F.O.R.A.
¡No se aguanta más así!
Luego de las P.A.S.O. [elecciones primarias presidenciales realizadas el domingo 11/8/19], donde quedó de manifiesto cuáles serán las manos que dirigirán el estado en el próximo periodo, el movimiento de mercado no se hizo esperar, la corrida bancaria no comenzó el lunes por la mañana cuando el dólar se asentó en 60 pesos, comenzó pasadas las diez cuando apenas daban un porcentaje menor al 50% del escrutinio. La venta de dólares en internet se disparó, anunciando que el resultado electoral era irreversible, lo cual nos deja en un panorama bastante crítico, pues sabemos que lo que queda de gobierno será una constante degradación de nuestro salario, con algunos ajustes y la imprevisibilidad económica que genera la inflación galopante que golpea nuestros bolsillos. Aunque cambie de color el estado, el FMI buscará llevar a cabo su plan de ajuste, y quien esté en el gobierno tendrá que llevar adelante más ajustes y reformas tanto provisionales como laborales que estarán en contra de los intereses de lxs trabajadorxs, porque la situación internacional así lo amerita, pues el contexto de crisis y ajuste se viene dando a lo largo y ancho del mundo capitalista, busca cada vez más la precarización laboral, y la adaptación al capitalismo de plataformas.
¡No se aguanta más así!
Luego de las P.A.S.O. [elecciones primarias presidenciales realizadas el domingo 11/8/19], donde quedó de manifiesto cuáles serán las manos que dirigirán el estado en el próximo periodo, el movimiento de mercado no se hizo esperar, la corrida bancaria no comenzó el lunes por la mañana cuando el dólar se asentó en 60 pesos, comenzó pasadas las diez cuando apenas daban un porcentaje menor al 50% del escrutinio. La venta de dólares en internet se disparó, anunciando que el resultado electoral era irreversible, lo cual nos deja en un panorama bastante crítico, pues sabemos que lo que queda de gobierno será una constante degradación de nuestro salario, con algunos ajustes y la imprevisibilidad económica que genera la inflación galopante que golpea nuestros bolsillos. Aunque cambie de color el estado, el FMI buscará llevar a cabo su plan de ajuste, y quien esté en el gobierno tendrá que llevar adelante más ajustes y reformas tanto provisionales como laborales que estarán en contra de los intereses de lxs trabajadorxs, porque la situación internacional así lo amerita, pues el contexto de crisis y ajuste se viene dando a lo largo y ancho del mundo capitalista, busca cada vez más la precarización laboral, y la adaptación al capitalismo de plataformas.
Ahora, deslegitimado y sin ninguna credibilidad, ni con el pueblo trabajador ni con sus socios en el saqueo, el gobierno intenta una especie de "compensación" irrisoria por la devaluación que comenzó el lunes, pero ni piensan en compensar la destrucción que llevaron a cabo, desde hace cuatro años y sin pausa, de nuestros salarios, nuestros trabajos y nuestras vidas.
La pasividad nos acorrala
Mientras en el seno del peronismo se saborea un nuevo mandato del cual no tenemos esperanza alguna, pues recordamos como lograron imponer la Ley Antiterrorista, o sus alianzas estratégicas con la siempre servil burocracia sindical, la clase trabajadora sigue sufriendo las consecuencias de cada gobierno de turno.
Estos meses seguiremos enfrentándonos a un gobierno saliente que se esmera por saquearnos hasta el último centavo de nuestro bolsillo y seremos víctimas de un peronismo entrante que solo espera sentarse en el sillón en diciembre, negando su parte de responsabilidad en la crisis actual, pues siendo "oposición" han votado convenientemente leyes al macrismo. Es responsabilidad de ellxs haber mantenido la gobernabilidad para que el gobierno lleve a cabo cada una de sus medidas en contra del pueblo, restándoles poder adquisitivo a nuestros salarios y quitándonos nuestros derechos. Ahora dirigiéndose con un discurso paternalista y conciliador diciendo que ya no hay grieta, como lo dijo Alberto Fernández, buscan la conciliación de clases característica del peronismo, incluso llamando a no salir a las calles para no caer en la provocación por parte de los poderosos.
No es el momento para ellos, es el momento para nosotr@s
En estos cuatro años podríamos mencionar varios momentos en donde supimos estar de pie en los momentos determinantes, sin el apoyo de las burocracias de los sindicatos y las centrales obreras; cabe mencionar las extensas jornadas de diciembre donde hubo una resistencia muy importante contra la reforma previsional, en la cual mientras éramos reprimidos por policía y gendarmería la burocracia de la CGT boicoteaba su propio paro, y en cada resistencia ante cierres de fábricas, despidos, y suspensiones, incluso un gran momento cuando lxs trabajadorxs exigieron una fecha de Paro Nacional en 2017 después de varios discursos donde el triunviro de la CGT solo amenazaba sin concretar nada. Hemos demostrado como clase que sabemos construir solidaridad, incluso frente a medidas absurdas de la CGT y demás sindicatos no combativos, llamando a paros domingueros que no buscaban hacer ruido dentro de las esferas del gobierno, sino más bien fueron pactados para no entorpecer la gobernabilidad.
Hacia un horizonte conocido
Casi 20 años nos separan del último momento más álgido de la historia de la clase trabajadora. El liberalismo menemista había dejado como saldo una desocupación del 22,7% y al calor de las asambleas en fábricas y barrios se empezaba a gestar un movimiento que veía en la asamblea y la acción directa, el camino de presión social, que llevó a la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa, e impulsara un verdadero cambio social.
Hoy más que nunca debemos recuperar ese espíritu asambleario y de acción directa, para desde la base, presionar y abonar la tierra para que lleguemos a medidas de impacto, asambleas convocadas en busca de paros generales, huelga y manifestaciones. Podemos manifestar la necesidad de una salida real y sin representantes burócratas ante este incendio del país, que crece momento a momento en el juego capitalista, con la mirada puesta en el futuro que se viene, en el que se llevarán a cabo reformas laborales, más aumentos de los precios y tarifazos. Es necesario dejar en claro que existen fuerzas que sentimos que no podemos esperar que se vaya en diciembre, sino que la salida debe ser inminente y seguida de un verdadero cambio social que permita que el pueblo trabajador sea partícipe directo de su presente y artífice de su futuro, un futuro libre de la casta parasitaria que nos manipula, nos explota y nos oprime.
¡PARA ECHAR A MACRI SALGAMOS A LAS CALLES!
¡PARA FRENAR LOS TARIFAZOS Y AUMENTOS, ORGANIZACIÓN DE LXS TRABAJADORXS SIN PARTIDOS NI DIRIGENTES!
¡PARA UN NUEVO "QUE SE VAYAN TODOS", HUELGA GENERAL!
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