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Anarquista Apoyo Mutuo
Cuando era pequeño mi vida era sencilla, comer, cagar,
jugar. Un día mis padres me llevaron a la escuela aunque yo quería jugar. Allí
tenía que pasar muchas horas escuchando cosas que me aburrían. No me dejaban
correr, saltar, explorar… me sentaban por horas en un pupitre. En la escuela
aprendí muchas cosas muy útiles, como que la sociedad en la que vivíamos era la
única que garantiza nuestra LIBERTAD, éramos personas LIBRES,
LIBRE.
Descubrí pronto que me gustaba mucho la naturaleza, en
particular las plantas pero los mayores me explicaron que tenía que aprender
literatura, lengua, historia, geografía y matemáticas, por mi bien, para en un
futuro poder pensar con LIBERTAD, así que estudié matemáticas,
lengua y historia. Tampoco me dejaron elección. ¡¡¡vivía en la sociedad de las LIBERTADES!!!Pasaron
los años, y como no quería seguir estudiando, mis padres me dijeron que iba a
seguir estudiando, que tenía que continuar para en el futuro tener un buen
trabajo, que estudiar una carrera me abriría muchas puertas (lo de pensar con
libertad ya no era tan importante pensé). Sin muchas opciones hice lo que mis
padres querían, eran mis padres y querían para mi lo mejor, al fin y al cabo
vivimos en una sociedad de personas LIBRES. Años más tarde
terminé mis estudios y busqué trabajo porque, aunque yo quería conocer el mundo
ver bosques, montañas y ríos, mi obligación como persona responsable era
encontrar un trabajo y labrarme un futuro. LIBRE. Encontré mi
primer trabajo, era un trabajo de reponedor en un gran almacén cualquiera, con
el tiempo si trabajaba duro y no daba problemas llegaría a jefe de sección y
entonces sería LIBRE para hacer lo que quisiese.
Despertador, ducha, transporte público, carga y
descarga, descansa…
Pasaron los años y salté de un trabajo a otro,
encontré pareja, nos casamos y tuvimos un precioso bebé y una hipoteca de por
vida. ¿Que íbamos a hacer? No sabría decir por qué pero todo el mundo dice que
es lo mejor que les pasó en su vida. LIBRES, LIBRES, LIBRES.
Despertador, ducha, transporte público, carga y
descarga, descansa…
El bebé se fue haciendo mayor estudio, encontró un
trabajo, pareja, se casó y se hipotecó. Para entonces mi pareja y yo nos
jubilamos. ¡Ahora si! Ahora sí que podríamos disfrutar de la vida. ¿Qué me
gustaba hacer?, No me acuerdo, que memoria la mía… por fin era complementamente
libre. No teníamos mucho tiempo, la verdad, nuestra hija había
tenido otro bebé y teníamos que ayudar a cuidarle mientras que los padres
trabajaban. Pasaron los años y nos fuimos debilitando, un día cualquiera
nuestra hija nos dijo que ya no podíamos vivir solos, que estábamos muy mayores
y necesitábamos alguien que nos cuidase. Nos llevaron a un asilo. Libre,
libre
Hace un año mi pareja se murió y aunque querría
visitar su tumba todos los días, solo podemos salir del asilo los miércoles por
la tarde. Libre, libre, libre, libre, libre, libre, libre, libre…
[Tomado
de http://apoyomutuo.org/libre.]
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