[Nota previa de El Libertario: Reproducimos el texto de presentación que este espacio ácrata ubicado en esa ciudad que no por nada se conoce en la historia como "la rosa de fuego" por la pasión libertaria que desde allá arde, impetu que se mantiene como lo evidencian el texto que va en seguida...]
¿Quiénes somos?
Entendemos que el capitalismo se ha apropiado del conocimiento de la tierra, de nuestra forma de relacionarnos y de nuestros cuerpos. Nos han hecho creer que ésta es la única forma de vivir, cuando el momento en el que nos encontramos actualmente es fruto del expolio que hemos sufrido. De la fuerza de las tierras comunales, de los conocimientos ancestrales y de las revueltas que hacían nuestras las calles, nació la necesidad de controlarnos, quitándonos nuestras herramientas, basadas en la solidaridad, el apoyo mutuo y la autonomía. Se ha naturalizado la competitividad, cuando viviendo en sociedad ¿no sería más satisfactorio cooperar?
Nos han hecho creer que la mercantilización de la tierra y sus recursos es algo lógico, pero ¿a quién pertenece la tierra, el agua y el sol? ¿Qué clase de relación tenemos con quien nos da la vida? O el trabajo asalariado, ¿a quién beneficia que pasemos 8 o más horas vendiendo nuestro tiempo? Realmente, ¿necesitamos todo lo que producimos?
Nos han hecho creer que la felicidad se contabiliza en la propiedad y en la acumulación de objetos. ¿Es que acaso somos felices o nos hemos resignado a que la felicidad no existe? ¿Y el estado del bienestar? ¿Bienestar, de quién?
Frente a esta realidad impuesta, hemos decidido crear un espacio donde poner en práctica otras formas de relacionarnos con nuestrxs vecinxs y con el suelo que pisamos cada día. Recuperar la vida, luchar por ella, acabar con el aislamiento, devolver a los barrios su historia, su ritmo, su fuerza.
Queremos volver a ver niñxs jugando en los descampados, abuelas tejiendo con sus sillas en las puertas, para poder pasar mejor el calor y en compañía. Queremos huertas donde aprender de las personas mayores, plazas donde poder hablar de cómo nos ha ido el día con nuestrxs vecinxs, donde nos expliquen cómo curar los resfriados con cebolla, queremos jugar al fútbol con los pequeñxs, disfrutar con ellxs, queremos apoyarnos en quien vive a nuestro lado y que se apoyen en nosotras. Queremos verbenas con una gran hoguera.
Todo esto ya no está y quienes lo recordamos lo añoramos. Y todo esto que parece tan sencillo de recuperar, no lo es, tenemos que reconstruirlo y defenderlo. Al poder nunca le interesó que la vida nos perteneciera.
[Tomado de https://ateneuanarquistalahidra.wordpress.com/pagina-de-inicio.]
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