Braulio Polanco
Los apagones nacionales que iniciaron en marzo y se han extendido en las últimas semanas han provocado episodios de estrés y trauma en miles de venezolanos que probablemente no olvidarán jamás; algunos hasta perdieron la vida en hospitales que no tenían plantas eléctricas y quienes han emigrado sufren por no poder hacer nada por sus amigos o familiares que aún se mantienen en el país.
Una periodista española comparó a Venezuela con la película Mad Max y uno ruso escribió que ni siquiera el colapso de la Unión Soviética fue peor.
Pero en el occidente del país, específicamente en el Zulia, la situación se siente distinta; como una especie de Déjà vu convertido en pesadilla. Este estado, históricamente el corazón petrolero de Venezuela, a diferencia de otras regiones sufrió una crisis eléctrica sin precedentes en 2018 que se extendió durante meses, en la que algunos municipios sufrieron apagones que se extendieron por más de una semana, generando caos y zozobra.
Las carnicerías de Maracaibo registraron pérdidas millonarias: algunas remataron sus productos para que no se dañaran e incluso hubo casos en los que se vendió carne podrida a ciudadanos desesperados. Aunque parezca banal, en los medios nacionales e internacionales fue noticia que los fanáticos del fútbol se vieron obligados a ver el Mundial de Rusia desde centros comerciales con plantas eléctricas y, aunque se estabilizó la electricidad por unos meses, los cortes eléctricos jamás dejaron de azotar a zonas rurales como Machiques de Perijá o Guajira.
Por aquellos días, el entonces ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, se mudó a la entidad para realizar trabajos de recuperación. Mientras se producían apagones a diario sin cronograma, que generaban diversas protestas que incluían el cierre de vías importantes en los diferentes municipios zulianos, el mayor general realizaba ruedas de prensa donde afirmaba que los ciudadanos lo recibían con aplausos y gratitud en las comunidades que visitaba. Asimismo, acusó a la oposición de provocar decenas de saboteos.
Por su parte, la administración del gobernador oficialista, Omar Prieto, advirtió que el estado sufría ataques terroristas, acusando además a actores políticos locales, tantos opositores como chavistas. Prieto afirmó que una explosión que se produjo en agosto en el puente sobre el Lago de Maracaibo se trataba de un atentado que pretendía tumbarlo para incomunicar al Zulia del resto del país. Mientras tanto, Lisandro Cabello, Secretario de Estado, señaló en varias ocasiones como responsable de la crisis a Juan Pablo Guanipa, el diputado que ganó las elecciones a la gobernación en 2017, pero se negó a juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente, por lo que se repitieron los comicios.
Pero sin duda la acusación más emblemática la realizó Juan Romero, ex secretario de asuntos fronterizos de la gobernación, quien en una entrevista con De Primera Mano Televisión responsabilizó, por “corrupción”, a Francisco Arias Cárdenas, ex gobernador e histórico teniente coronel que comandó junto a Hugo Chávez la intentona golpista de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Según Romero, durante la gestión de Cárdenas las plantas eléctricas de Termozulia 1, 2, 3, 4 y 5 debían trabajar con un ciclo combinado, que funciona con gasoil, los cuales fueron eliminados presuntamente para generar un negocio con la compra y venta de este hidrocarburo.
La Comisión para los Derechos Humanos del estado Zulia publicó un informe en el que señaló, entre otras cosas, que “ante la falta de soluciones a la crisis eléctrica, en 2018 se hicieron comunes las protestas. El 4 de septiembre hubo una manifestación en las adyacencias de Torres El Saladillo y un hombre de 60 años resultó herido de bala”. Irónicamente la presentación de este trabajo, el pasado 1 de abril, se hizo en una rueda de prensa donde no hubo electricidad.
Acompañados, aunque no tanto
La crisis eléctrica del 2019 ha tomado a los zulianos con una nueva característica: no están solos. Prácticamente todo el país se ha quedado sin electricidad durante días, en los cinco apagones nacionales que se produjeron en marzo. Sin embargo, en la región zuliana ha habido consecuencias mucho peores que en otras entidades; de hecho, allí no fueron cinco sino tres apagones.
Saqueos
Un nuevo mal acompaña a los apagones de 2019 y se llaman saqueos; aunque en otras regiones también se han producido, no se comparan con lo vivido en el estado Zulia. La tarde del domingo 10 de marzo iniciaron, especialmente en Maracaibo, y se extendieron durante días afectando a más de 500 locales, incluyendo supermercados importantes como Nasa y Centro 99, o centros comerciales como el Sambil, con pérdidas que superan los 50 millones de dólares.
Fedecámaras Zulia responsabilizó a las autoridades de estos sucesos y Prieto respondió insinuando que “vandálicos” eran los comerciantes por guardar comida en medio de los apagones. “Los que tenían toneladas de leche, pasta y arroz. ¿Por qué no se pusieron del lado del pueblo? No sé quién es más vandálico: el que tiene un galpón lleno de toneladas hasta el techo, o el que se acercó para llevar comida a sus hijos”, afirmó el mandatario regional.
Entre lo más polémico de estos días turbios ha estado las informaciones que han dado las autoridades zulianas sobre presuntos saboteos. Lisandro Cabello dijo que algunas personas estaban haciendo atentados contra transformadores eléctricos a través de papagayos. Prieto dijo que un “señor” había dejado lanzado una tuerca contra una turbina y ésta fracturó su metal.
Este 4 de abril Corpoelec publicó un cronograma para toda Venezuela, que se divide en bloques con racionamiento de hasta tres horas. No obstante, se ha anunciado que el Zulia sólo contará con luz de 4 a 5 horas diarias. En medio del primer apagón nacional que se produjo el 7 de marzo, un colega no paró de repetirme que los zulianos iban a entrar en una etapa en la que iban a extrañar los apagones de 4 horas. Pues todo indica que ya empezó esa etapa.
[Tomado de http://www.radiofeyalegrianoticias.net/sitio/inhumano/avances.]
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