Joselito
Miguel Campuzano García (1894-1964)- Nació el 19 de septiembre de 1894 en Valladolid, Castilla,, (España) y murió el 24 de septiembre de 1964 en Caracas (Venezuela), el maestro y periodista anarquista Miguel Campuzano García.
Hizo estudios en su ciudad natal y antes de cumplir los 18 años consiguió un título que el habilitó para ejercer la enseñanza.
En 1913 abrió una escuela en Valladolid («La Ilustración»), cerrada un año después ante la oposición clerical, por lo que abandonó la ciudad.
Miguel Campuzano García (1894-1964)- Nació el 19 de septiembre de 1894 en Valladolid, Castilla,, (España) y murió el 24 de septiembre de 1964 en Caracas (Venezuela), el maestro y periodista anarquista Miguel Campuzano García.
Hizo estudios en su ciudad natal y antes de cumplir los 18 años consiguió un título que el habilitó para ejercer la enseñanza.
En 1913 abrió una escuela en Valladolid («La Ilustración»), cerrada un año después ante la oposición clerical, por lo que abandonó la ciudad.
Durante los diez años siguientes ejerció la enseñanza en todo el Estado, al tiempo que tomaba conciencia de los problemas sociales.
En 1923 trabajó con Gaston Leval en la Escuela Racionalista de Vigo (Galicia) y el año siguiente, ya completamente partidario de las ideas anarquistas, se encargará de llevar la Escuela Racionalista de la Institución Horaciana de Cultura de Sant Feliu de Guíxols, Girona, Cataluña, (España).
En 1929 regentarà la escuela racionalista “El Cabanyal”en Valencia, convertido en abanderado de las innovaciones pedagógicas libertarias, perseguidas siempre, fue detenido como “anarquista peligroso”.
En esta época rechazó los ofrecimientos de la reaccionaria Unión Patriótica que quiso enrolarse en sus cuadros pedagógicos. Después de un tiempo en Francia, en 1930 vivía en Arcos de Jalón.
Durante el período republicano dirigió la“Escuela Ateneo”de Mataró, fundada por el Sindicato del Vidrio de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y por Joan Peiró, en el portavoz de la cual (Alborada) colaboró con artículos didácticos y pedagógicos.
Con la derrota de 1939 se exilió en y Banyuls de la Marenda, (Francia), se encargó de una colonia infantil.
En 1940 se trasladó a Santo Domingo, donde colaboró en Democracia.
En 1943 se instaló en Caracas (Venezuela) y después de recuperarse de una crisis de paludismo que casi le lleva a la tumba, comienza una nueva etapa vital fundamentada en el periodismo profesional: fue redactor de El País (1943 -1948)y de Últimas Noticias (desde 1948 hasta 1958). Despues participará en la fundación de La República, donde trabajará hasta su muerte.
En Venezuela participó activamente en el mundo libertario y en 1946 se mostró favorable a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) del Interior y apoyó la Subdelegación de la CNT venezolana.
En 1963 le fue concedido el Premio Nacional de Periodismo por el Ministerio de Educación Pública de Venezuela y también se creó una biblioteca con su nombre.
Utilizando varios seudónimos (Luz de Castilla, Araceli, Fernando Martorell, Fermín Pinardell, Modesto Educador, Amador de la Paz, etc.), Escribió en numerosas publicaciones libertarias y afines, tales como Acción y Cultura, Acción Social Obrera, Albada, Boletín de la Sociedad Ateneo Popular de Mataró, CNT, Cultura Ferroviaria, Libertad, El Luchador, El Pueblo, , Solidaridad, Solidaridad Obrera, La Tierra,Voluntad, etc.
Es autor de la obrita, publicada en “La Novela Ideal” de la editorial barcelonesa de “La Revista Blanca”, Armonía (1927).
Su compañera fue Armonía Dalmau, hija de anarquistas, y la pareja tuvo dos hijos, Artorix y Acracia.
[Tomado de https://jjmlsm.wordpress.com/2018/05/17/16286.]
Anexo: Fragmento dedicado a Miguel Campuzano en el libro Contracorriente: Historia del Movimiento Anarquista en Venezuela (1811-1998) de Rodolfo Montes de Oca (pp. 150-152).
En el periódico El País y Ultimas Noticias trabajó Miguel Campuzano García (1894-1964), quien era maestro y fue director de la escuela racionalista que en Mataró (España) sostuvo el Sindicato del Vidrio de la CNT. Murió en la primera mitad de los años 60, trabajando en el periódico La República, órgano de expresión de AD, y cuya biblioteca llevaba su nombre.
El investigador Ibérico Miguel Iñiguez nos comenta un poco sobre la vida y obra de Miguel Campuzano en estas tierras:
“En 1940 se traslada a Santo Domingo (colaboraciones en Democracia) y tres años mas tarde se asienta en la capital venezolana, superada una enfermedad palúdica que estuvo a punto de llevarle a la tumba, donde inicia una nueva etapa vital, marcada por el periodismo profesional: redactor de El País (1943-1948) y Ultimas Noticias (1948-1958), para finalmente intervenir en la fundación de su último periódico La Republica, en el que trabaja hasta su muerte. En Venezuela no escondió sus convicciones libertarias (en 1946 favorable a la CNT del interior, afecto a la subdelegación de la CNT en Venezuela) y prestó notables servicios a la democracia en los años dictatoriales; alcanzó elevado prestigio, como confirma la concesión del Premio Nacional del Periodismo de ese país en 1963, y también la creación de una biblioteca en su nombre.”
Domingo Alberto Rangel, en su libro, Un socialismo para el siglo XXI, nos comenta sobre Miguel Campuzano:
“Lo conocí en la redacción del diario El País. Fue el primer republicano de carne y hueso que tropecé en la vida. Venía de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo), la central obrera de los anarquistas, pero militaba también en la FAI, Federación Anarquista Ibérica. Llegó a Venezuela en un barquichuelo tras una odisea ondulante sobra las olas del Atlántico. Tenía la sección de cables del periódico. Mientras leía los despachos llegados del exterior, para clasificarlos y ubicarlos en la página del periódico dejaba escapar la vena de su temperamento mordaz. “Este es hijo de puta hasta por parte de padre”, decía en tanto apretaba el cigarrillo en la comisura de los labios. Se refería al presidente Truman. Cuando el cable que estuviera leyendo recogía extracto de sermones de Pío XIII, la sonatina de obscenidades rebasaba todas las complacencias de la censura mas blanda. Bajito, arrugado, flacuchento, con unas entradas a ambos lados de la frente que ya llegaban a la mitad de la cabeza, Miguel Campuzano trabajaba con dos cajas de cigarrillos y un termo de café a su lado. Era la enciclopedia ambulante del anarquismo. Por él conocí yo a Proudhon, a Elíseo Reclus, a Nicolás (Sic) Bakunin, a quienes citaba y glosaba a diario, pero también a los anarquistas ibéricos Anselmo Lorenzo, Federica Montseny y Angel Pestaña. Era intransigente hasta lo puntilloso en cuestiones que concernieran a las luchas de los trabajadores. Cierta vez un trabajador de El País fue robado. Acudió con la denuncia a la jefatura civil de Santa Teresa. Miguel Campuzano casi tomándolo de las solapas le preguntó como era posible que hubiese puesto aquel asunto en manos de la justicia burguesa. Tenía una hija muy bella, Giove Campuzano creo que se llamaba, quien haría años más tarde óptima carrera en nuestro teatro. Quijosteco siempre, como buen anarquista español, una noche se rumoreó en Caracas que el diario El País había sido asaltado. Valmore Rodríguez- su dueño- era Ministro. Llamó por teléfono. Le atendió Campuzano y al oír la razón de la llamada, contestó: “Y usted Valmore ¿cree qué si fuera verdad estaría vivo Miguel Campuzano?”... Dejé de verlo y no he tropezado desde entonces con ningún español que me diga como murió aquella mezcla estupenda de Quijote y Cristo con letra de Miguel Bakunin.”
Muchísimas gracias por este homenaje. Soy la tataranieta del Yayo Miguel y soy profesora de español en los Estados Unidos. Nunca lo conocí pero nos hablaban de él y sus logros.
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