Revista Libre Pensamiento
La sociedad civil no está paralizada, ni tampoco
inerme. Hay tantas y tan variadas cosas por hacer, para mejorar y transformar
el mundo, que no cabe el pesimismo ni la resignación, la inacción, la apatía,
el desaliento o la tristeza del desánimo. Eso sí, cosas que requieren de
nuestra creatividad, divergencia, imaginación, inteligencia, pensamiento
crítico, intervención, compromiso, disidencia, del orgullo de sentirse una persona
libre con ganas de vivir; cosas al margen de la realidad vigilada y homogénea
que el sistema quiere construir en nuestras mentes con su potentes y
persistentes medios de control mental, emocional, comportamental. Pero tenemos
la posibilidad de sublevarnos, de subvertir esa realidad que nos pintan, y de
proceder a la creación de nuestra realidad individual y colectivamente.
Y no solo cosas que se pueden hacer sino que se
están haciendo de manera efervescente en todos los confines del planeta y desde
siempre, con implicación de gentes pertenecientes a muy diferentes culturas y
planteamientos. Peter Gelderloos, en su vitalista y optimista libro La anarquía
funciona muestra prolijamente esta afirmación de que la verdadera vida
existe más allá del Estado, más allá de la política partidista, mostrándonos la
enormidad de experiencias y momentos históricos pasados y recientes en los que,
en todos los rincones del planeta, se han llevado a cabo experiencias
impregnadas de las señas de identidad del pensamiento anarquista, del
movimiento libertario, en muchas ocasiones sin reconocerse como tales. La
libertad, la justicia social, la razón, la vida creativa, la construcción
colectiva para recrear la realidad y transformar el contexto, siempre se abren
camino, siempre afloran, afortunadamente, envueltas en valores libertarios.
Las cúpulas dirigentes nos quieren hacer creer que
sin ellos, sin el establishment actual, con arrogancia, sintiéndose imprescindibles,
no hay vida más a allá de sus coordenadas programadas, que la sociedad civil
los está esperando, ignorando que las ideas, planteamientos, proyectos,
propuestas, realidades, que se realizan desde valores y actitudes alternativas,
con barnices libertarios, anarquistas, brotan desde el mismo momento en que las
personas asumen el protagonismo de su vida, confían en ellas mismas, portando
las armas que poseen: dignidad, libertad, autonomía, solidaridad. La sociedad
civil no sigue esperando las respuestas que no llegan, no siente miedo ni tiene
desazón porque la clase política (vieja y nueva) esté paralizada. La vida
sigue, demostrándose que la realidad la construye el pueblo y lo hace día a
día, al margen de la pantomima de la política partidista, de la clase
dirigente, de la corona, de la elección del gobierno, de la repetición de las
elecciones.
Los modelos que nos ofrece el sistema no nos
sirven, están construidos desde los principios del autoritarismo, sectarismo o
explotación y sus propuestas reformistas insertas en el interior del sistema
son siempre fraudulentas, terminando integradas y asumidas por el mismo tras
provocar el desencanto, la frustración y la domesticación de quienes confiaron
en ellas. En la realidad diferente y alternativa que la sociedad civil
construye en su día a día, utiliza modelos organizativos en los que los medios
se identifican con los fines. No es posible llegar a comunidades igualitarias y
de justicia social desde organizaciones autoritarias, jerárquicas,
burocráticas, centralistas, ejecutivistas, sino que deben ser el reflejo de la
sociedad a la que aspiran construir, sociedades igualitarias, participativas, libres,
autónomas y autogestionarias.
Este ha sido uno de los grandes debates que ha
configurado la realidad de las diferentes organizaciones que han surgido, a lo
largo de la historia, en relación a las ideologías sociales y políticas desde
el siglo XIX. Para el anarquismo, sin duda, este debate ha tenido especial
interés, siendo parte de su propia naturaleza y esencia, habiendo concluido que
para las organizaciones que se inscriben en la órbita anarquista, los medios deben
confundirse con los fines. No es posible conseguir unos fines determinados
utilizando cualquier medio, no todos los medios llevan a los mismos fines.
¿Cómo podemos aprender a ser libres si no lo
practicamos? ¿Cómo aprendemos a participar, a ser y sentirnos iguales si
vivimos en sociedades desiguales o jerarquizadas? ¿Cómo desmontamos el
principio de autoridad si nuestras organizaciones son autoritarias? La crítica
fácil al anarquismo desde la inmensa mayoría de sectores que se dedican a la
política, desde la derecha a la izquierda, es que no presenta alternativas,
cuando ellos la único que ofrecen al pueblo es votar, delegar y olvidarse de
decidir. Sin duda, el voto actúa en el inconsciente de la persona como un
mecanismo de satisfacción que la desactiva, la inhibe de la participación
directa, la desentiende de la autogestión.
Sin embargo, el gran reto que tenemos por delante
es construir la anarquía global en estos tiempos de globalización. Ese proceso es
el papel reservado a la participación de los pueblos y comunidades hasta llegar
a hacer realidad la máxima del geógrafo Elisée Reclús: “La anarquía es la
máxima expresión del orden, basado en cosas naturales, sin coacciones ni
violencias”. En este caminar y construir la anarquía los escollos vendrán desde
todo el espectro ideológico que plantee la sociedad gestionada de forma
jerárquica, con autoridad, con delegación de poder, con sistema de representación.
Con la cultura, la educación, la formación, la acción directa, caminaremos
hacia adelante.
Prueba de ello, prueba de que las propuestas
libertarias pasan de la teoría a los hechos, apuntar algunas actuaciones que
vienen a confirmar que la semilla está sembrada y se recogen frutos. Un
ejemplo, la enciclopedia libre Wilkipedia, el mayor esfuerzo realizado por
disponer de acceso compartido y gratuito, de toda la población, a todo el
conocimiento generado por el ser humano, sin restricciones ni limitaciones.
Anonymous, otro ejemplo de modelo organizativo que propicia la difusión de la
información de forma muy rápida por internet, sin líderes ni burocracias o
ejecutivas que controlen la actividad colectiva fruto de la participación
individual. La opción copyleft como otro práctico que pretende la libre
circulación de las actividades y creaciones intelectuales regidas por el
derecho de autor. El software libre y de dominio público puesto a disposición
de uso y distribución libre para toda la colectividad. ¿Qué decir del proyecto
WikiLeaks de Julian Assange encargado de divulgar informes anónimos y documentación
filtrada que comprometen prácticas poco éticas de los gobiernos o de Edward
Snowden denunciando libremente al gobierno de Estados Unidos al que acusa de
vigilar de forma masiva a la población y así destruir derechos y libertades
como la privacidad y uso de internet?
¿Cómo no reconocer el movimiento 15M [en España]
como el mayor movimiento social ocurrido en las últimas décadas que está
influyendo en nuevos movimientos de participación horizontal en el resto del
mundo, sin líderes ni parafernalia partidista; o todas las propuestas emanadas
desde los movimientos sociales relativas al ecologismo, decrecimiento,
veganismo, animalismo, naturismo, deconstrucción de los géneros y la teoría
queer, las cooperativas de consumo, los centros sociales, el movimiento okupa,
la ocupación de viviendas, la lucha contra los desahucios, las empresas
recuperadas y autogestionadas en Sudamérica, el posanarquismo, las redes de
solidaridad y de economía social, el movimiento sin fronteras, los movimientos
migratorios que ponen en jaque las fronteras, los estados y los
nacionalismos...? todas ellas, corrientes que tienen resonancias u orígenes
libertarios.
En este contexto de desarraigo actual de la
política, con meses sin gobierno, las propuestas alternativas adquieren mayor
vigor. Todo esto son grandes ejemplos de acciones al margen del poder que sí
están contribuyendo a la transformación social y a la creación de conciencia
crítica en la sociedad, y lo están haciendo desde postulados claramente
libertarios, practicando el apoyo mutuo, la construcción cooperativa,
aprendiendo a decir no, aprendiendo a actuar para no ser cómplices. La sociedad
civil vive su día a día y el anarquismo está presente.
[Versión
resumida del Editorial de la revista Libre
Pensamiento # 86, Madrid, primavera 2016. Número completo accesible en http://librepensamiento.org/wp-content/uploads/2016/03/LP-86.pdf#new_tab.]
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