Redacción
El Libertario
[Nota introductoria: Voceros anarquistas
de distintas partes del mundo han coincidido en solicitarnos un texto que
explique de modo resumido desde la perspectiva libertaria lo que ocurre en
Venezuela, en especial desmontando las mentiras que los autoritarios de todo
pelaje divulgan al respecto. En respuesta hemos preparado lo que sigue a
continuación, que ya está siendo traducido y difundido en diversos idiomas, con
la intención tanto de exponer nuestra perspectiva como de desenmascarar las
engañosas posiciones que se han difundido masivamente sobre lo que pasa en este
país.]
Quienes nos lean de seguro estarán
familiarizados con los enfoque de la situación venezolana que han promovido los
bandos estatistas en pugna, y precisamente a ellos y a su idéntico fondo embustero
es que nos referiremos acá, intentando aclarar un panorama que tan denodados
esfuerzos se han hecho para oscurecer. Por un lado los defensores del
capitalismo liberal y sus bufonadas políticas de democracia representativa
electoralista, presentan el descalabro venezolano como resultado inevitable de
toda búsqueda de alternativas a sus recetas económicas y políticas; por el
otro, los paladines del capitalismo de Estado y su caricaturesco socialismo autoritario;
ambos bandos empeñados tanto en validarse mutuamente como las únicas opciones
para entender y proponer rutas a la sociedad venezolana, así también como en
ocultar sus enormes similitudes a la hora de definir y aplicar las estrategias
de opresión y explotación que se imponen sobre la colectividad favor del Estado
y el Capital.
Mencionar la identidad de base que hay
entre esas interpretaciones que se dicen una “democrática” y la otra “de
izquierda socialista” resultará antipático para quienes comulgan con alguna de
ellas, pero en El Libertario hemos
insistido en presentar contundente evidencia que así lo demuestra, lo que
venimos haciendo desde hace muchos años. Así, por ejemplo, unos y otros
parlotean del anticapitalismo como pauta que en esencia define al régimen
bolivariano, ante lo cual basta con recordar como los gobiernos de Chávez y de
Maduro han hecho reiteradas invitaciones y acuerdos con el capital
transnacional para que se asocie al desarrollo del modelo de explotación
extractiva de los recursos naturales de Venezuela, política en la que se llega
con la propuesta oficial de explotación del Arco Minero del Orinoco a la total
sumisión entreguista y ecocida, contando con el silencioso respaldo de esa
oposición parlamentaria que tanto vocifera en otros temas, pero que con su
tácita aprobación deja claro que, de llegar al poder, no modificaría este
modelo de saqueo expoliador.
Otro tema de coincidencia es silenciar
la esencia militarista que desde el comienzo tuvo el gobierno chavista, la cual
se ha profundizado con el correr de los años. Particularmente ahora, cuando se
negocia con los uniformados el cese de su respaldo a Maduro, se les ofrece
impunidad (disfrazada de “amnistía”) por toda la responsabilidad que les cabe
en los desafueros y corrupcióno característicos de un régimen del cual han sido
soporte clave. Desde las dos interpretaciones dominantes de la crisis nacional hay
un ingente esfuerzo por obviar que, a partir de su ascenso a la presidencia en
1999, Chávez dio prioridad a la presencia militar en tareas de gobierno de un
modo no visto en Venezuela desde la dictadura militar de la década de 1950.
Este predominio castrense no hizo sino aumentar a lo largo de su mandato,
incluso reforzándose a partir de 2013 bajo Nicolás Maduro, alcanzando tal
preeminencia que ha sido uno de los rasgos dictatoriales más marcados de este
régimen. Con la proclamada “transición” que se avizora para más pronto que
tarde, el ánimo entre la claque política opositora presta a ocupar el poder
estatal está ganado para mantener a la élite militar en el goce de lo más
jugoso del botín que han disfrutado en las pasadas décadas, de modo que tanto
“socialistas” como “demócratas” ceden ante la nefasta realidad del chantaje militarista
que se ha impuesto y crece en la Venezuela del siglo XXI.
Intervención
de poderes externos: Ahora la ves, ahora no la ves
Gruñirán los adalides de uno y otro
bando que estamos dejando por fuera un aspecto esencial del enfrentamiento que
los opone encarnizadamente, como es su denuncia vociferante sobre cómo la pandilla rival es un servil agente de
intereses extranjeros. Para la oposición de derecha y socialdemócrata la
malvada sombra foránea es en primer lugar la dictadura cubana, que no solo ha
sido un parásito privilegiado de la hasta hace poco boyante renta petrolera
venezolana, sino también factor decisivo en imponer un modelo autoritario que intenta
seguir los pasos del que rige en La Habana; luego se menciona a China, con
creciente gravitación como financista y acreedor del gobierno venezolano, y a
Rusia, con menos peso económico pero que es un respaldo político-militar de
valía; además se hace referencia a la presencia –ahora declinante como los
ingresos petroleros que la sostenían- de gobiernos que sacaban provecho
económico y/o político de su relación con el Estado venezolano; algo que también
se aplica a grupos paraestatales como la
guerrilla colombiana, antes las FARC ahora el ELN. Si es desde la perspectiva
chavista, la Bête noire externa por excelencia es el imperialismo norteamericano, que con el
impresentable liderazgo de Trump cumple ese rol a las mil maravillas según las
pautas clásicas de la propaganda de izquierda marxista. Después estaría toda la
tropa de lacayos, siervos y socios menores de los yanquis.
Es curioso encontrarse que en buena
medida ambas perspectivas se sustentan en hechos ciertos y comprobables, frente
a los que el bando contrario realiza el mayor esfuerzo para no darse por
enterado, de modo que por ejemplo, la inocultable, y aún ostentosa, presencia
de funcionarios cubanos en instalaciones militares y de seguridad del Estado
parece dato invisible para unos, actitud similar a la de otros al no darse por
enterados de los convenios con tinte de usura que el gobierno de Maduro ha
acordado con la banca transnacional, pretensión de ignorancia en la que por
cierto nuevamente hay sigiloso acuerdo con sus “irreconciliables”
contrincantes.
Nota final: Limitaciones de espacio
impiden desarrollar otros aspectos de este tema. Invitamos al blog de El Libertario http://periodicoellibertario.blogspot.com para ampliar
informaciones y detalles que refuerzan una visión alternativa.
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