Catherine Medina
Tres años antes del cierre de Radio Caracas Televisión, Hugo Chávez firmó la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (Resorte), que en 2011 sería modificada para legislar los medios electrónicos. Aquella ley contó con un despliegue de propaganda en radio y televisión, donde se comentaba que uno de sus grandes objetivos (el más explotado en las cuñas de televisión) era proteger a la audiencia infantil de presenciar contenido sensible o inadecuado en horarios no aptos para todo público.
El investigador y profesor universitario Marcelino Bisbal no ubica el origen de la censura en la ley Resorte. Lo hace mucho antes con dos afirmaciones específicas del expresidente Hugo Chávez: la primera, en el Día del Periodista, el 27 de junio de 2001, cuando expresó que los medios de comunicación eran una fuerza histórica muy distinta a la que él manejaba. Posteriormente, el 4 de octubre del mimo año, durante una cadena de radio y televisión, afirmó que los medios de comunicación eran enemigos de la revolución.
Tres años antes del cierre de Radio Caracas Televisión, Hugo Chávez firmó la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (Resorte), que en 2011 sería modificada para legislar los medios electrónicos. Aquella ley contó con un despliegue de propaganda en radio y televisión, donde se comentaba que uno de sus grandes objetivos (el más explotado en las cuñas de televisión) era proteger a la audiencia infantil de presenciar contenido sensible o inadecuado en horarios no aptos para todo público.
El investigador y profesor universitario Marcelino Bisbal no ubica el origen de la censura en la ley Resorte. Lo hace mucho antes con dos afirmaciones específicas del expresidente Hugo Chávez: la primera, en el Día del Periodista, el 27 de junio de 2001, cuando expresó que los medios de comunicación eran una fuerza histórica muy distinta a la que él manejaba. Posteriormente, el 4 de octubre del mimo año, durante una cadena de radio y televisión, afirmó que los medios de comunicación eran enemigos de la revolución.
Conatel calla, pero no renueva
Según el informe 2018 sobre la situación del derecho a la libertad de expresión en Venezuela realizado por la ONG Espacio Público, solo en ese año se registraron 387 casos en los que se vulneró el derecho a la libertad de expresión y 608 denuncias de violaciones al derecho. Espacio Público ubica el año 2018 como el segundo periodo con mayor cantidad de casos después de 2014, en el que se registraron 360 agresiones contra el derecho a la libertad de expresión.
En el primer cuatrimestre de 2019, organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp) han contabilizado alrededor de 40 medios de comunicación (periódicos y televisoras) que han apagado sus emisiones o salido de circulación por falta de papel, robos al medio u órdenes expresas de Conatel. En el caso de las emisoras de radio, en los últimos cuatro meses han salido del aire al menos cuatro estaciones. El caso más emblemático el de la pionera de la radiodifusión venezolana Radio Caracas Radio (RCR 750 AM), ocurrido la mañana del 30 de abril durante la transmisión del alzamiento militar ocurrido frente a la base aérea La Carlota.
No es la primera vez que Conatel decide actuar “en lote” y sacar del aire decenas de medios de comunicación. En 2009, Diosdado Cabello ordenó el cierre de 32 emisoras, hecho que la comunidad de trabajadores de la prensa bautizó como “El radicidio”. Posteriormente, en 2017, el ente rector de telecomunicaciones sacó del aire 40 emisoras a escala nacional (entre ellas 92.9 FM y Mágica 99.1 FM).
Las palabras prohibidas
La Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Resorte) especifica que tanto la interpretación como su aplicación están “sujetas sin perjuicio de los demás principios constitucionales a los siguientes principios: libre expresión de ideas, opiniones y pensamientos; comunicación libre y plural; prohibición de censura previa; responsabilidad ulterior; democratización; participación; solidaridad y responsabilidad social; soberanía; seguridad de la Nación y libre competencia”. Pero en “seguridad de la Nación” se incluye una serie de términos que, según la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), podría causar zozobra en la población.
Bisbal explica que no puede hablarse de un neolenguaje identificable en la radio venezolana, sino de “una forma de expresión que ya ciertos sectores de la población empiezan a entender”. El investigador se refiere a una manera de “decir cosas sin decirlas directamente”, usando eufemismos, sinónimos e incluso humor para evadir la censura.
La periodista Maripili Hernández, ancla del circuito Unión Radio Noticias, no habla de censura sino de una prudencia, causada por la inestabilidad política, que obliga a los periodistas a ser más cuidadosos al momento de entrevistar a ciertas personas o plantear temas. Hernández agrega que el gobierno de Nicolás Maduro considera la existencia de personas ligadas a actividades delictivas que no deben ser entrevistadas en radio. Señala como ejemplo a los exfuncionarios públicos Miguel Rodríguez Torres o Rafael Ramírez. Sobre el caso del diputado Juan Guaidó, reconocido como Presidente encargado de Venezuela, Hernández explica que referirse a él en dichos términos no tiene cabida en radio porque “no se le puede dar un título a una persona que no se lo ha ganado”. Tampoco se refiere al veto existente sobre el uso de ciertos términos políticos en radio como “prohibiciones que Conatel realiza en modo de sugerencias que deben ser acatadas”.
Informar sin permiso
Nelson Bocaranda, periodista y director del portal Runrun.es, hace equipo con Mariela Celis en el programa "La cola feliz" y ambos convierten la mención del vocabulario prohibido en un comentario jocoso, sarcástico. Así han logrado hablar sobre temas medulares como la crisis de la gasolina y burlar las prohibiciones impuestas por Conatel. A lo señalado por Hernández con respecto a nombrar a Juan Guaidó, Bocaranda agrega la prohibición de referirse al diputado como presidente de la Asamblea Nacional porque esta se encuentra en desacato. Tampoco permite hablar del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, o referirse a la Asamblea Nacional Constituyente como “ilegítima”.
En el caso de incumplir con las “sugerencias” del órgano rector, las sanciones son claras. Existe el precedente del programa matutino de César Miguel Rondón, en Éxitos 99.9 FM, que fue suspendido después de tres décadas al aire por una orden enviada directamente por Conatel. Lo mismo ocurrió en el Circuito Unión Radio con el periodista Alonso Moleiro y el cierre de su espacio Gente de palabra.
Sobre las cada vez más escasas emisoras de radio que restan en Venezuela, pesa la incertidumbre de su concesión. La posibilidad del cierre se mantiene como una amenaza, como el recordatorio de una decisión arbitraria que puede ser tomada en cualquier momento, por cualquier motivo, y de la cual dependen cientos de trabajos. Circuitos emblemáticos como Unión Radio y FM Center no han recibido el visto bueno de la renovación de sus respectivas concesiones. El 2 de octubre de 2018 se conoció que el único medio que cuenta con una concesión vigente es Venevisión. Y su lapso, según Bocaranda, ya está a punto de vencerse.
[Tomado de https://elpitazo.net/reportajes/la-censura-y-su-manual-de-estilo-en-la-radio-venezolana.]
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