Marc J Mancini (militante del sindicato IWW)
Make America Great Again ( haz América grande otra vez) fue el slogan y la promesa de la campaña que hizo que el presidente Donald Trump fuera elegido polémicamente como el jefe de gobierno de los Estados Unidos en 2016.Esas palabras atrajeron a millones mientras esperaban el regreso a una América que alguna vez conocieron: el ideal cristiano y patriarcal donde el padre iba a trabajar y ganaba suficientes ingresos para mantener a toda la familia, mientras que la madre se quedaba en casa y cuidaba de los niños; cuando ir a la universidad era asequible pero no necesario para encontrar un trabajo bien remunerado (sindicalizado); donde la atención médica era accesible y no conducía a la gente a la bancarrota; donde los estadounidenses podían salir en público y los niños podían asistir a la escuela sin temor a recibir un disparo; donde las sobredosis por drogas y los suicidios eran bajos.Sin embargo, se ha vuelto muy claro que la vida diaria de la clase trabajadora no ha experimentado ningún tipo de mejora en términos de salarios, riqueza o empleo.
Make America Great Again ( haz América grande otra vez) fue el slogan y la promesa de la campaña que hizo que el presidente Donald Trump fuera elegido polémicamente como el jefe de gobierno de los Estados Unidos en 2016.Esas palabras atrajeron a millones mientras esperaban el regreso a una América que alguna vez conocieron: el ideal cristiano y patriarcal donde el padre iba a trabajar y ganaba suficientes ingresos para mantener a toda la familia, mientras que la madre se quedaba en casa y cuidaba de los niños; cuando ir a la universidad era asequible pero no necesario para encontrar un trabajo bien remunerado (sindicalizado); donde la atención médica era accesible y no conducía a la gente a la bancarrota; donde los estadounidenses podían salir en público y los niños podían asistir a la escuela sin temor a recibir un disparo; donde las sobredosis por drogas y los suicidios eran bajos.Sin embargo, se ha vuelto muy claro que la vida diaria de la clase trabajadora no ha experimentado ningún tipo de mejora en términos de salarios, riqueza o empleo.
De hecho, a pesar de su atractivo populista entre muchos trabajadores en lucha, especialmente entre la clase trabajadora blanca concentrada en comunidades rurales ylos cristianos evangélicos, la lucha de la gente trabajadora solo ha empeorado. Pero la propaganda estatal de Estados Unidos quiere que lo creas de otra manera. De acuerdo con las estadísticas de la Oficina de Empleo de Estados Unidos: “La tasa de desempleo se había mantenido en un 3,8%. Esto trae una tasa promedio de desempleo durante los primeros 26 meses de la presidencia de Trump, desde Febrero de 2017 a Marzo de 2019, al 4,1%. Comenzando con la presidencia de Dwight D. Eisenhower en 1953, nunca ha habido un presidente que administrara un mercado laboral tan sólido en este punto de su presidencia”.
Estas estadísticas, sin embargo, son muy engañosas. De acuerdo con la revista de economía Challenge, el economista John Komlos, usando las mismas estadísticas que la Oficina de Empleo estima que “la tasa de desempleo real en el otoño de 2018 estuvo más cerca del 7,4% llegando al 28% de desempleados entre los afroamericanos. La principal razón para la discrepancia en las cifras - todas de las mismas fuentes gubernamentales- es la disminución significativa de la mano de obra”. Komlos también sugiere que esta es en parte la razón por la que hay tanta desesperación en la sociedad estadounidense.
La desesperación se mide por las muertes debido al suicidio, sobredosis por drogas y al alcohol. Las encuestas estadounidenses miden normalmente el estrés, la preocupación y la ira, alcanzando nuevas máximas en 2018, por ahora aun más altas que durante la “Gran Recesión” de 2008. De acuerdo con las encuestas, Estados Unidos tiene “una de las tasas más altas (por estrés) de los 143 países – superando el promedio global (35%) en 20 puntos porcentuales.
No es sorprendente, que la clase trabajadora blanca americana quienes habrían ingresado en el mercado laboral a principio de la década de 1980, sufran por muertesde desesperación a un ritmo de 150.000 por año, contribuyendo a la “disminución de la esperanza de vida en Estados Unidos en los últimos dos años, la primera desde la primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe de 1918 – un fenómeno sin precedentes en las sociedades desarrolladas”, de acuerdo con el profesor emérito Noam Chomsky. No es casualidad, que a principios de la década de 1980 también fuera el comienzo del asalto neoliberal a la clase trabajadora, acelerado bajo la administración de Reagan con ataques contra los sindicatos, destripando el estado del bienestar y concentrando la riqueza en un 1%.
Komlos también escribe: “El supuesto pleno empleo es un espejismo estadístico diseñado para esconder el verdadero dolor en el mercado laboral”, exacerbado por el estancamiento del salario durante 40 años y en actual declive: los ingresos medios de un hogar han ido disminuyendo por cada grupo educativo desde el siglo XXI, para aquellos sin un título universitario un 17%, continuando el estancamiento o disminución del salario por hora desde la década de los 80. Cuando uno tiene en cuenta la raza, los resultadosson significativamente peores, especialmente entre los afroamericanos. La mayoría de los estadounidenses están trabajando en un promedio de 2-3 trabajos para sobrevivir. El salario mínimo federal es solo de 7,25$ la hora – un salario que no ha aumentado desde 2007 a pesar del continuo aumento del coste de vida. Además, desde el año 2000, la mitad de la población de Estados Unidos tiene un patrimonio neto negativo, que significa que las deudas de los estadounidenses superan sus activos. Naturalmente, esto lleva a la ira, al resentimiento, a la desesperación y a la desesperanza – de ahí el deseo de muchos de “Make America Great Again”.
Por hablar desde mi experiencia personal, yo tengo dos trabajos para sobrevivir– un trabajo a tiempo completo en la oficina de correos de los Estados Unidos y un trabajo en una tienda de alimentación. Ambos son empleos sindicalizados, sin embargo, los sindicatos han disminuido tanto en los últimos 40 años, que se han vuelto muy débiles en términos de negociación. Como ejemplo, mi salario actual en la tienda de alimentación ha terminado siendo de 14 $ la hora y he trabajado allí durante 17 años. Eso es porque estoy en un nivel diferente de grupo salarial comparado con otros trabajadores. Desde la década de los ochenta muchos sindicatos comenzaron a negociar niveles salariales en sus contratos solo para sobrevivir, lo que significaba que un trabajador podría cobrar menos que otros trabajadores que ya habían estado allí, con menores beneficios también. A modo de comparar, en 1978, un trabajador a tiempo parcial en la misma tienda de alimentación en la que yo trabajo comenzaría ganando 2,90 $ la hora (o 11,90 $ la hora en 2019). Después de 2años y medio, ese empleado a tiempo parcial llegaría a la tasa salarial máxima de 5,45 $ la hora (o 22,37 $ la hora en 2019). Eso significa que un trabajador a tiempo parcial sindicalizado en 1978 estaba ganando 22,37 $ la hora la tasa máxima de pago. Hoy, ese mismo trabajador a tiempo parcial en la tienda de alimentación está empezando con 10 $ la hora y ganando una tasa máxima de solo 12,50 $ la hora después de 3 años – casi la mitad de lo que ganaron en 1978.
Parte de la razón del estancamiento del salario se debe al aumento del seguro médico – muchos sindicatos están negociando para mantener los beneficios actuales para los trabajadores, o al menos tratando de mantenerlos razonables, a costa de sacrificar significativos aumentos salariales.
Es importante tener en cuenta que la salud y la educación afectan en gran medida al empleo y al crecimiento económico. Los Estados Unidos no tienen un programa nacional de salud (excepto por Medicare que solo se aplica a ciudadanos que tienen 65 años o más) y el aumento de los costes de la asistencia sanitaria continúan devorando los ingresos y devastando el crecimiento económico. De acuerdo a los datos de la OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), “ Estados Unidos gastó 10.209 $ por persona en atención médica en 2017. Eso es más que cualquier del os 36 países miembros de la OCDE y 2000 $ más que Suiza que fue el segundo país con más gasto”. Estados Unidos gastó el 17% de su PIB en asistencia sanitaria en 2017. Por comparar, en los años 70 la asistencia sanitaria fue alrededor del 5% de su PIB. No solo Estados Unidos gasta más en el cuidado de su salud, también tiene los peores resultados con más de 50.000 muertes cada año atribuidas a la falta de cuidado, mientras que 50 millones de estadounidenses siguen sin seguro. Los costes de la atención médica continúan siendo la razón número uno por la cual los estadounidenses se declaran en quiebra cada año. Mientras tanto, las empresas han reducido la mano de obra, cerrado, o trasladado compañías a otro lugar para evitar pagar servicios de salud escandalosos. Como ejemplo, General Motors – el portavoz canadiense David Patterson dice, “el plan canadiense ha sido una ventaja significativa para invertir en Canadá”, señalando que en Estados Unidos, GM gasta 1.400 $ por automóvil sobre las prestaciones de salud. De hecho, con las provincias que comparten el 75% del coste del seguro médico canadiense, no sorprende que GM, Ford y Chrysler estén cambiando la producción de automóviles al otro lado de la frontera para reducir costos y aumentar sus ganancias. Además, en el sector minorista, las horas de trabajo han sido recortadas a tiempo parcial a los trabajadores debido a la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (Obamacare) bajo la anterior administración de Obama, que requierea grandes empresas (cualquier empresa con 50 o más trabajadores) para brindar atención médica a los empleados a tiempo completo. La legislación define a un empleado a tiempo completo como cualquier empleado que promedia 30 o más horas a la semana en un año. Como resultado, muchas empresas, como Wal-Mart (el empleador más grande de Norteamérica) reducen parcialmente sus horas de trabajo por debajo de las 30 horas a la semana para evitar pagar prestaciones de salud, que solo promueven trabajadores exacerbados, inseguridad y estancamiento. Menos horas para los trabajadores significa menos ingresos y prestaciones de salud no garantizadas.
La educación en Estados Unidos no es diferente. Según un reciente artículo de una revista de negocios online, Business Insider, “desde el 2016-2017 hasta el año escolar 2017-2018, el costo promedio de la matricula (universitaria) se incrementó en más del 3% en universidades públicas y privadas. Cuatro años en esta institución privada sin ánimo de lucro, la matrícula, el alojamiento y la comida están en un promedio de 46.950$”. Los costes crecientes de la matrícula universitaria han colocado la deuda estudiantil en un total de 1,5 $ billones, lo que resulta inaudito y escandaloso. No es de extrañar ver tanta desesperación entre la clase trabajadora, especialmente entre los que recién ingresan en el mercado laboral. Muchos de nosotros salimos de la universidad con deudas indignantes solo para entrar en trabajos mal pagados con los que no podemos vivir.
Pero a pesar del aumento de la desesperación y las inseguridades laborales siempre se puede encontrar esperanza. A principios de este año, EE.UU. vio la mayor huelga de maestros que cerró todas las escuelas en el estado de West Virginia, que trajo algo de vida de nuevo al bastante dormido movimiento organizado del trabajo. Es importante tener en cuenta que en West Virginia, es ilegal para el sector público ir a la huelga, aun así los maestros desafiaron la ley y ganaron una victoria. Adicionalmente, 31.000 trabajadores de tiendas de alimentación de la cadena Stop'N Shop en el nordeste de los Estados Unidos fueron a la huelga en abril de este año, lo que llevó a una victoria sindical costándole a la empresa 345 $ millones en pérdidas. Y mientras concluyo este artículo, alrededor de 50.000 trabajadores de General Motors han ido a la huelga – principalmente por las prestaciones de salud, la eliminación de los niveles salariales y el respeto en el trabajo. Tales acciones laborales militantes involucrando a una gran cantidad de trabajadores no se han visto en el país en décadas. Es ciertamente inspirador y muy probable que esas tácticas militantes continuaran. Es la única forma en que la clase obrera pueda reconstruir su poder y cambiar el mundo. Y como son los trabajadores quienes hacen girar el mundo, deberíamos ser nosotros, los trabajadores,quienes dirijamos el mundo.
El camino a la victoria es largo – habrá muchos obstáculos y complicaciones a lo largo del camino. Pero si la historia nos ha enseñado algo, es que no puedes controlar y oprimir a la gente para siempre. Al final la gente se defiende. Depende de nosotros organizar y enseñar a la clase trabajadora que no tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas. En las inspiradores palabras del militante anarquista Buenaventura Durruti, “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante”.
¡Salud y anarquía!
[Publicado originalmente en el periódico Fuenlabrada Libertaria # 2, Fuenlabrada (Esp.), noviembre-diciembre 2919. Número completo accesible en https://www.cnt.es/wp-content/uploads/2019/11/fuenlalibert02.pdf.]
Estas estadísticas, sin embargo, son muy engañosas. De acuerdo con la revista de economía Challenge, el economista John Komlos, usando las mismas estadísticas que la Oficina de Empleo estima que “la tasa de desempleo real en el otoño de 2018 estuvo más cerca del 7,4% llegando al 28% de desempleados entre los afroamericanos. La principal razón para la discrepancia en las cifras - todas de las mismas fuentes gubernamentales- es la disminución significativa de la mano de obra”. Komlos también sugiere que esta es en parte la razón por la que hay tanta desesperación en la sociedad estadounidense.
La desesperación se mide por las muertes debido al suicidio, sobredosis por drogas y al alcohol. Las encuestas estadounidenses miden normalmente el estrés, la preocupación y la ira, alcanzando nuevas máximas en 2018, por ahora aun más altas que durante la “Gran Recesión” de 2008. De acuerdo con las encuestas, Estados Unidos tiene “una de las tasas más altas (por estrés) de los 143 países – superando el promedio global (35%) en 20 puntos porcentuales.
No es sorprendente, que la clase trabajadora blanca americana quienes habrían ingresado en el mercado laboral a principio de la década de 1980, sufran por muertesde desesperación a un ritmo de 150.000 por año, contribuyendo a la “disminución de la esperanza de vida en Estados Unidos en los últimos dos años, la primera desde la primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe de 1918 – un fenómeno sin precedentes en las sociedades desarrolladas”, de acuerdo con el profesor emérito Noam Chomsky. No es casualidad, que a principios de la década de 1980 también fuera el comienzo del asalto neoliberal a la clase trabajadora, acelerado bajo la administración de Reagan con ataques contra los sindicatos, destripando el estado del bienestar y concentrando la riqueza en un 1%.
Komlos también escribe: “El supuesto pleno empleo es un espejismo estadístico diseñado para esconder el verdadero dolor en el mercado laboral”, exacerbado por el estancamiento del salario durante 40 años y en actual declive: los ingresos medios de un hogar han ido disminuyendo por cada grupo educativo desde el siglo XXI, para aquellos sin un título universitario un 17%, continuando el estancamiento o disminución del salario por hora desde la década de los 80. Cuando uno tiene en cuenta la raza, los resultadosson significativamente peores, especialmente entre los afroamericanos. La mayoría de los estadounidenses están trabajando en un promedio de 2-3 trabajos para sobrevivir. El salario mínimo federal es solo de 7,25$ la hora – un salario que no ha aumentado desde 2007 a pesar del continuo aumento del coste de vida. Además, desde el año 2000, la mitad de la población de Estados Unidos tiene un patrimonio neto negativo, que significa que las deudas de los estadounidenses superan sus activos. Naturalmente, esto lleva a la ira, al resentimiento, a la desesperación y a la desesperanza – de ahí el deseo de muchos de “Make America Great Again”.
Por hablar desde mi experiencia personal, yo tengo dos trabajos para sobrevivir– un trabajo a tiempo completo en la oficina de correos de los Estados Unidos y un trabajo en una tienda de alimentación. Ambos son empleos sindicalizados, sin embargo, los sindicatos han disminuido tanto en los últimos 40 años, que se han vuelto muy débiles en términos de negociación. Como ejemplo, mi salario actual en la tienda de alimentación ha terminado siendo de 14 $ la hora y he trabajado allí durante 17 años. Eso es porque estoy en un nivel diferente de grupo salarial comparado con otros trabajadores. Desde la década de los ochenta muchos sindicatos comenzaron a negociar niveles salariales en sus contratos solo para sobrevivir, lo que significaba que un trabajador podría cobrar menos que otros trabajadores que ya habían estado allí, con menores beneficios también. A modo de comparar, en 1978, un trabajador a tiempo parcial en la misma tienda de alimentación en la que yo trabajo comenzaría ganando 2,90 $ la hora (o 11,90 $ la hora en 2019). Después de 2años y medio, ese empleado a tiempo parcial llegaría a la tasa salarial máxima de 5,45 $ la hora (o 22,37 $ la hora en 2019). Eso significa que un trabajador a tiempo parcial sindicalizado en 1978 estaba ganando 22,37 $ la hora la tasa máxima de pago. Hoy, ese mismo trabajador a tiempo parcial en la tienda de alimentación está empezando con 10 $ la hora y ganando una tasa máxima de solo 12,50 $ la hora después de 3 años – casi la mitad de lo que ganaron en 1978.
Parte de la razón del estancamiento del salario se debe al aumento del seguro médico – muchos sindicatos están negociando para mantener los beneficios actuales para los trabajadores, o al menos tratando de mantenerlos razonables, a costa de sacrificar significativos aumentos salariales.
Es importante tener en cuenta que la salud y la educación afectan en gran medida al empleo y al crecimiento económico. Los Estados Unidos no tienen un programa nacional de salud (excepto por Medicare que solo se aplica a ciudadanos que tienen 65 años o más) y el aumento de los costes de la asistencia sanitaria continúan devorando los ingresos y devastando el crecimiento económico. De acuerdo a los datos de la OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), “ Estados Unidos gastó 10.209 $ por persona en atención médica en 2017. Eso es más que cualquier del os 36 países miembros de la OCDE y 2000 $ más que Suiza que fue el segundo país con más gasto”. Estados Unidos gastó el 17% de su PIB en asistencia sanitaria en 2017. Por comparar, en los años 70 la asistencia sanitaria fue alrededor del 5% de su PIB. No solo Estados Unidos gasta más en el cuidado de su salud, también tiene los peores resultados con más de 50.000 muertes cada año atribuidas a la falta de cuidado, mientras que 50 millones de estadounidenses siguen sin seguro. Los costes de la atención médica continúan siendo la razón número uno por la cual los estadounidenses se declaran en quiebra cada año. Mientras tanto, las empresas han reducido la mano de obra, cerrado, o trasladado compañías a otro lugar para evitar pagar servicios de salud escandalosos. Como ejemplo, General Motors – el portavoz canadiense David Patterson dice, “el plan canadiense ha sido una ventaja significativa para invertir en Canadá”, señalando que en Estados Unidos, GM gasta 1.400 $ por automóvil sobre las prestaciones de salud. De hecho, con las provincias que comparten el 75% del coste del seguro médico canadiense, no sorprende que GM, Ford y Chrysler estén cambiando la producción de automóviles al otro lado de la frontera para reducir costos y aumentar sus ganancias. Además, en el sector minorista, las horas de trabajo han sido recortadas a tiempo parcial a los trabajadores debido a la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (Obamacare) bajo la anterior administración de Obama, que requierea grandes empresas (cualquier empresa con 50 o más trabajadores) para brindar atención médica a los empleados a tiempo completo. La legislación define a un empleado a tiempo completo como cualquier empleado que promedia 30 o más horas a la semana en un año. Como resultado, muchas empresas, como Wal-Mart (el empleador más grande de Norteamérica) reducen parcialmente sus horas de trabajo por debajo de las 30 horas a la semana para evitar pagar prestaciones de salud, que solo promueven trabajadores exacerbados, inseguridad y estancamiento. Menos horas para los trabajadores significa menos ingresos y prestaciones de salud no garantizadas.
La educación en Estados Unidos no es diferente. Según un reciente artículo de una revista de negocios online, Business Insider, “desde el 2016-2017 hasta el año escolar 2017-2018, el costo promedio de la matricula (universitaria) se incrementó en más del 3% en universidades públicas y privadas. Cuatro años en esta institución privada sin ánimo de lucro, la matrícula, el alojamiento y la comida están en un promedio de 46.950$”. Los costes crecientes de la matrícula universitaria han colocado la deuda estudiantil en un total de 1,5 $ billones, lo que resulta inaudito y escandaloso. No es de extrañar ver tanta desesperación entre la clase trabajadora, especialmente entre los que recién ingresan en el mercado laboral. Muchos de nosotros salimos de la universidad con deudas indignantes solo para entrar en trabajos mal pagados con los que no podemos vivir.
Pero a pesar del aumento de la desesperación y las inseguridades laborales siempre se puede encontrar esperanza. A principios de este año, EE.UU. vio la mayor huelga de maestros que cerró todas las escuelas en el estado de West Virginia, que trajo algo de vida de nuevo al bastante dormido movimiento organizado del trabajo. Es importante tener en cuenta que en West Virginia, es ilegal para el sector público ir a la huelga, aun así los maestros desafiaron la ley y ganaron una victoria. Adicionalmente, 31.000 trabajadores de tiendas de alimentación de la cadena Stop'N Shop en el nordeste de los Estados Unidos fueron a la huelga en abril de este año, lo que llevó a una victoria sindical costándole a la empresa 345 $ millones en pérdidas. Y mientras concluyo este artículo, alrededor de 50.000 trabajadores de General Motors han ido a la huelga – principalmente por las prestaciones de salud, la eliminación de los niveles salariales y el respeto en el trabajo. Tales acciones laborales militantes involucrando a una gran cantidad de trabajadores no se han visto en el país en décadas. Es ciertamente inspirador y muy probable que esas tácticas militantes continuaran. Es la única forma en que la clase obrera pueda reconstruir su poder y cambiar el mundo. Y como son los trabajadores quienes hacen girar el mundo, deberíamos ser nosotros, los trabajadores,quienes dirijamos el mundo.
El camino a la victoria es largo – habrá muchos obstáculos y complicaciones a lo largo del camino. Pero si la historia nos ha enseñado algo, es que no puedes controlar y oprimir a la gente para siempre. Al final la gente se defiende. Depende de nosotros organizar y enseñar a la clase trabajadora que no tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas. En las inspiradores palabras del militante anarquista Buenaventura Durruti, “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante”.
¡Salud y anarquía!
[Publicado originalmente en el periódico Fuenlabrada Libertaria # 2, Fuenlabrada (Esp.), noviembre-diciembre 2919. Número completo accesible en https://www.cnt.es/wp-content/uploads/2019/11/fuenlalibert02.pdf.]
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