensamiento, siendo
provocador de reflexiones libertarias que permiten dar una nueva dinámica al
pensamiento anarquista “en clave de Michel Foucault”, aunque para algunos
parezca un simple juego de palabras.
Referencias:
Foucault,
M. (1987). Hermenéutica del sujeto. Madrid, España: Las Ediciones de La Piqueta.
Foucault,
M. (2000). La verdad y las formas jurídicas. España: Gedisa.
[Sección
final del artículo de igual título, que en versión integral es accesible en https://almargen.co/destacado/la-clave-anarquista-en-el-pensamiento-de-michel-foucault.]
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