J.M. Oterino
*
Conversación con M.A. sobre su reciente libro [en catalán] Per un canvi d
́hàbits.
°Hasta ahora
conocíamos a Manel Aisa como
un autor de
libros de
historia, sobre todo de
la historia
del movimiento libertario, ahora optas por un texto más teórico, más filosófico, ¿por qué este cambio?
-Bueno,
ya hace demasiado tiempo que
estoy en el movimiento libertario y todo y que no me gusta figurar demasiado,
desde el Ateneu Enciclopèdic
hemos organizado o participado
en proyectos tanto de recuperación
histórica como social, y de
reflexión en estos cuarenta y pico
de años que llevamos funcionando.
Hace
ya tiempo que vengo interesándome por todos los textos clásicos del anarquismo
y los no tan clásicos, y por
algún que otro filósofo humanista, que creo me
aporta algunos valores interesantes
que me ayudan a formarme como persona
día a día, por lo demás y para
no extenderme, ya hace unos años
hice algún escrito sobre “municipalismo autogestionario” que se leyó en el centenario de la CNT y en algunos espacios más como Can Vies y poco más.
Pero
debo reconocer que durante todos estos años me ha apasionado seguir muy de
cerca todos los textos y las
reflexiones de Murray Bookchin que a mi entender
abren puertas para comprender el
anarquismo del siglo XXI, que casi
diría conectan con otras etapas del
anarquismo donde se apuesta por
construir la vida entre iguales, con
la autogestión, la solidaridad,
apoyo mutuo, y todos estos valores
tan necesarios para construir una
sociedad más equitativa y desde
abajo.
También
recuerdo al compañero del Sindicato de la Construcción de la CNT, Luis Andrés
Edo, cuando éste nos hablaba
del Municipalismo Libertario, de la
Asamblea Permanente o de la Carta
de Barcelona autogestionaria, con un discurso muy convincente y coherente que
hoy creo que necesitamos
recuperar más que nunca, porque
creo que el anarquismo anda
bastante desorientado y aunque pueden haber
muchas maneras de entender el anarquismo,
¡que no lo dudo!, y viendo que
todo va cada vez más de prisa
y las generaciones se pisan unas
a otras, llega el momento en que
unas generaciones se diferencian de las otras y eso hay que darse cuenta y asumirlo. Las cosas ya no son como eran.
Por
ello, entiendo que el anarquismo español está anclado en el 36 en Barcelona, o lo más lejos en las columnas confederales que llegaron a
las puertas de Zaragoza, en un
momento en que el mundo podía
estar a los pies del anarquismo, pero pienso que desde entonces no se ha hecho
más que retroceder.
Y
hasta cierto punto podría ser natural
y hasta saludable retroceder si por el camino hubiera momentos de algunas
resistencias, pero ahora
intentando recordar cualquier
momento pasado reciente, donde el anarquismo de
una manera u otra haya estado implicado
en la lucha o tan siquiera en la reflexión y desde la euforia de aquella transacción del 1976/77 (mitin Montjuïc / Jornadas Libertarias). Recuerdo aquella manifestación
por el Paralelo de Barcelona de enero de 1978 en contra de Los Pactos de
la Moncloa, prácticamente éramos los únicos (salvo algún grupo vasco) que no aceptábamos
aquella Constitución del 78 que
se preparaba para que nada cambiara,
en definitiva el anarquismo pagó con el montaje del Caso Scala, hecho que acabaría de hundir al movimiento libertario, desde entonces no recuerdo nada especial donde interviniera el movimiento
libertario, quizá como cosas
más espectaculares serían la okupación
y lucha por la Casa de la
Muntanya o el desalojo del Cine
Princesa, lo demás pura rutina del
movimiento libertario, solo salvado
por algunas excepciones y momentos como el vivido con las jornadas de reflexión del “Anarquismo Internacional
del 93”, donde al menos el
movimiento libertario a nivel
internacional pudo discutir en
Barcelona diversas problemáticas
del momento y poco más, a partir
de ahí, el anarquismo se ha ido diluyendo y muy pocas experiencias nuevas o interesantes nos ha aportado en
estos últimos tiempos, la cotidianidad
es terrible, quizá por ahí hay
algunas experiencias que desconozco,
que sin duda pueden ser
interesantes y pudieran aportar
alguna cosa.
Pero
la realidad es que el anarquismo en estos últimos años ha ido a toda convocatoria siempre de comparsa y eso realmente es reflejo de que el discurso o el comportamiento
anarquista o libertario no llega
a las capas sociales que debería
llegar, las más desfavorecidas, el discurso no llega a las pocas fábricas que quedan ni tan siquiera se instala en los barrios; que son en definitiva aquellas personas que un buen día, hartas de todo el mangoneo, deberían
recoger del suelo el trapo negro
mil veces pisado.
Por
esto, como es evidente que no se
da, el anarquismo tiene que revisar todos sus comportamientos, sus pautas y sus formas de actuar y por descontado su discurso, ya que atrae muy poco al interés en las nuevas generaciones.
°En Per
un canvi d’hàbits
aparecen
reflexiones sobre temas muy
diversos: la cuestión nacional,
el decrecimiento, el consumismo, etc.¿ Estamos ante una reivindicación de la ética
anarquista frente al
darwinismo social del
liberalismo?
Después
de leer e intentar comprender a John Zerzan y su “futuro primitivo”, donde nos indica todos aquellos momentos en que como especie cambiamos de rumbo, cogiendo un
camino erróneo que nos ha
conducido a un sistema cargado de
egoísmos y de privilegios para
unos pocos que han dilapidado todo
el planeta, y con Carlos Taibo y su
Colapso que, con un
lenguaje muy comprensible y de
colega libertario, nos acerca
a todos los desaguisados que
tenemos delante de nuestra narices y de cómo les hacemos frente como especie para salir lo mejor posible de
este embrollo, de colapso y de
cambio climático.
Conociendo
los textos de Bookchin, la multiplicidad de experiencias alternativas recogidas
en todos estos años por los
grupos alternativos norteamericanos vividas en las zonas duras de Estados Unidos, no me cabía más que intentar aportar un grano de arena y de esperanza, e intentar buscar la capacidad de organización de
nuestras vidas desde el anarquismo,
desde nuestro control social a
partir de nuestras herramientas que son las de siempre: “Autogestión, Solidaridad, Apoyo Mutuo”, porque no hay fórmulas mágicas, a nosotros -que continuamos
creyendo que es posible construir una sociedad desde abajo, y además que hay que tener muy presente a
las nuevas generaciones que nos
hablan del cambio climático con
cierta preocupación y el no retorno, en un periodo de doce años como máximo- no nos queda más que ponernos las pilas como sociedad y
tratar de construir nuestra sociedad, eso sí, con la necesidad de cambiar de hábitos, es decir, decrecer, y
ser conscientes de que ahora tocar
organizarse.
°Hablando de
reivindicaciones ¿podemos reivindicar el municipalismo como expresión del federalismo original
defendido por los teóricos del
anarquismo?
-Somos
animales sociales, es decir, como
especie sabemos que hay que vivir
en colectividad, por ello necesitamos construir de una manera u otra el municipalismo, necesitamos de la fuerza de cada uno de nosotros
para cubrir
las necesidades orgánicas y todos los componentes de la municipalidad; ahora, creo que debemos de
apostar por un municipalismo muy diferente al que tenemos actualmente con el capitalismo y su apuesta por las grandes ciudades y sus conurbaciones, o sea debemos hacer las cosas mucho más racionales, por
lo que los municipios tienen que
ser mucho más pequeños y autónomos, para que todas las personas participen
autogestionariamente del
proyecto necesitamos comunidades mucho más pequeñas, a partir de aquí entra en
juego el federalismo que no es
más que la herramienta
necesaria que ha de permitir
interrelacionar unos municipios con los otros, todos con plena libertad y el libre acuerdo, en definitiva,
una sociedad de Municipios Libres.
°¿Piensas que
hay esperanzas para este mundo
que nos ha
tocado?¿Hasta qué
punto las ideas
libertarias son necesarias
para poder
sobrevivir en el capitalismo
enloquecido que padecemos?
-Sabemos
que el capitalismo es un devorador
y no parará hasta devorarse a sí mismo, probablemente John Zerzan en su “anarquismo primitivo” tiene amplios argumentos para
describir el caos que nos ha
traído hasta el hoy, todo es un
mal sueño de muchos para favorecer a unos pocos, y la cosa está cada vez más difícil, el capitalismo apenas te ofrece alguna oportunidad de
escapar, pero por el momento no hay otra más que intentar escapar de ese mal sueño que es el capitalismo que persiste a través del tiempo.
En
un planeta que sabemos que sus
recursos han sido esquilmados y
que como dice Taibo cada vez el
porcentaje de los recursos minerales
es más escaso, y con el cambio climático llamando a la puerta, es de prever que cada vez seremos más los excluidos de la sociedad y eso lo notamos
y vivimos en el día a día en nuestros
barrios donde vemos que cada
día es más difícil sobrevivir y
cada vez son más vecinos invisibles
los que están a nuestro alrededor.
Por
ello, esta situación recuerda un
poco los primeros años del siglo
XX, donde las prestaciones sociales
a las familias eran inexistentes y a
través de los sindicatos o las sociedades de aquel entonces los obreros
tuvieron que montarse y organizarse
sus vidas, lo que siempre he llamado “la sociedad paralela”, es decir, tuvieron
que organizar un sindicato,
pero también las cooperativas de consumo
en los barrios, las cooperativas de
Construcción, el socorro mutuo,
las escuelas racionalistas, los economatos, los ateneos, etc., para poder hacer frente a un capitalismo usurero que sólo era capaz de contar sus
beneficios y rodearse de cuerpos
mercenarios para proteger sus
intereses, y golpear con extrema
violencia a aquéllos que se revelaban, y en eso seguimos.
[Entrevista
publicada originalmente en el suplemento Addenda
# 76, Madrid, enero 2020. Número completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/addenda%2076%20enero.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.